El Tratado Transpacífico viene a robarnos, viene a humillarnos – Por L. Alberto Rodríguez

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Este 5 de octubre se firmó en Estados Unidos el Tratado Transpacífico, el TTP, el mega acuerdo comercial orquestado por la Casa Blanca con 11 países más.
Las agencias no brindan información clara sobre qué es o de qué se trata esto; se centran en las declaraciones de funcionarios de economía de cada país integrado, sin bajar el tema con un lenguaje claro y fácil de comprender. Y deberían hacerlo, ya que este asunto involucra las vidas de casi mil millones de personas en el mundo.

¿Y por qué no lo hacen? ¿Por qué no se dedican a explicar la iniciativa?

Las razones, sin embargo, saltan a la vista.

Para empezar, el TTP se ha negociado en secreto.

Sí; de acuerdo con información de algunos blogs, solamente tres personas por cada país conocen a detalle la iniciativa. Pero gracias a unas filtraciones de Wikileaks, es que podemos conocer mejor esta conspiración.

El TTP es un gigantesco acuerdo comercial; una especie de súper tratado de libre comercio. Y cuando digo “libre” me refiero a sin reglas, cero regulaciones, todo vale. Ni más ni menos que el tipo de mercado que siempre soñaron los capitalistas: el que no les limita de nada y les brinda todas las garantías para hacer negocio con prácticamente todo lo que se les antoje. Pero como en Estados Unidos ya saquearon hasta lo invisible, entonces van por los recursos de otros países.

Pues bien, el TTP incluye dos aspectos fundamentales.

Primero, una iniciativa para limitar y castigar mediante tribunales internacionales la libertad de expresión en internet. El pretexto es conocido: la supuesta protección de derechos de autor (sí, reedición de laLey SOPA).

De modo que si alguien considera vulnerada su “propiedad intelectual” podrá demandar ante el país; luego el caso se iría a una corte de la TTP, cuyo veredicto será entregado al Estado de la nación correspondiente para que aplique los términos del acuerdo internacional. Términos que no se conocen en específico. Es decir, no sabe cómo ni qué tipo de sanciones se llevará quien “viole” estas normas.

Y lo segundo que estipula el TPP es la entrega de todo el poder de los recursos nacionales a los monopolios de diversas industrias, desde los alimentos, hasta las farmacéuticas. De hecho, el presidente Barack Obama ha dicho en un comunicado publicado por The Wall Street Journalque el 95% de sus clientes están fuera de Estados Unidos. Y “clientes” es una forma retórica para decir “territorios de los que tomaremos lo que nos plazca”.

¿Y Quienes participan en el TTP? Estados Unidos, Japón, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Pero claro, quien fijará la tutela sobre lo que se hace y cómo se hace en este asunto, es Washington.

¿Cómo afecta esto a México? Pues ni más ni menos que es la estocada final a las Reformas privatizadoras que se han impulsado desde 1988 y que bajo la administración de Enrique Peña Nieto vieron la luz

México perderá por completo el control de los recursos naturales. Las inversiones privadas, o de “los mejores inversores” se apoderarán del total de las industrias energéticas (petróleo, energía, telecomunicaciones, energías alternativas), mineras, servicios, comerciales y de todo lo que te imagines.

De hecho, sobre la base de la privatización de los sectores de Salud y Educación, el TTP instará a que sean empresas privadas quienes las administren. Esto significa que se desmantelará por completo el sistema educación y salud pública del país, el cual de por sí viene enfrentando un deterioro planeado.

En suma, desaparecerán el IMSS y el ISSSTE, tal cual se ha venido documentando con las modificaciones a la ley que han determinado que poco a poco estas instancias únicamente vayan atendiendo enfermedades menores, en tanto otros tratamientos de primer nivel como cáncer o diabetes, se cubran mediante la adquisición de un seguro privado. Así funciona en Estados Unidos. Así pasará aquí. Y a esto súmale que las patentes estarán protegidas de competencia, dejando que las farmacéuticas cobren lo que se les antoje por los medicamentos…

¿Las playas y los bosques? Bienvenidos campos de golf y resorts para quien lo pague.

Se tiene qué ver el TTP como la homologación del capitalismo del tipo gringo en todos los países que lo suscriben.

¿A qué me refiero?

Por ejemplo, la creación de un modelo de hipotecas donde a cambio de unos dólares, el banco se hace dueño de tu casa mediante intereses que pueden ser aumentados a capricho de la institución, convirtiéndolos en deuda impagable y terminando por echarte a la calle. Esa fue la causa de la crisis inmobiliaria del 2008. Estados Unidos y otros países como España echaron a mucha gente a la calle y no obtenían nada de dinero, porque, además, no había (no hay) trabajo y el que había (o hay) estaba precarizado. Entonces se vino una crisis. El problema es que los Gobiernos no tenían dinero para pagarla ¿Y qué se les ocurrió? Cargar el gasto a la clase trabajadora, recortando el presupuesto para servicios básicos, liquidando derechos laborales, aumentando la edad de jubilación, subiendo los impuestos como el IVA, entre otras maravillas.

El lucro como prioridad. Negocio con lo que sea…. Pero no para todos, no. Si pensabas que esta era tu oportunidad para acumular capital, despierta,toda la ganancia es para los monopolios.

El TTP pretende dominar el 40% de la economía mundial y hacerle frente al embate de China, que junto a Rusia y algunos países de Sudamérica, están dejando sin pastel a Washington. Para finales del próximo noviembre se tendrá listo y se anunciará públicamente.

Entonces tenemos por un lado el fortalecimiento de los monopolios, y por el otro, medidas punitivas para coartar las libertades de quienes quieran protestar. ¿Negocio redondo, no? Pues si no pasa algo antes, si no despertamos a tiempo y ocupamos las plazas, paramos la producción y nosotros, la clase trabajadora nos apropiamos de las industrias, entonces sí, aquí estaremos luego, conquistados, más pobres, más humillados.

L. Alberto Rodríguez.
Periodista y escritor mexicano. Analista político sobre el polo comunista internacional y de países no alineados.

TeleSur

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