Haití: se realizan las elecciones presidenciales y parlamentarias después de una campaña alterada por la violencia
Contexto Nodal:
El domingo, el pueblo haitiano elige a un nuevo presidente. 52 candidatos buscarán suceder a Michel Martelly, quien ejerce el cargo desde mayo de 2011. También se realizará la segunda vuelta de los comicios legislativos. La primera vuelta parlamentaria, desarrollada el 9 de agosto, estuvo marcada por denuncias de fraudes e irregularidades y enfrentamientos que dejaron ocho muertos. En aquella oportunidad, con una participación de apenas el 18%, tan sólo 10 legisladores fueron electos -dos senadores y ocho diputados- de un total de 139 bancas que buscaban ser renovadas.
La distribución del material electoral en los mil 508 centros de votación en los 10 departamentos de Haití culminó este sábado bajo la custodia de la Policía Nacional y de la Misión de Paz de las Naciones Unidas (Minutah), presente en el país caribeño desde 2014.
En Puerto Príncipe, capital de Haití, el material llegó sin inconvenientes, según informó la enviada especial de teleSUR al país caribeño, Madeleín García, quien agregó que este es el último destino para completar el proceso. Asimismo, señaló que para los comicios de este domingo 25 de octubre se redobló la seguridad en este país caribeño.
Estos comicios se dan bajo la preocupación en torno a la seguridad, pese a los esfuerzos de la Policía Nacional (PNH). Diversos sectores señalan que en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias hubo fraude, irregularidades y violencia que limitaron sus resultados.
Un panorama que marcó la gestión del saliente presidente Michel Martelly, quien llegó al poder en 2011, fueron las consecuencias del devastador terremoto de enero de 2010. Sin embargo, durante su gestión logró incrementar gradualmente el Producto Interno Bruto (PIB), el cual cerró en 8.71 mil millones de dólares en 2014, de acuerdo con organismos internacionales.
Haití es una nación que busca seguir adelante y que ha obtenido importantes avances gracias a la cooperación latinoamericana. El presidente que resulte electo deberá continuar con el legado de Martelly para continuar con sus logros y proyectos.
Martelly souhaite un scrutin pacifique
Le chef de l’état haïtien, Michel Martelly, assure que toutes les dispositions ont été adoptées en vue du bon déroulement du scrutin du 25 octobre 2015.
Le scrutin concerne à la fois le premier tour de la présidentielle, le second tour des législatives, dans certaines régions la reprise du premier tour et les municipales.
L’état a répondu à ses obligations dans les secteurs financier et sécuritaire, a insisté le président Martelly. Il a notamment salué la distribution des mandats aux partis politiques plusieurs jours avant le scrutin.
M. Martelly presse ses compatriotes à exercer leur droit de vote ce dimanche. J’appelle la population à jouer sa partition en se rendant dans les urnes. Vous pouvez maintenant faire les changements que vous voulez pour le pays, précise t-il espérant une participation massive des électeurs.
Le chef de l’état exhorte les acteurs politiques et les partisans de partis à ne pas recourir à la violence. La seule manière de faire passer sa vision pour le pays est à travers un vote, a-t-il souligné.
M. Martelly indique avoir respecté tous les aspects du processus électoral. J’ai tout accepté, dit-il estimant que certains acteurs politiques devraient s’inspirer de son exemple.
Durant la campagne électorale le président Martelly a apporté un appui important au candidat de son parti, Jovenel Moise. Lors des derniers meetings du Parti Haïtien Tet Kalé (PHTK) à Jacmel et Gonaïves, le président Martelly assure qu’il a désigné M. Moise comme candidat parce qu’il a une vision claire pour le développement du pays.
Todos los candidatos del país más pobre del continente
Suele decirse que Haití es un país imposible de gobernar. Sin embargo, hay 50 dirigentes políticos dispuestos a demostrar lo contrario. Ese es el número exacto de candidatos que participarán en las elecciones de mañana, en las que se escogerá al sucesor del presidente Michel Martelly en medio de un clima de creciente violencia. La jornada también servirá para formar el nuevo Parlamento, después de que en agosto se realizaran unos tumultuosos comicios que dejaron como resultado apenas un puñado de legisladores electos, consignó Tiempo Argentino.
La impresionante cifra de candidatos –en su gran mayoría desconocidos- para mañana casi triplica a la 2010, cuando se presentaron 19 postulantes. De esos comicios ya había participado quien hoy aparece como el favorito según todas las encuestas: Jude Célestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y la Emancipación Haitiana (LAPEH). Detrás se sitúa el empresario Jovenel Moise, del Partido Haitiano Tét Kale (PHTK), delfín de Martelly. En tercer lugar estaría Moïse Jean Charles, de la plataforma Pitit Dessalines. Y, por último, la médica Maryse Narcisse, del Fanmi Lavalas, que en algunos sondeos aparece disputando el primer lugar.
Sin embargo, ninguno superaría el 30% de los votos, por lo que quedarían muy lejos de alcanzar el 50% necesario para convertirse en presidente en primera vuelta. Todo indica, entonces, que la contienda se resolverá el próximo 27 de diciembre, cuando se dispute el balotaje. Consultado por Tiempo Argentino, el periodista haitiano Jean Pharès Jerome aseguró que “seguramente tendremos una segunda vuelta con un candidato oficialista y uno de la oposición”, pero consideró que “la situación de la población no mejorará en el corto plazo con ninguno de ellos” porque “los problemas son demasiados y los recursos muy limitados”.
Los comicios de mañana serán el principio del fin de un proceso electoral que comenzó el pasado 9 de agosto, cuando seis millones de haitianos fueron llamados a votar para elgir nuevo Parlamento. En ese momento, las elecciones costaron 69 millones de dólares, de los cuales Estados Unidos aportó 30, lo que demuestra el alto grado de influencia que la Casa Blanca mantiene en Haití.
La suma, sin embargo, no fue suficiente para garantizar que la jornada se desarrollara con normalidad. Según datos del Consejo Electoral Provisional (CEP), apenas el 18% de la población participó de las elecciones, que fueron anuladas en 22 distritos por distintos incidentes y hechos de violencia que dejaron al menos ocho muertos, varios heridos y 137 detenidos. Los organismos que observaron los comicios informaron que hubo quema y robo de urnas, como también disparos contra centros de votación. El caos generó que, sobre un total de 20 senadores, apenas dos pudieron ser electos. En el caso de los diputados, sobre 118, sólo ocho quedaron confirmados para el nuevo período legislativo.
Con el objetivo de que mañana todo salga bien, el gobierno de Martelly reforzará la seguridad y la Organización de Estados Americanos (OEA) desplegará una misión con 125 observadores electorales comandados por el ex ministro de Defensa brasileño, Celso Amorim. Sin embargo, la situación es delicada y el clima de tensión fue creciendo en las últimas horas: durante la semana se registraron al menos 15 asesinatos (entre ellos, el de dos mujeres embarazadas) y hubo atentados contra sedes partidarias.
Aproximadamente 2.000 personas dejaron sus viviendas en el departamento de Artibonite, en el centro del país y víctima de los ataques más violentos, por temor a resultar heridos.
Quien reemplace a Martelly a partir de mayo del año que viene, tendrá por delante la titánica tarea de reconstruir Haití, el país más pobre del continente, escenario de sucesivos golpes de Estado y víctima de un terremoto que en 2010 mató a 300 mil personas. La catástrofe causó, además, 300 mil heridos y provocó el desplazamiento de 1,5 millones de personas. A principios de este año, la ONU informó que aún había 85 mil refugiados en 123 campamentos de todo el país. Vivir allí no es fácil: pocos refugios cuentan con agua potable y los baños escasean, al igual que la recolección de residuos y la comida. Las enfermedades proliferan como los roedores. Los principales afectados son mujeres y chicos.
A nivel general, los datos del Observatorio Nacional de la Pobreza y la Exclusión Social (ONPES) y del Banco Mundial indican que el 60% de los haitianos es pobre y tiene serias dificultades para alimentarse, ya que cuenta con apenas dos dólares por día. El 24% vive en la indigencia. La esperanza de vida es de sólo 62 años. Tres de cada cuatro personas no tienen acceso siquiera a una letrina y una de cada cuatro carece de agua potable. Todo eso en un país de 10 millones de habitantes en el que el Estado prácticamente no existe.
En ese contexto, aún continúa en funciones la cuestionada Misión de las Naciones Unidaspara la Estabilización de Haití (MINUSTAH), que llegó al país caribeño en 2004 con el objetivo de pacificar un territorio envuelto en una profunda crisis política y plagado de conflictos internos. La intervención logró el restablecimiento de un cierto grado de democracia con el primer traspaso de poder, en condiciones de relativa paz, entre dos presidentes elegidos en las urnas: Martelly y su antecesor, René Preval. Pero también hubo polémicas. Como explica el periodista Jerome, del periódico Le Nouvelliste, la presencia de la MINUSTAH «es un tema controvertido», ya que «algunos identifican a la misión como una forma de proteger los intereses de la comunidad internacional y mantener el país ocupado, pero, al mismo tiempo, sin su presencia sería dificultoso que un presidente pueda terminar su mandato». Es decir, que gracias a la intervención de Naciones Unidas se puede garantizar que no habrá golpe de estado.
Movimientos y organizaciones sociales de Haití y Latinoamérica sostienen que la MINUSTAH es una fuerza de ocupación digitada por Estados Unidos para reprimir la protesta social, por lo que exigen su retiro inmediato. También denuncian que la misión de la ONU fue la culpable del brote de cólera que se desató en el país y que ya causó unos 9.000 muertos y 800.000 contagios. El Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití y la Oficina de Abogados Internacionales (BAI, por sus siglas en francés) afirman que la epidemia se produjo por un vertido de residuos fecales que la delegación nepalí de la MINUSTAH realizó en un río haitiano.
Otra de las polémicas que generó la presencia de la MINUSTAH en Haití fue protagonizada por cinco miembros de la delegación uruguaya que trabajaba en el país. Una cámara registró el momento en el que los hombres violaron a un joven haitiano. El caso generó conmoción en el país y hasta provocó la ira del presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, que luego retiró a los efectivos charrúas que formaban parte de la misión.
Pese a la catarata de críticas, hace algunas semanas el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, prorrogó el mandato de la MINUSTAH por un año más e indicó que mantendrá la actual composición de cascos azules en 2.370 tropas y 2.601 policías. Una decisión que volvió a causar descontento entre dirigentes políticos, intelectuales y movimientos sociales. Quien resulte electo nuevo presidente también deberá lidiar con esa situación para poder garantizar la estabilidad y la gobernabilidad de un país con una larga historia de caos, miseria y sometimiento extranjero.
Jude Célestin
Liga Alternativa por el Progreso y la Emancipación Haitiana (LAPEH), de 53 años. Encabeza casi todas las encuestas y se perfila como el favorito a vencer en las elecciones. Estudió Ingeniería en Suiza. Fomenta la creación de empleo como solución a la crisis haitiana. En 2010 llegó a la segunda vuelta, pero hubo un recuento de votos y finalmente fue Michel Martelly quien entró al balotaje.
Jovenel Moise
Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK) de 47 años. Empresario que se dedica a la producción de bananas. Creció políticamente de la mano del presidente Martelly. Las encuestas lo posicionan en el segundo o tercer puesto para estas elecciones. Pretende continuar impulsando los proyectos de desarrollo de su mentor político y “mejorar lo que merezca ser mejorado”.
Moise Jean Charles
Plataforma Pitit Dessalines
Tiene 47 años. Fue tres veces alcalde de Milot. Según sostiene, el principal problema haitiano es la insuficiencia alimentaria. Propone fácil acceso a créditos para pequeñas y medianas empresas, creación de empleo en el campo y promoción de una educación basada en la escuela pero también en la industria. Promete mejorar los índices de desarrollo.
Maryse Narcisse
Fanmi Lavalas
Es médica recibida en Haití y realizó una maestría en Estados Unidos. Fue funcionaria en el área de Salud del gobierno de Jean Bertrand Aristide. También fue ministra consejera de la Misión Permanente de Haití ante las Naciones Unidas. Se especializa en prevención del SIDA. Entre 2004 y 2006 vivió en Miami.