Argentina | Georgina Orellano, Secretaria General del Sindicato de Trabajadorxs Sexuales: “Nuestro desafío es construir poder y organización popular para enfrentar los discursos fascistas del gobierno”

Foto: ALEJANDRA LOPEZ

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Georgina Orellano, Secretaria General del Sindicato de Trabajadorxs Sexuales: “Nuestro desafío es construir poder y organización popular para enfrentar los discursos fascistas del gobierno”

Georgina Orellano es Trabajadora Sexual, Secretaria General del sindicato AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) y forma parte de la mesa nacional de la Central de Trabajadoras y Trabajadores Argentinos (CTA-T). En la previa de la gran movilización por el día Internacional de la Mujer Trabajadora, Orellano dialogó con Nodal acerca de la situación que atraviesa el colectivo de mujeres y diversidades trabajadores en Argentina, los desafíos que se proponen y los debates que atraviesan el movimiento y los desafíos en el contexto geopolítico actual.

¿Cuál es la situación de las mujeres y diversidades trabajadorxs en Argentina?

Es una situación de mucha precariedad. Muchas de ellas ejercen trabajos en la informalidad, no cuentan con derechos, ni con garantías por parte del Estado. Viven al día.

Aunque también lo hacen las compañeras que tienen trabajo registrado. Los trabajos registrados hoy por hoy, no promueven un ascenso social, sino todo lo contrario. Quienes tienen trabajo registrado no llegan a fin de mes y tienen que compatibilizar con otros. Incluso hay compañeras que tienen tres trabajos para poder organizar sus economías y sostener su situación familiar. Hay muchas que han sido despedidas. Compañeras que tenían trabajos en organismos del Estado, dedicados justamente a acompañar y  asistir a compañeras en situaciones de mucha más vulnerabilidad. Hay desfinanciamiento, incluso en políticas públicas dirigidas a las mujeres y diversidades que atraviesan situaciones de violencia de género. Se han desfinanciado un montón de programas del Ministerio de Salud de asistencia y atención  a las personas que no tienen acceso a la salud integral o no tienen una cobertura de obra social. Ellas también se han quedado a la deriva y sin presencia del Estado.

¿Cuál es la situación particular de las trabajadoras sexuales?

Es de precarización total. A esto se suma un incremento de la represión, de la violencia por parte de la policía. Eso es algo que en los últimos meses lamentablemente ha sido y es una escena constante en los barrios, en las zonas de trabajo, no solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sino en otros puntos del país. La policía vuelve nuevamente a aplicar códigos, que estaban en desuso, pero que están vigentes y que antes no se los aplicaba, como los códigos contravencionales. Hay compañeras en los barrios de Constitución y de Flores que ejercen el trabajo sexual hace 12 años y es la primera vez que les hacen actas contravencionales por servicios sexuales ejercidos de manera ostensible en el espacio público. Hay operativos de saturación, de limpieza y una higienización de las calles en los barrios, donde no solamente atravesamos situaciones de violencia institucional quienes ejercemos el trabajo sexual, sino que es un común denominador que compartimos con las personas en situacion de calle, con las vendedoras ambulantes, con los manteros.

La verdad es que por día tenemos mínimo tres detenciones de manera arbitraria. Tenemos denuncias en los grupos de WhatsApp de manera permanente. Son casos de violencia ejercida por parte de la Fuerzas de Seguridad, en operativos que ponen a las compañeras contra la pared, las desnudan, las tiran al piso, las revisan, y si no les encuentran absolutamente nada les dicen que se retiran del lugar sin más. Ni siquiera queda un registro de ese operativo.

El número de compañeras que se encuentran en situación de calle se triplicó. Los hoteles y los alquileres de vivienda se encarecieron muchísimo. Hoy no baja de 300 mil pesos el alquiler de una habitación. Muchas de las compañeras que no cuentan con ese dinero y que no cuentan tampoco con ningún sostenimiento ni acompañamiento por parte del Estado, viven en la calle, en las plazas, en “ranchadas”.

¿Cuáles son los principales desafíos en el contexto actual para las mujeres y diversidades organizadxs?

Uno de los principales desafíos es construir poder y organización popular, para enfrentar los discursos fascistas del gobierno actual en Argentina y que tiene una representación social en los barrios, en la vida cotidiana de las mujeres lesbianas, travestis, trans y personas no binarias, que atraviesan permanentemente conflictos sociales con los vecinos, con las vecinas. Hay un despertar de un sujeto que está enojado con las conquistas que se han dado aquí, como la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, el Cupo Laboral Travesti Trans, el Aborto legal, seguro y gratuito, el DNI No Binario. Son vistos como  privilegios, aunque no son ni más ni menos que derechos y se piensan como algo que ha ido a contramano de derechos que deberían haber sido para todos y para todas. La respuesta y las acciones que estamos viendo, son de violencia. Se piensa que al exterminar al otro se hace valer el derecho de las personas. Se genera un odio hacia los pobres y después también una violencia  de pobres contra pobres. Me parece que ese es uno de los grandes debates que tenemos que darnos.

Otro de los desafíos es generar nuevamente una agenda en común incluyendo discusiones que aún no hemos logrado saldar dentro del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans y personas no binarias. Uno de ellos, y el principal, es darnos un debate honesto de qué Estado queremos, qué tipo de Estado queremos. Y después qué feminismo queremos, qué transfeminismo queremos? ¿Qué cosas no tendríamos que volver a repetir? ¿Qué cosas tendríamos que replantearnos? ¿Qué cosas deberíamos mejorar? ¿Qué sujetos han quedado por fuera de la agenda del feminismo institucional? Me parece que eso es algo que estuvo saliendo mucho en las asambleas. Sobre todo en la asamblea para organizar la movilización del 1°de febrero. Hubo muchísimo enojo expresado hacia cosas que muchas de nosotras compartimos que no estuvieron bien. Hay que poder dar un debate profundo para poder mejorar. Y una cuestión principal es preguntarnos qué Estado queremos, qué Estado tuvimos y qué Estado no queremos volver a tener.

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