Perú: golpe blando, golpe duro. Golpe blanco, oscuro – Por Rudecindo Vega Carreazo

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Rudecindo Vega Carreazo *

La mafia gubernamental, mediante su operadora presidencial, ha denunciado, a la prensa y Fiscalía de la Nación de estar impulsando un “golpe de estado blando”, “blanco” de “los caviares”. Es una cortina de humo para tapar las denuncias fiscales contra la presidenta, el allanamiento judicial a su compinche el ministro del interior, su negativa a restituir la ley de detenciones preliminares para perseguir el crimen y, un conjunto de desgracias públicas y privadas como el derrumbe del puente de Chancay y el techo del Real Plaza de Trujillo.

El tono de la presidenta, en defensa de su allanado ministro, ha sido desproporcionado, descontrolado, nunca visto en presidente alguno; el consejo de ministros, cual bandada de cotorras, mal repitió lo declarado por la presidenta; los políticos jefes de la presidenta inmediatamente salieron a darle soporte para evidenciar que su operadora no está sola.

Hablan de golpe blando caviar para diferenciarlo de su golpe de estado duro gubernamental, de “golpe blanco” distinto a su golpe de estado mafioso desde la oscuridad. Acusan a otros, para esconder sus delitos; llaman golpistas a sus críticos para ocultar su propio golpe de estado mafioso. Son esa “ruina moral” que ninguna cirugía puede arreglar.

Las investigaciones periodísticas y acusaciones fiscales que tanto enfurecen a la mafia gubernamental son nada comparado a la destrucción del orden constitucional y el estado de derecho que ellos vienen realizando desde el gobierno. Hace tiempo ejecutan, paulatinamente, un mafioso golpe de estado. La institucionalidad democrática ha sido destruida, solo es formal. El equilibrio de poderes ha sido roto por el congreso, tiene copado y controlado al poder ejecutivo, Tribunal Constitucional, Defensoría del Pueblo, Junta Nacional de justicia, JNE, ONPE, RENIEC, Controlaría y, parcialmente, al Ministerio Público y Poder Judicial.

La independencia y autonomía de los poderes del estado y organismos constitucionales no existe, el congreso y ejecutivo controlan todo y van construyendo su perpetuación en el poder. Las reglas democráticas, políticas y electorales han sido arregladas para su reelección. Es un golpe de estado duro, desde la oscuridad, que los peruanos padecemos de las mafias que se han apropiado del gobierno y el estado.

La ilegitimidad y carencia de representatividad de las autoridades gubernamentales es tan grande que la presidenta acumula el 95% de rechazo y desprecio ciudadano y el congreso porcentajes similares, ella apenas logra 3% de aprobación y el congreso el doble. Existen zonas del país, estratos sociales y etarios donde el margen de error de las encuestas es mayor que la aprobación misma, es un récord mundial de ilegitimidad y carencia de representatividad. El desprecio y rechazo es en todo lado, es un gobierno apestado.

El Poder de la fuerza y la formalidad, sostenida y controlada, por organizaciones criminales, que dirigen los poderes estatales, las fuerzas armadas y la policía nacional son su real sostén. La ilegitimidad del régimen político nacional es sostenida por mafias que dirigen y controlan el estado desde la oscuridad y clandestinidad del crimen. Esas organizaciones criminales que gobiernan bajo el nombre de partidos políticos han dado el golpe de estado duro y oscuro hace tiempo, sus jefes no están en el gobierno, pero, desde fuera, toman las decisiones gubernamentales en el país.

Ese gobierno desde la sombra, de organizaciones criminales, es, además, ilegal e inconstitucional, un golpe de estado camuflado. Todos sabemos que la presidenta es una marioneta y no gobierna; que el congreso, en un país presidencialista, gobierna más que la presidenta; que, en el congreso, en un país que no es parlamentarista, mandan los líderes de los partidos que tienen bancadas en nombre de organizaciones criminales; que esos líderes son prontuariados de la justicia más que estadistas.

En Perú gobiernan capos no electos que controlan a las autoridades electas desde sus organizaciones criminales representadas en el congreso y gobierno. Nuestras autoridades solo tienen la formalidad y legalidad de su origen, pero la ilegalidad y criminalidad de su función. Son autoridades de hecho, representan un golpe de estado duro y oscuro que existe en el país. Prueba de ello, el inmediato respaldo a las sandeces presidenciales, casi con texto copiado, del fujimorismo, cerronismo, porkismo, acuñismo, acciopopulismo y sus aliados. En Perú no existe un gobierno democrático, republicano y descentralizado como manda la constitución, padecemos un gobierno mafioso y criminal que ha asesinado nuestra república mediante ese golpe de estado, duro y oscuro.

La normativa gubernamental pro crimen es otra clara muestra de que en el Perú se ha instituido un golpe de estado dado por las mafias que controlan los partidos y dirigen los poderes del estado y el gobierno. El golpe de estado, más que al gobierno de turno o a los gobernantes, ha sido un golpe al estado de derecho y orden constitucional; más que para instituir un presidente, ha puesto, mediante el congreso, una títere mediocre y corrupta para obedecer; más que dirigir el gobierno y estado desde la estructura formal del estado ha constituido un gobierno mafioso dirigido desde la sombra por lideres y dirigentes de organizaciones criminales disfrazados de partidos políticos.

En Perú, padecemos un golpe de estado duro y oscuro de la criminalidad, no somos un estado de derecho; mediante el golpe de las mafias, somos un estado criminal. La presidenta y sus aliados, son ese gobierno mafioso, inepto, manchado de sangre y reluciente del oro de la corrupción.

“La presidenta no está empoderada doctor, ella está encabronada, emputada” me enmendó un dirigente gremial al escuchar a la presidenta defender a su compinche, extorsionador, el ministro del interior y, unirse a los “legionarios de la guerra anti caviar”.

Mi argumento de que estaba empoderada quedó corto, mi otro argumento de que su reacción era porque se sentía cercada, quedó fuera de contexto; el vocabulario dirigencial es más rico y preciso, “encabronada”, “emputada” según el Diccionario de la RAE significa “furiosa, encolerizada, enojada, enfadada, enojada”. Se siente y se sienten intocables, las criticas las enrostran a renegados o desagradecidos a su “gran gestión” y, las acusaciones de las autoridades fiscales como odio y revanchismo.

De tanto elogiarse, se convencen de que están haciendo un gran gobierno, mejores que muchos otros; creen en su honradez así floten y naveguen sobre la pus; se ven omnipotentes, eternos, por el control del poder y su autoritarismo. La mafiosa coalición gubernamental ha dado un golpe de estado duro, oscuro, criminal, ostentoso, autoritario que busca perpetuarse y debemos derrotar; no será con golpes blandos ni blancos que los derrotemos, si mediante un golpe democrático que nos permita recuperar nuestra patria.

*Abogado y político peruano. Fue ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento en el gobierno de Alejandro Toledo, así como Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo en el gobierno de Ollanta Humala.

Otra Mirada


 

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