Lo que se juega en Asunción (Paraguay) – Por Estela Ruíz Díaz

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

En esta batalla electoral que confronta a los partidos centenarios y clásicos adversarios (ANR y PLRA), mete su cuña en menor medida el Frente Guasu, de Fernando Lugo, pero con escasa incidencia aún.

En esta elección se juegan los liderazgos locales y regionales, pero especialmente el presidente de la República que ha decidido meterse directamente en la campaña.

Horacio Cartes había iniciado su meteórica carrera política en las elecciones municipales del 2010. Su poderosa billetera fue el salvavidas del Partido Colorado, entonces en la fría llanura y sin la canilla libre de los recursos del Estado.

Fue allí donde hizo conexión con los caciques regionales que se constituyeron en el cimiento principal de su candidatura presidencial.

Cartes quiere arrasar el 15 coloradizando todo el país. Es su objetivo principal, porque eso consolidará su cada vez más hegemónico poder.

Por eso esta disputa de poderes territoriales tiene efectos en el entramado de poder de cara al 2018.

LA MADRE DE BATALLAS. Ganar Asunción no es ganar la guerra, pero deja al adversario en estado de shock. El triunfo en la capital del país tiene mucho simbolismo político. Por eso, parece que la elección municipal se reduce a la batalla entre Arnaldo Samaniego (reelección) y Mario Ferreiro, candidato de una amplia alianza de partidos con el soporte clave del PLRA.

El colorado, hermano de la presidenta de la ANR, Lilian Samaniego, la aliada más leal a Cartes, tiene el desafío de retener Asunción, aunque la mayoría de las encuestas le son adversas.

La Intendencia de Asunción es comparada con una picadora de carne, porque los intendentes que pasaron por allí apenas sobreviven políticamente. Carlos Filizzola intentó una reelección y le fue mal. Evanhy de Gallegos no tuvo la osadía de repetir y se conformó con ser concejala. Martín Burt es casi un exiliado político, y Enrique Riera quedó último (45) en la lista del Senado de la ANR en el 2013.

Por tanto, si Arnaldo logra la reelección, habrá roto un maleficio. Si pierde, será uno más de la lista negra.

El jueves Cartes reunió a la dirigencia colorada capitalina. Allí analizaron las encuestas y admitieron que no están bien. Quedaron en redoblar esfuerzos. En el presupuesto está la derrota. Un revés que por cierto no impactará mucho en el presidente, sino en el clan Samaniego que dejará de tener influencia en el Gobierno.

En 15 días se realizarán las elecciones municipales y las campañas están teñidas de denuncias de corrupción de varios candidatos, especialmente aquellos que van por la re-reelección.
Los pocos dirigentes colorados que tienen peso en Palacio son aquellos que tienen caudal electoral: los Samaniego en Asunción, los Zacarías en el Este, los Afara/Gneiting en el Sur, etc. Si pierden las elecciones, habrán perdido su poder para negociar.

el tercero, ¿es discordia? Ricardo Meyer es la apuesta de Fernando Lugo en Asunción, donde el voto progresista se divide.

Si bien el ex decano de Arquitectura impuso su perfil técnico como imagen de campaña, la batalla se está polarizando entre Mario y Arnaldo, que es el peor escenario para el candidato de la izquierda más dura. A juzgar por las encuestas, ni siquiera tiene el porcentaje necesario para apeligrar a Ferreiro.

En caso de que el 15 de noviembre Ferreiro gane, a pesar del Frente Guasu, se habrá repetido el escenario del 2008, pero al revés. Entonces Pedro Fadul le negó el apoyo a Lugo que logró reunir como nunca a fuerzas sociales y políticas para derrotar a la ANR. El ex obispo ganó, a pesar de Patria Querida, y eso marcó el principio del fin del partido que hoy bordea la extinción.

el aceite de campaña. Cada elección cotiza más caro. Por eso, el dinero juega un papel fundamental en las elecciones.

Los candidatos por Asunción revelaron los costos de las campañas en el marco de un compromiso de rendición de cuentas. Samaniego: G. 7.000 millones; Mario: G. 2.000 millones, y Meyer: USD 100.000 o G. 566 millones al cambio del momento.

El PLRA denunció un boicot del Gobierno que no desembolsa el subsidio electoral. Santiago Peña ratificó que Hacienda no tiene los fondos para completar el pago.

En otro momento no hubiese sido un tema destacado porque la plata a los partidos políticos no goza de aceptación popular; pero hoy la postura de Hacienda da lugar a sospechas, teniendo en cuenta que el candidato liberal (Ferreiro) es favorito en Asunción.

Y aunque Peña diga que el no desembolso también afecta al partido de gobierno, ningún otro partido tiene un banquero benefactor como la ANR.

Candidatos de todo el país llegan todos los días a Mburuvicha Róga para retirar los abultados cheques que el presidente desembolsa para la campaña. Así lo confirman los dirigentes que salen de la residencia presidencial prometiendo victoria en cada rincón del país.

Como cada elección, la billetera cartesiana es un factor clave en campaña colorada.

Está por verse si será suficiente.

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