Según informe, mujeres negras son las mayores víctimas de femicidios en Brasil
Brasil ocupa la incómoda quinta posición en el ranking global de homicidios de mujeres entre 83 países investigados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Es lo que muestra el «Mapa de la violencia 2015: homicidio de mujeres en Brasil”, divulgado este lunes 9 de noviembre. En 2013, la tasa de muertes por asesinato de mujeres cada 100 mil habitantes fue de 4,8 casos. El promedio mundial fue de dos casos. En 2013, 4.762 mujeres fueron muertas violentamente: 13 víctimas fatales por día.
El Mapa, realizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso Brasil), señala un aumento del 21% en el número de femicidios en el país, entre 2003 y 2013, cuando 13 mujeres fueron muertas por día en Brasil. La mayoría de esas muertes, el 50,3%, son cometidas por familiares y el 33,2% por parejas o ex parejas, datos de 2013.
Este escenario es aún más alarmante cuando se trata de las mujeres negras. La década 2003-2013 tuvo un aumento del 54,2% en el total de asesinatos en ese grupo, saltando de 1.864 en 2003 a 2.875 en 2013. Aproximadamente mil muertes más en 10 años. En contrapartida, hubo una disminución del 9,8% en los delitos que involucran a mujeres blancas, que cayó de 1.747 a 1.576 entre esos años.
La victimización de mujeres negras –la violencia contra ellas, que puede no haberse concretado como homicidio–, creció un 190,9% en la década analizada. La victimización de ese grupo era del 22,9% en 2003, y saltó al 66,7% el año pasado. «Algunos Estados llegan a límites absurdos de victimización de mujeres negras, como Amapá, Paraíba, Pernambuco y Distrito Federal, en los que los índices pasan del 300%», se observa en la investigación.
La ministra de la Mujer, de la Igualdad Racial y de los Derechos Humanos, Nilma Lino Gomes, evalúa que los datos sobre el aumento de homicidios de mujeres negras revelan cuánto necesitamos «avanzar y articular luchas y esfuerzos”. «Que puedan motivarnos y no desanimarnos para pensar una sociedad mejor”, destacó durante la presentación del estudio en Brasilia.
La secretaria de Políticas para las Mujeres del Ministerio, Eleonora Menicucci, clasifica los índices de femicidios como «lamentables, para entristecer a cualquier hombre o mujer de bien en este país”. Sobre el recorte racial, evalúa que existe una reacción al protagonismo de las mujeres negras, que «asumieron, en la última década, un lugar de sujetos políticos muy determinado”. Ella destaca también el papel del feminismo entre las mujeres jóvenes para combatir los delitos de odio y de intolerancia en el país.
La representante de ONU Mujeres en Brasil, Nadine Gasman, dice que la «garantía del derecho de mujeres y niñas a vivir sin violencia es el meollo central del mapa”, que revela la «perversa relación entre racismo y machismo en Brasil”.
Para Ivana de Siqueira, coordinadora ejecutiva de Flacso Brasil, la violencia contra las mujeres es una situación «con la cual no podemos convivir más”. Destaca los índices de muertes en domicilios, muertes por estrangulamiento y muertes de mujeres negras: «Las mujeres están muriendo por la combinación de esos tres factores, mueren por ser mujeres, en el ambiente doméstico y por parientes cercanos o parejas”. Para ella, son datos que nos hacen «reflexionar y rever medidas, no sólo de parte del gobierno. El machismo y el racismo deben ser trabajados en el ámbito de la educación, pero lamentablemente el Plan Nacional de Educación quitó de la currícula la cuestión de género”, afirma.
En el estudio se señala que entre 2006, año de la promulgación de la Ley María da Penha, y 2013, sólo cinco Estados registraron una disminución en los femicidios: Rondonia, Espírito Santo, Pernambuco, São Paulo y Río de Janeiro. Para el sociólogo Julio Jacobo, las políticas públicas actuales «son correctas, pero no son suficientes”. El sociólogo atribuye parte del aumento reciente de femicidios a la reacción del sistema patriarcal a las políticas y las luchas de las mujeres. Para él, la impunidad y la invisibilidad de los femicidios de negras también son factores que contribuyen a esta tendencia.
Luis Codina, representante de Opas en Brasil, destaca la importancia de trabajar la igualdad de género desde la adolescencia y deconstruir el modelo existente.
El estudio fue realizado por el sociólogo Julio Jacobo Waleselfisz, coordinador del área de Estudios sobre Violencia de Flacso Brasil, con apoyo de ONU Mujeres, de la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (Opas/OMS) y de la Secretaría de Políticas para las Mujeres (SPM) del Ministerio de las Mujeres, de la Igualdad Racial y de los Derechos Humanos.
En el documento se observa la existencia de una escalada en la violencia contra las mujeres a partir de 1980, como una «tendencia histórica que evidencia un lento pero continuo aumento del flagelo” vivido por ellas. Las muertes ocurren en todos los estados y en el Distrito Federal, indistintamente, como una marca «cultural del patriarcalismo” que, supuestamente, «autoriza a que el hombre practique esa violencia”. «Como esas mujeres fueron victimadas de manera dispersa a lo largo del territorio nacional, reina la indiferencia, como si no existiera un problema», se señala en el documento.
Aunque la investigación llegue hasta los homicidios en 2013, cuando todavía no existía la Ley del Femicidio, el documento reúne datos del Sistema Único de Salud (SUS) relativos a 2014. El SUS registró 85,9 mil casos de atención a mujeres y niñas «víctimas de violencia ejercida por padres, parejas y ex parejas, hijos, hermanos”.
Informe: