Claudio Fuentes, director universitario chileno: «Con la propuesta constituyente, Bachelet optó por forzar un acuerdo político»
Por Giselle Sauré
El Director de la Escuela de Ciencia Política de la UDP desmenuzó la estrategia de a Presidenta para involucrar a todas las fuerzas políticas en el debate con participación ciudadana en la ruta hacia una nueva Constitución. No obstante, aclara que el planteamiento deja abiertas varias interrogantes.
«Es un proceso constituyente que obliga a un acuerdo político y social. Esa es la intención de esta opción que tomó la Presidenta». Esa es la definición que para el cientista político, Claudio Fuentes, le da sentido a la propuesta anunciada la semana pasada por la Presidenta Michelle Bachelet y que busca converger consensos entre oficialismo, oposición y ciudadanía en torno a una nueva Constitución.
En conversación con La Nación, el director de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales (UDP) y coautor del libro la Solución Constitucional lanzado recientemente, considera que pese a que es una promesa de campaña que se autoimpuso y que la ciudadanía la está cobrando, la apuesta de la Mandataria es una salida al problema que se genera al interior de la Nueva Mayoría, ya que son muy distintas las visiones respecto del mecanismo que debe elegirse para dar forma la Carta Fundamental que reemplazará la 1980 y que, por otra parte, la derecha más dura, en este caso la UDI, se resiste al cambio.
¿Qué opinión tiene del proceso constituyente anunciado por la Presidenta?
Creo que es una propuesta realista desde el punto de vista de la configuración de fuerzas políticas hoy día. El problema de la Presidenta es que tiene una coalición dividida respecto de qué tipo de mecanismo optar para establecer una nueva Constitución. Hay unos que quieren la vía del Congreso, otros la de Asamblea Constituyente, y por lo tanto, frente a esa división interna no tiene los votos suficientes para avanzar en una sola propuesta.
Entonces, ¿en qué sentido va esa solución y qué pretende?
Pienso que solución planteada busca dos objetivos. Por un lado, ganar tiempo, pasarle la pelota a los partidos políticos en el Congreso y, segundo, integrar o desafiar a la derecha a que tome una postura sobre el tema. Al señalar que va a enviar un proyecto de ley a este Congreso obliga a la derecha a posicionarse y eso creo que va a generar un debate muy fuerte en la oposición.
¿Ve más división en la oposición o en el oficialismo? Se lo pregunto porque RN y la UDI pidieron garantías para que el proceso no se transforme en un adoctrinamiento político y en una venta de pomada que extienda por años la discusión?
Acá lo que hay es que Evopoli, Amplitud, Horizontal y todos estos grupos nuevos, más un segmento importante de Renovación Nacional están dispuestos a debatir una nueva Constitución y eso hace 3 años no era así, y por lo tanto es un paso importante. Lo que aísla a la UDI es que tiene una postura de que no es necesario cambiar la constitución, eso ya es un escenario que nos mostrará en 2017 cuán unida estará la derecha en si va a aceptar la posibilidad de que se convoque a una asamblea constituyente, a un plebiscito, o simplemente decir: ‘no, solamente vamos a aceptar la comisión bicameral y punto’, y que eso se plebiscite, que esa es la solución de RN.
Por lo tanto, más que a la Nueva Mayoría la pregunta el 2017 va a ser para la derecha y ahí se va a centrar el debate con una derecha que en materia constitucionalista está dividida. En ese sentido creo que Bachelet lo que hizo estratégicamente es ganar tiempo.
¿De quién fue la decisión, Bachelet la tomó sola, compartida, quiso estar bien con Dios y con el diablo?
No creo que ella quiso estar bien con Dios y con el diablo. Yo no sé si la tomó sola o se asesoró por alguien, pero básicamente al ver la pluralidad de opciones dentro de su coalición y de la derecha, creo que optó por un camino de tratar de generar una ruta que forzara un acuerdo político el 2017 y creo que eso es lo que está buscando.
«Creo que sí se allana el camino para que así sea, porque con las declaraciones de la oposición estamos mucho más cerca de un acuerdo político y sus actores están viendo que los van a considerar y eso creo que es lo que esperaba la derecha», añadió.
LEGITIMACIÓN DEL PROCESO CON LA CIUDADANÍA
Para el experto, el análisis a la forma en que la Jefa de Estado abordó el tema la legitimación del proceso es crucial para tener el respaldo ciudadano y obligar a los partidos a hacerse participar y lograr un consenso y que siga su curso más allá de este período presidencial.
«El gran desafío para el Gobierno va en relación a legitimar este proceso, a que la educación cívica, los diálogos, los cabildos incorporen a todos los sectores de modo que se vaya legitimando el cambio constitucional», enfatiza.
¿Entonces la estrategia de Michelle Bachelet es instalar el tema que es su promesa de campaña pero no involucrarse más allá de lo que le permite su periodo de Gobierno?
Si tú tienes una elite divida respecto a cuál va a ser el mecanismo para llegar a una nueva constitución, ella lo que hace es llevarlo primero a la ciudadanía, constitucionalizar y politizar el debate a nivel social, y de ahí generar un acuerdo político en el Congreso, y que después se discuta en el Congreso ya renovado. Creo que es lo más pertinente que se puede hacer.
¿Cómo lo proyecta si esta materia inevitablemente o ex profeso se va a topar con la elección de 2018?
Ahí hay dos temas o dos desafíos. Por un lado, la capacidad de los grupos sociales como Marca AC, de presionar al sistema político para lograr una salida participativa al proceso constituyente, porque hoy las fuerzas políticas en su mayoría DC, RN, UDI, están porque el Congreso resuelva. Entonces, en el año 2018, si estas fuerzas se mantienen igual la solución más probable sea esa. Y la pregunta para los movimientos sociales es ¿hasta dónde ellos pueden presionar para que sea un mecanismo lo más participativo posible’. Por eso el debate es constitucionalizar en la línea de tener un Congreso pro asamblea constituyente.
Independiente del sector político, ¿el próximo candidato presidencial también debiera tener una postura pro cambio a la Constitución?
Sí, claramente, aunque va a depender, por ejemplo, de qué candidato lleve la derecha. Si es Sebastián Piñera, va a tener que posicionarse frente al tema porque en general RN ha estado por un cambio constitucional. Hay que recordar las conversaciones entre la DC y RN sobre esta materia y de tener un régimen semi presidencial, o las propuestas del senador Andrés Allamand en torno a eliminar algunas leyes orgánicas.
PROPUESTA DEJA ABIERTAS INTERROGANTES
No obstante parecerle acertada y «lo más pertinente que se puede hacer» en el escenario político y de deslegitimación de las instituciones que vive el país, Claudio Fuentes afirma que el planteamiento de Bachelet deja algunos al menos tres flancos abiertos.
¿Insumo ciudadano 2016 será tomado en cuenta por el nuevo Congreso 2018?
Conforme al cronograma los diálogos ciudadanos serán la base del proyecto de ley que enviará la presidenta a fines del próximo año al Congreso para que defina por qué mecanismo se va a discutir y enriquecer en manos del nuevo Parlamento electo por el nuevo sistema electoral proporcional.
«La pregunta ahí es si tú fuiste electo, ¿por qué tienes que estar vinculado a un proceso anterior? Entonces ahí se plantea cuán vinculante es lo que la ciudadanía plantee el 2016 el 2018, creo que no queda claro el nivel de vinculación. Me cuesta imaginar lo vinculante del insumo de la ciudadanía con un nuevo Congreso, con otros actores, con otros insumos».
Si la alternativa del nuevo Parlamento es una convención constituyente mixta…
¿Quién va a elegir a esos ciudadanos, cuán representativos de la sociedad van a hacer, qué pasa si esos ciudadanos que se eligen no están de acuerdo con lo que se eligió el 2016. Entonces está la duda de que no está clara esa alternativa.
Mito en la legitimidad del próximo Congreso…
«Muy probablemente, muchos de los parlamentarios que hoy están en ejercicio van a estarlo en 2018. Entonces, se plantea un mito de que el próximo Congreso tiene mayor legitimidad cuando uno ve que el proceso de deslegitimación de las instituciones políticas, del Congreso es un proceso mucho más estructural que creo que va a pasar del 2018, porque la gente no cree en ellas».
«En las elecciones de 2017 va a participar poca gente, van a elegirse muchos de los parlamentarios que está hoy y por lo tanto eso de un nuevo Congreso es un mito, eso no va a pasar. Y por lo tanto, la pregunta es cuánta legitimidad social va a tener este Congreso para elegir una alternativa entre las que se han planteado y creo que eso va obligar al parlamento a convocar un plebiscito y que la ciudadanía elija lo que quiera y eso extendería el debate constitucional por unos 2 años más».