Uruguay | Yamandú Orsi fue investido presidente y auguró la llegada de un “futuro muy venturoso”

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Entre emociones, reconocimientos y urgencias, Yamandú Orsi fue investido presidente y auguró la llegada de un “futuro muy venturoso”

En una jornada marcada por los 40 años de democracia, el mandatario dijo que Uruguay “merece” celebrar los 200 años de su independencia y “repensarse ante un mundo impredecible”

“Evidentemente, la naturaleza, el clima tenía ganas de que la fiesta se realizara de esta manera”, al aire libre y en la plaza Independencia, dijo Yamandú Orsi en su primer discurso luciendo la banda presidencial. Ante el fervor del público presente, el flamear de banderas uruguayas y frenteamplistas en la plaza Independencia y balcones aledaños, el mandatario dejó en claro que “hay mucho trabajo” y este se debe hacer “con el corazón y la cabeza” puesta en los que más “necesitan”. La atenta mirada de la vicepresidenta con lágrimas en los ojos completaba una escena que, por algunos instantes, mantuvo por primera vez –en la jornada– el silencio en la concurrida explanada.

Centenares de militantes llegaron a la plaza horas antes de Orsi y Cosse. Siguieron el discurso del nuevo presidente desde las pantallas gigantes y aplaudieron, cantaron y celebraron cada vez que Orsi, Cosse, el expresidente José Mujica e incluso el presidente de Brasil, Lula da Silva, aparecían en las imágenes. También cantaron con fervor el himno nacional marcando bien fuerte las frases “sabremos cumplir”, emblema de la campaña electoral, y “tiranos, temblad”, con el puño en alto, y silbaron a algunos referentes de la oposición cuando eran enfocados, como el expresidente Luis Alberto Lacalle Hererra, y a su hijo, el ahora también expresidente Luis Lacalle Pou, cuando fue nombrado por su sucesor.

Con el discurso en la Asamblea General ya culminado y todos los saludos protocolares realizados, la gente esperó cerca de una hora entre que la fórmula presidencial salió del Palacio Legislativo, en la Aguada, y llegó a la plaza, en la Ciudad Vieja. En varios momentos, los frenteamplistas levantaron aplausos y cánticos. Al clásico “el pueblo unido jamás será vencido” se sumó el “nunca más” cuando Orsi y Cosse bajaron del vehículo que los trasladaba para saludar a integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. Ese canto se repitió cuando, ya con la banda presidencial, Orsi recibió los honores de las Fuerzas Armadas. “¡Dónde están, dónde están!”, cantaron.

Las delegaciones internacionales y las futuras autoridades fueron llegando de a poco a la plaza. El presidente de Chile, Gabriel Boric, fue uno de los primeros reconocidos y más saludados por el público; todos los futuros gobernantes y los legisladores del FA llegaron a la plaza en uno de los ómnibus turísticos de la Intendencia de Montevideo. Varios de ellos –el primero fue el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti– se acercaron a la gente para saludar, abrazarse y arengar. “Esta gente que viene acá es la que construye y hace. Es la que hizo que el Frente Amplio llegue al poder. Hace horas que están amontonados atrás de la reja. Es lo mínimo que podemos hacer, como una señal de que vienen con nosotros”, dijo Fratti a la diaria.

La fórmula entrante fue recibida por la dupla presidencial saliente, a los pies de la plaza. Los abucheos fueron fuertes cada vez que el mandatario saliente era enfocado en las imágenes, y cada vez que era nombrado por los encargados del protocolo y por Orsi en su discurso. En la ceremonia, que se llevó a cabo en el escenario montado bajo el monumento a José Artigas, la escribana asesora de gobierno, Silvana Sena, pidió las firmas de Lacalle Pou y Orsi, y así se formalizó el traspaso de mando. El presidente saliente le entregó la banda presidencial a Orsi y ambos se abrazaron.

Después también tomaron posesión de los cargos el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, el prosecretario, Jorge Díaz, todos los integrantes del gabinete ministerial y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Rodrigo Arim. Ya en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Orsi dio la autorización para que comenzara el desfile militar, para luego dar su primer discurso público.

Orsi: “No tengan duda de que el futuro será muy venturoso”

El presidente inició su discurso celebrando que el clima hubiera permitido que el acto se celebrara al aire libre. También recordó que con este acto se celebran 40 años de democracia ininterrumpida, “el período más extenso y que nos hace estar orgullosos y alegres”.

Orsi enfatizó en la oportunidad que tendrá Uruguay de que en estos cinco años celebre el bicentenario de la Declaratoria de la Independencia y el nacimiento del Estado. “Uruguay fue fruto de enfrentamientos y negociaciones, y fuimos hijos también de las controversias regionales, que hacían que este territorio fuera un territorio permanentemente de disputa”, dijo, y destacó que el proceso de fundación de la nación fue “complejo”. En ese sentido, consideró que “los uruguayos nos merecemos, en este período de cinco años, poder celebrarnos como Estado” y “repensarnos en un mundo impredecible, en una región que nos precisa más allá de nuestra dimensión y nuestra escala”.

Por último, manifestó que llegó a “esta instancia tan particular con una enorme gratitud”. Agradeció a sus antecesores y a los partidos políticos, “siempre cuidando de ese frágil cristal que es nuestra democracia”, a su esposa, Laura Alonsopérez, a sus hijos y a su hermana, “a quienes aceptaron la tarea de formar este gabinete”, al Frente Amplio y al pueblo uruguayo.

“Me siento muy orgulloso de pertenecer a esta sociedad, de pertenecer a este país, de ser del interior, de ser de mi Canelones, y vaya un saludo a todos los rincones del país, a ese interior profundo que a veces no parece que lo tengamos en cuenta”, expresó. “El país es uno solo y lo construimos entre todos”, dijo.

Planteó que “hay mucho trabajo, pero lo tenemos que hacer con el corazón y la cabeza puestos en aquellos que más nos necesitan. Tenemos un pueblo que nos espera, que tiene muchas expectativas en cada cambio de gobierno, y es lógico”.

“Nos espera un futuro con desafíos, pero, sin duda, si tenemos presente siempre esa sensibilidad que hay que tener para estar aquí, esa sensibilidad que ustedes, quienes nos antecedieron, le han puesto –corazón y razón– a los destinos de nuestra patria, no tengan duda de que el futuro será muy venturoso”, cerró.

Tras el discurso, Orsi y Cosse ingresaron al Palacio Estévez, saludaron desde el balcón a la militancia y recibieron a las diferentes delegaciones. La jornada pública terminó con un espectáculo artístico en la plaza y, a nivel privado, Orsi culminó su primer día como presidente con una cena con los presidentes extranjeros que aún quedaron en Uruguay en el hotel Radisson.

El respaldo de Fernando Pereira: “Cuando hay audacia política, hay esperanza”

Fernando Pereira, presidente del FA, fuerza política que ocupará por cuarta vez el gobierno, valoró “la felicidad” del pueblo que “ha logrado construir un modelo” como el FA, que no sólo gobierna, sino que trabaja en “cambiarle la vida a la gente”. Sobre Orsi, destacó “la coherencia” del nuevo presidente, algo que plasmó en los planteos que hizo en la campaña electoral y manifestó en sus diversos discursos este 1º de marzo.

“No va a ser insensible a las cosas que están pasando en Uruguay; va a tener firmeza, va a seguir la búsqueda de los desaparecidos [y va a llevar adelante] políticas de crecimiento para que al país le vaya bien”, comentó sobre Orsi. “Cuando hay audacia política, hay esperanza, y cuando hay esperanza, hay un pueblo festejando como hoy”, enfatizó Pereira.

Sobre el día después, el presidente del FA dijo que será momento de “trabajar” para los dirigentes y de “celebrar” para los militantes. “El pueblo uruguayo entiende que cuando cambia un gobierno las cosas siguen igual al día anterior: lo que cambia son las políticas que le cambian la vida”, reconoció. “Hay que visitar cada localidad del país para tener un ida y vuelta con el gobierno; lo van a hacer el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, y Daniel Mariño [secretario político del FA]”, adelantó Pereira, que comentó que él también participará en esas instancias.

Más allá del protocolo

Entre las autoridades, dirigentes políticos y personalidades de la sociedad uruguaya que ocupaban las primeras sillas sobre el escenario al centro de la plaza Independencia estaban varios importantes empresarios. Entre ellos, el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, Diego O’Neill, y el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios, Julio César Lestido. Sin embargo, había uno que tuvo en el gobierno saliente, y seguramente también lo tenga en el gobierno entrante, un particular protagonismo. Se trata de Alejandro Ruibal, director general de Saceem y actual presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay.

La constructora Saceem integra el consorcio Aguas de Montevideo, que firmó el contrato con el gobierno uruguayo para la construcción del proyecto Arazatí, pero también integra el consorcio Grupo Vía Central, que construyó el proyecto del Ferrocarril Central y anunció que demandará al Estado. Sobre la iniciativa que tiene como objetivo la generación de agua potable y que fue objeto de importantes críticas desde la sociedad civil, Ruibal dijo a la prensa que ya “se está en conversaciones” con el gobierno entrante y agregó que se le va a “buscar la vuelta” para que sea un proyecto “exitoso para todo el mundo”.

Sobre la tensión que se ha generado con el Estado uruguayo por el anuncio de la demanda internacional por la demora en los pagos, Ruibal indicó que confía “plenamente en la capacidad de todos los actores para arreglar el diferendo”. Subrayó que se trata de “cosas contractuales” que se podrán resolver a partir de “un arbitraje” que buscará “reconocer un acuerdo que ya existía”, y no en la Justicia. Más allá de esto, catalogó como “absolutamente viable” la resolución de las diferencias en una mesa de diálogo.

“A todos los gobiernos democráticos los empresarios los vamos a apoyar, y venimos a darle nuestro apoyo a Yamandú”, afirmó Ruibal. Agregó que la presencia es también un “reconocimiento a Lacalle Pou”. A futuro, el presidente de Saceem apuntó que lo que se pretende son “reglas claras” y “asegurar niveles de inversión que podrán ser públicos o privados”. También reconoció la necesidad de “mantener un diálogo franco”.

El arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, también le deseó buenos augurios a la nueva administración. “Le deseo éxitos y que pueda hacer un gobierno que nos dé mayor justicia, que busque el bien común de los uruguayos, que mantenga firme la democracia como ya ha dicho: tenemos algo importante y creo que lo tenemos que cuidar”, comentó en declaraciones a la diaria.

El reconocimiento de las urgencias

Más allá de la celebración, hubo tiempo para hablar de las urgencias que desde el gobierno entrante se reconocen y se buscarán resolver en el más corto plazo. El director de la OPP, Rodrigo Arim, dijo a la diaria que la jornada de festejo debe servir para reflexionar sobre “la democracia uruguaya” y “un modelo de convivencia” que el gobierno entrante debe “defender”.

En ese sentido, Arim aseguró que el logro de la “convivencia en paz” implica trabajar en “construir una sociedad equitativa, justa, que les dé oportunidades a todos y que sostenga las personas a lo largo de su ciclo de vida” en función de “las distintas contingencias” que deban atravesar. Para eso, adelantó que se insistirá en “moldear un sistema de protección social que sea acorde a estas necesidades, siempre bajo el paraguas de la sustentabilidad financiera y la intergeneracionalidad”. Destacó que se buscará priorizar “los extremos vulnerables”, como lo son “la infancia y las mujeres”, entre otros.

Respecto de otro de los temas de agenda, la seguridad, el prosecretario de Presidencia, Jorge Díaz, aseguró que se va a “trabajar sin prisa pero sin pausa contra el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de activos”. Reconoció que ese campo de trabajo se ubicará como una de las “prioridades” de este gobierno, y agregó que se habló sobre esos desafíos en la reunión con la delegación de Estados Unidos. Apuntó que para enfrentar el narcotráfico el país norteamericano será un “aliado”, así como “todos los estados” que piensen de la misma forma.

La Diaria


El Frente Amplio ya gobierna y tuvo su fiesta popular en Uruguay

La militancia canalizó en las calles de Montevideo la bronca contenida por 5 años de mandato de Lacalle Pou. La lucha por los desaparecidos, uno de los grandes desafíos del nuevo mandatario.

Por Gustavo Veiga

La militancia del Frente Amplio (FA) ganó las calles montevideanas y las convirtió en una postal tricolor. Le dio la bienvenida a su presidente y vice Yamandú Orsi y Carolina Cosse, rodeándolos de afecto cercano y apoyo popular. La tradicional avenida 18 de julio desde la Plaza del Entrevero hasta el corazón de esta capital, donde conviven el Palacio Salvo, la Torre Ejecutiva y la estatua del héroe Nacional, Artigas, era un desfile de banderas rojas, azules y blancas hermanadas con las de Uruguay y una algazara acompañada de bocinazos y gritos de felicidad.

La misma multitud le hizo saber también cuál era su espíritu a la derecha en retirada. Canalizó su bronca contenida por cinco años de mandato en el propio Luis Lacalle Pou. «El Cuqui ya se va, el cuqui ya se va…», le gritaban los más fervorosos seguidores del FA apretados contra las vallas en la Plaza Independencia, donde se cerraron los actos del día. Había sido una jornada húmeda, pero soportable. Sin la lluvia que hubiera mudado los festejos al auditorio del SODRE.

«La esperanza de un país libre»

«Esto que nos pasa es la esperanza de tener un país libre, un país digno y que tenga igualdad de oportunidades para todos. Que se sepa de los desaparecidos y empiecen a decir dónde están», comentó Marina, una mujer acompañada por su pareja. «Para nosotros es muy importante porque es el primer gobierno del Frente con nuestros hijos. Porque siempre peleamos por y para ellos», dijo él, Diego, quien vestía una remera con la inscripción «Somos todos familiares». Sus pequeños debutaban en una fiesta de traspaso presidencial.

A pesar de las vuvuzelas que sonaban sin parar, otros militantes se aproximaron a este cronista y pidieron la palabra en una esquina. Con respeto y sin estridencias explicaron cómo se mantiene la unidad en el FA: «No es fácil, pero es la clave del Frente Amplio y eso sería bueno que se trasladara a otros países. Yamandú logró alinear a todo el mundo y vio lo que nos había pasado cinco años antes. Este pienso que va a ser un gobierno que va a tomar en cuenta los errores del pasado. Entramos en la tercera era progresista en Uruguay», comentó Silvia Rodríguez.

Las opiniones de los ciudadanos de a pie no difieren demasiado de los legisladores que representan al Frente en la Asamblea Nacional. Gabriel Otero, representante en la Cámara Baja por el MPP de José «Pepe» Mujica comentó: «Pudimos salir adelante gracias a la autocrítica de la militancia. Ahí se salió a resistir en las calles con el pueblo. Entonces volver inmediatamente después que se perdió con un candidato fuerte, sólido y con un Frente Amplio muy unido significa aprendizaje. Significa que no es un período de gobierno más. No es el cuarto gobierno del Frente. Es un nuevo gobierno del Frente donde tenemos que volver mejores y diferentes, y lo vamos a lograr».

Los detalles de la ceremonia

El auto que trasladaba al binomio presidencial se detuvo a pocos metros de la base del monumento a Artigas. Orsi lucía traje azul y Cosse un vestido rosa. Ahí se levantó el palco con un atril desde donde habló el presidente -mucho menos tiempo que en el Palacio Legislativo-, la escribana de gobierno guardó las formas protocolares del acto y los ministros del gabinete firmaron el libro que los acredita.

Los presidentes y presidentas extranjeros esperaban sentados en unas sillas rojas, donde Lula se llevó más miradas que el resto. El líder del PT, el más veterano y tres veces elegido por el pueblo del poderoso vecino, había organizado la noche anterior un asado. Sus invitados fueron el chileno Gabriel Boric y el propio Yamandú. Hablaron de la integración regional, un tema que le preocupa mucho. Luis Arce de Bolivia, Santiago Peña de Paraguay, Gustavo Petro de Colombia y los centroamericanos Xiomara Castro de Honduras, Bernardo Árevalo de Guatemala, Luis Abinader de Republica Dominicana y José Mulino de Panamá llegaron todos en sus autos oficiales hasta Plaza Independencia. En cambio, los integrantes del gabinete de Orsi viajaron desde la Legislatura en un ómnibus turístico descapotable.

Los 14 ministros del flamante presidente más el secretario general de la Presidencia, Alejandro «Pacha» Sánchez, quien le tomó el juramento, componen un mosaico de las distintas identidades partidarias que unidas conviven en el Frente. Seis de los quince funcionarios pertenecen al Movimiento de Participación Popular, la fuerza que sacó más votos del FA. Pero conviven con el ex afiliado socialista y ministro de Economía Gabriel Oddone; el comunista y ministro de Trabajo, Juan Castillo; el integrante de Asamblea Uruguay, José Mahía, a cargo de Educación y Cultura y la responsable del área de Salud, Cristina Lustemberg, del PAR, otro de las piezas del gran mecano que es el FA.

Incluso el Frente tendrá en el Ministerio de Ambiente a Edgardo Ortuño; el primer legislador afro-uruguayo que integró el Parlamento y militante de la Vertiente Artiguista. Es posible que desentone en el gabinete la mirada de mano dura del ex fiscal Carlos Negro a quien Yamandú colocó al frente del Ministerio del Interior. Es un funcionario de perfil técnico, de buenas relaciones con la policía y que en una declaración pública confesó: «La lucha contra el narcotráfico está perdida».

La deuda con la memoria, verdad y justicia

En el escenario del traspaso del mando hubo dos rechiflas ostensibles. La primera más fuerte que la segunda. El blanco de la primera fue el presidente saliente, Lacalle Pou, quien le colocó la banda a su sucesor. La otra sonó cuando comenzó el desfile militar. Una consigna sobre los desaparecidos sonó desde las primeras filas de la multitud bajo una resolana que impedía ver con nitidez el palco.

En Uruguay se cuentan 197 desaparecidos, y la inmensa mayoría de ellos fueron secuestrados en la Argentina en el marco del Plan Cóndor. Apenas 31 fueron identificados y seis de ellos aquí. Uno de ellos, el campeón panamericano de boxeo de 1963, Gualberto Floreal García, fue un militante social secuestrado en Buenos Aires en 1974. Su cadáver apareció acribillado en Canelones cuando la dictadura argentina lo entregó al régimen uruguayo.

La trascendencia de la vista de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, marca el camino de las luchas de organismos de Derechos Humanos a un lado y otro del Río de La Plata. Su compromiso consecuente representa un estímulo que la militancia del Frente Amplio reconoció en Uruguay. También fue homenajeada en la Intendencia de Canelones y se encontró con Mujica en su chacra, de quien dijo que «va a resistir bastante» pese a sus problemas de salud.

Cuando el acto en Plaza Independencia terminó, Orsi y Cosse caminaron hacia el viejo Palacio Estévez, la vieja sede del gobierno y salieron al balcón a saludar. Abajo la gente los ovacionó porque cree en el proyecto del Frente y está pendiente de que se pueda modificar la correlación de fuerzas con los males endémicos que afectan a Uruguay y toda la región.

Con la salida de Lacalle Pou del gobierno y la entente conservadora que lo acompañó hasta el último día de febrero, queda un dato que explica la dimensión del problema. 40 mil niños más en los últimos cinco años pasaron a vivir en la pobreza, le comentó a este cronista el nuevo ministro de Trabajo Juan Castillo. A mayo del año pasado el 44 por ciento de los 350 mil pobres uruguayos eran niños y adolescentes.

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