El viaje americano de un “cubano” arrepentido – Por Magda Arias

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EL VIAJE AMERICANO DE UN “CUBANO” ARREPENTIDO

Por Magda Arias*

Cuando Donald Trump tomó posesión como presidente de los Estados Unidos, designó como Secretario de Estado a Marco Rubio, uno de los políticos cubano-americano de mayor línea dura de los Estados Unidos.

Carrera meteórica

El flamante secretario, ha tenido una carrera meteórica. Siendo estudiante de Derecho en la Universidad de Miami se acercó a los republicanos cuando fue practicante en la oficina de Ileana Ros-Lehtinen, integrante del lobby cubano-americano, miembro de la Cámara de Representantes por el Partido Republicano (1989-2019) y presidenta del Comité de Asuntos Exteriores. Allí se inició en el negocio de “la lucha por la libertad de Cuba”, además de ser visible para organizaciones y personas vinculadas al terrorismo y la violencia política como la Fundación Nacional Cubano-Americana, la Brigada 2506, Luis Posada Carriles, Orlando Gutiérrez Boronat y otros, que vieron en él un relevo apropiado para la generación de los batistianos derrotados.

Su gran ambición y contactos personales le valieron para ser elegido a la Cámara de Representantes de Florida en 1999, donde llegó a ser líder de la mayoría republicana (2003-2006) y presidente (2006-2008). Su buena imagen y posicionamiento público lo hicieron atractivo a los conservadores de base que apoyaron su postulación como «candidato del establishment”.
En la Conferencia de Acción Política Conservadora de 2010 criticó el poco dominio de la realidad y la corrupción de la clase política, lo que le ganó el respaldo del Comité Senatorial Nacional Republicano y de varios políticos de alto rango a nivel nacional durante las elecciones de medio término. Fue electo senador en enero de 2011 y reelecto en otros tres mandatos consecutivos, hasta enero 2025[1].

El senador Rubio

El senador Rubio, “conservador con ideas nuevas, derechista firme y suficientemente moderado” llegó a ser valorado como posible vicepresidente de Mitt Romney[2] en el año 2012. Idea que no prosperó, pero le permitió publicar su autobiografía “American Son: A Memoir” (Un Hijo Americano), donde explicó su vida y exhibió sus competencias en la carrera electoral por el Senado.
Otro libro, una biografía no autorizada, «The Rise of Marco Rubio» (El ascenso de Marco Rubio) se encargó de cuestionar la vida privada y política del senador que capitalizó el interés del Partido Republicano por los votantes hispanos.

El medio británico Daily Mail reprochó el ambiente familiar «turbio», el tráfico de influencias y el encubrimiento de criminales como su cuñado Orlando Cicilia (también de origen cubano), sancionado por narcotráfico y beneficiado judicialmente con el ascenso político de Rubio. El diario Sun-Sentinel del Sur de la Florida, lo increpó por las reiteradas ausencias a las sesiones de la Cámara y especialmente a las votaciones, vistas como una «estafa” a sus electores.

Poco después, en 2015, el senador por Florida fue uno de los 17 precandidatos republicanos a la presidencia. En esa campaña fue rival de Donald Trump e intercambiaron insultos, pero abandonó su aspiración presidencial cuando perdió las elecciones primarias en Florida.

En el Congreso integró los comités de: Inteligencia, Envejecimiento, Asignaciones, Relaciones Exteriores, entre otros. Impulsó numerosos proyectos donde destacan los interesados en sancionar a diferentes países y recrudecer el bloqueo contra Cuba. Después de las elecciones de 2016, como presidente del Comité de Inteligencia del Senado supervisó el panel que investigó las conexiones entre la campaña de Trump y presuntos “benefactores” rusos.

Fue aliado del presidente Trump en su primer gobierno. Se mantuvo alineado a pesar de tener enfoques políticos diferente respecto a algunos temas. Votó a favor de confirmar a Joe Biden como presidente en las elecciones de 2021 y de absolver al expresidente Trump del cargo de incitación a la insurrección en el segundo juicio político.

Sus posiciones de línea dura y agresividad en política exterior contra China, Irán, Venezuela y Cuba, lo ubicaron como uno de los candidatos a vicepresidente de Trump, que se decantó por proponerlo como Secretario de Estado, por considerarlo «firme defensor” de la nación, “amigo de nuestros aliados” y “guerrero valiente que nunca se rendirá ante nuestros adversarios».

Fondos recibidos

Rubio demostró habilidades para recaudar fondos desde el inicio de su carrera política en Florida, en especial en las industrias de bienes raíces, seguros, profesionales de la salud, abogados y cabilderos.

Como candidato al Senado en 2010[3], los principales donantes fueron el Club for Growth, seguido por Elliot Management, el PAC de liderazgo del senador Jim DeMint (R-SC), y el Fondo Conservador del Senado. Fue cuestionado por sus gastos excesivos, supuesta evasión de impuestos y presunto uso del dinero del Partido Republicano para fines privados[4].

En 2015 mantuvo el apoyo de dos grupos externos, que podían aceptar donaciones sin límites con la condición de no coordinar directamente con el candidato o su partido político[5]. Entre los financistas estuvieron Soluciones Conservadoras PAC Pro-Rubio, Marco Rubio para presidente, Reclaim America PAC y El bebé tiene PAC, detrás de los cuales estaban Norman Braman, Larry Ellison, Club for Growth, Elliott Management dirigido por Paul Singer, Goldman Sachs, José «Pepe» Fanjul, MCM Corp., NextEra Energy, Sun Capital Partners, GEO Group, Koch Industries, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Bank of America y otros[6].

Como ha estado a favor del uso de la fuerza y en contra de derechos fundamentales como la migración, el aborto, el aumento de impuestos a los más ricos, al control de armas, y el acceso a la salud, se ha beneficiado del apoyo del Tea Party, de donaciones de la Asociación Nacional del Rifle, de la Fundación Nacional Cubano Americana y de la compañía Bacardí.

Entre 2019 y 2024 quienes más aportaron al desempeño de Rubio en el Senado fueron las organizaciones Pro-Israel América, Los Pueblos, la Coalición Judía Republicana, el Comité Senatorial Republicano Nacional y el Grupo GEO[7], integrados por individuos del sexo masculino en más del 65%, lo que apunta a una asociación política misógina. De ahí, es que sea posible reconocer la coherencia entre quienes aportan la actividad en el Senado y a las aspiraciones políticas de Rubio.

El desembarco en la Secretaría de Estado

La votación unánime del Senado le valió a Marco Rubio para quedar confirmado como Secretario de Estado y ocupar el quinto lugar en la sucesión de la presidencia. Esta posición lo convierte en el funcionario latino con mayor rango en la historia de Estados Unidos y confirma las consecuencias de los privilegios excepcionales que la clase política estadounidense otorgó a los cubanos desde 1959. No obstante, se reconoce que tendrá reducida influencia en la concepción y aplicación de la política exterior debido al rechazo que provoca en la base que defiende el proyecto de hacer grande a Estados Unidos otra vez (Make America Great Again, MAGA), su limitada capacidad para maniobrar como resultado del nombramiento de enviados especiales y de otras designaciones con funciones superpuestas, y a que el presidente es auxiliado directamente por el Consejo de Seguridad Nacional y el Pentágono. Debido a lo exigente de la actual coyuntura y las evidentes ambiciones presidenciales del Secretario, analistas perciben la posibilidad de que tenga un paso efímero por esta posición.

En la audiencia de designación, Rubio mantuvo su agresividad contra Cuba y se atrevió a anunciar una vez más, que se acerca «la hora de la verdad» debido a lo que denominó “colapso generacional y económico”, haciendo caso omiso de los 65 años de frustrados intentos de derrocar a la revolución cubana por parte de 12 administraciones estadounidenses.

En síntesis

Marco Rubio fue un «senador sobrevalorado”[8], mezquino, oportunista, charlatán, extremista, belicista capaz de comprometer sus principios y de desatender temas claves para sus electores.

Tras sus credenciales de “halcón imperial”, de republicano “más peligroso en Estados Unidos”, de “lobo con piel de oveja”, o “genio de las operaciones anticubanas” se oculta un individuo mentiroso, corrupto y cruel, que se avergüenza de su origen y odia haber nacido de padres cubanos. Por ello, ha construido con oportunismo su carrera política y su ideología y posiciones políticas fluctuantes, sin visión estratégica, lo han hecho un político mediocre, que sobrevive con el negocio de la contrarrevolución cubana y la politiquería anticomunista. Un psicópata que busca sacar provecho de los sectores más reaccionarios del electorado estadounidense, aunque desconfíen de su persona y de su desempeño.

Obviamente, Marco Rubio es un activo e influyente vocero de la política anticubana, devenido arquitecto de una larga lista de medidas punitivas contra Cuba en el Congreso de Estados Unidos. En su afán por obtener éxito rápido y reconocimiento fácil, miente, utiliza estrategias engañosas y maquinaciones políticas que lo benefician. Como depredador de la democracia mantiene una agenda destructiva y un odio visceral a la independencia y la soberanía de América Latina y el Caribe y de cualquier Estado que incumpla con la lógica imperial.

Aunque la política exterior contra Cuba parte de un consenso bipartidista con profundas raíces en la historia estadounidense, Rubio mantiene secuestrada su formulación y aplicación, obsesionado con el fortalecimiento del bloqueo y con destruir los discretos avances alcanzados en el gobierno de Barack Obama. Por eso, está a favor de una mayor agresividad y punitividad contra la isla, sin escatimar oportunidad para ello, como ocurrió en 2017, cuando responsabilizó al Gobierno cubano de los presuntos incidentes de salud de diplomáticos de Estados Unidos en La Habana, que utilizó para deteriorar las relaciones y avanzar en el desmantelamiento de las respectivas embajadas. Rubio impulsó proyectos como el Parole para Profesionales Médicos Cubanos, la Ley No a las marcas robadas y otras medidas adicionales que revocan los cambios de política del gobierno de Biden, potencian el alcance extraterritorial de sus decisiones e impactan negativamente en la situación económica y social del pueblo cubano.

Hay quienes aseguran que, en sus más peregrinas divagaciones, ha soñado con ser el Jefe de Estado de una Cuba postrevolucionaria, más de una vez se ha referido a las condiciones que pondría para viajar a La Habana. Pero no necesita ni lo uno, ni lo otro. Su sangre pudo ser cubana. Ya no lo es. Sueña más con el Despacho Oval de la Casa Blanca. Como afirma en su autobiografía, Marco Rubio es desde siempre un American son.

 

*Magda Arias es Doctora en Ciencias Económicas. Profesora Titular. Centro de Estudios de Técnicas de Dirección (CETED), Universidad de La Habana.

 

1-Lois Romano. Conoce a los Rubio, 18/05/2012 https://www.politico.com/story/2012/05/meet-the-rubios-076474
2-Kenneth P. Vogel, Rubio y la conspiración de Bilderberg 19/05/2012
3-https://www.politico.com/story/2012/05/rubio-as-vp-the-bilderberg-conspiracy-076518
https://www.univision.com/noticias/los-problemas-de-liquidez-de-marco-rubio-saltan-a-la-campana
4-https://www.nytimes.com/2015/06/10/us/politics/marco-rubio-finances-debt-loans-credit.html
5-https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2015-07-13/hoyla-usa-senador-marco-rubio-ha-recaudado-12-millones-para-campana
6-https://finance.yahoo.com/news/sunnova-stock-hits-time-low-150523257.html
7-https://www.opensecrets.org/members-of-congress/marco-rubio/summary?cid=N00030612
8-Shay Khatiri (2020). Marco Rubio, un pobre oportunista al servicio de sí mismo http://www.cubadebate.cu/especiales/2020/02/26/marco-rubio-un-pobre-oportunista-al-servicio-de-si-mismo/


 

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