La nueva etapa del proceso en La Haya – Diario Los Tiempos, Bolivia

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Pasadas las primeras sorpresas que ha provocado en Chile el rechazo de los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a un recurso de ese país pidiendo que se declaren incompetentes para procesar la demanda boliviana de un diálogo de buena fe con el propósito de atender la demanda boliviana de recuperar un acceso soberano al océano Pacífico, Bolivia y el vecino país se preparan para la siguiente etapa en la que Chile debe responder a la memoria boliviana.

Como hizo notar el delegado del país ante La Haya, el expresidente Eduardo Rodríguez, en una entrevista con Los Tiempos difundida el pasado domingo, Chile gozará de una ventaja adicional, pues tendrá más de los 10 meses que tuvo Bolivia para preparar su respuesta. Y en este caso, el tiempo es precioso. Este hecho, que es fortuito, obliga a que en el país se adopten las previsiones del caso y se mantenga la decisión hasta ahora respaldada por el Primer Mandatario de no subordinar nuestra actuación en esa instancia internacional a los intereses de política interna como está sucediendo en Chile, y que con gran desplieguen de poder están intentado hacerlo en el país varios de sus colaboradores de segundo y tercer nivel.

Hay que señalar, asimismo, que en consonancia con la decisión de La Haya, el Presidente del Estado ha invitado a la Mandataria de Chile a dialogar sobre el tema, en forma paralela al desarrollo del proceso en La Haya, que busca el mismo fin.

Desde Santiago se ha informado que una vez que la impertinente reacción de parte de sus principales autoridades tratando de convencer a su población de una flagrante falsedad como es que la resolución de La Haya beneficiaría a su país, para, obviamente, suavizar el impacto de la derrota sufrida, el Gobierno ha convocado a una ampulosa reunión con dirigentes políticos, historiadores y especialistas, para debatir la estrategia que seguirán hacia adelante. Además, se ha informado que todos sus equipos serán reforzados e incluso habría algunos cambios de responsables.

Es decir, la resolución de La Haya y el desvelamiento de las falacias de la Cancillería chilena han provocado reacciones y críticas severas a su Cancillería. Así, por un lado y más allá, obviamente, de la retórica, dentro del propio Gobierno y el equipo ministerial de la Presidenta de Chile habría serias divergencias sobre el camino a seguir y la necesidad de que los responsables del fracaso reciban una sanción política. Por otro lado, han surgido muchas voces de respetables ciudadanos de ese país que apoyan con argumentos sólidos el camino de la negociación.

En ese contexto, el país tiene dos desafíos en el inmediato futuro. Uno, hacer seguimiento a la estrategia chilena respecto a La Haya de manera que la “contra memoria” pueda ser respondida con similar contundencia argumental que tiene nuestra demanda original. Por el otro, ir delineando los escenarios de diálogo y negociación que pueden darse con Chile mientras dure el proceso en La Haya o a su conclusión. Así, y como sugiere Rodríguez, es nuevamente el tiempo del gabinete.

Los Tiempos

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