Ningún Refugio de la Tormenta: el río de hierro de armas de Estados Unidos a México, Centroamérica y el Caribe – Por John Lindsay-Poland

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Ningún Refugio de la Tormenta: el río de hierro de armas de Estados Unidos a Centroamérica y el Caribe

Por John Lindsay-Poland *

El mercado de armas de fuego de Estados Unidos está generando tormentas crecientes de violencia en países vecinos. Desde México – donde traficantes del fentanilo y otros negocios criminales están armados con miles de armas de asalto y rifles de calibre .50 con origen en Estados Unidos – hasta Haití, donde pandillas armadas con rifles fácilmente compradas y traficadas desde Florida y Georgia dominan y aterrorizan a grandes franjas de territorio – el comercio permisivo, militarizado y enorme de armas en los Estados Unidos está forzando a miles de familias de huir de sus hogares, armando a los hombres que desaparecen personas y cometen feminicidios, empoderando a los que venden narcóticos que quitan miles más vidas, y saqueando a economías enteras.

El daño no está limitado a México y Haití. Homicidios con armas de fuego – solo un indicador de los daños con armas – han crecido en Centroamérica, Jamaica, Barbados y otras naciones, a la vez con la proliferación minorista de armas de EEUU. En Guatemala, el crecimiento exponencial de la exportación de pistolas de EUA ha alimentado el tráfico de armas y tazas de homicidios. Los Estados Unidos no es exento: durante los últimos tres años, había más tiroteos en las escuelas del país que en cualquier año anterior.

El concepto empleado a menudo para describir esta violencia es el de una pandemia: las consecuencias en la salud de la violencia armada son severas y crecientes, en que las armas y balas son los vectores y agentes, respectivamente. Pero la violencia con armas también se comporta como un sistema de tormenta en sus efectos violentos y aplastantes. Y las islas en que las personas se imaginan que están seguras de estas tormentas de violencia con armas están cada vez más reducidas.

Las armas que transitan desde EEUU a México empoderan a la delincuencia organizada y acelera el desplazamiento forzado. Tienen su origen en cientos de fabricantes y pasan por miles de armerías locales en Estados Unidos cada año. Como reacción al flujo de armas ilícitas, una carrera armamentista ha surgido, en la que empresas de armas exportan cada vez más armas, y armas más militarizadas, a fuerzas policiacas y militares en México.

El número de vidas perdidas o desaparecidas por la violencia en México sigue aumentando, mientras que los migrantes huyendo por México llegan a ser más desesperados para llegar a un lugar de asilo. El discurso político enfatiza la frontera entre Estados Unidos y México. Pero el desregulado, masivo y militarizado mercado de armas en Estados Unidos que alimenta a la violencia, el narcotráfico y desplazamiento está creciendo – y muchas veces es ignorado.

Nuevos datos

En marzo de 2021, yo hice una solicitud de información pública, conforme a la Ley de Libertad de Información, de datos agregados de ATF sobre el número de armas rastreadas desde México y Centroamérica. Inicialmente ATF negó los datos, así que puse una demanda en la corte federal, y en diciembre de 2023 la corte falló a nuestro favor.

En mayo y en diciembre de 2024, la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosives (ATF) produjo datos muy detallados, nunca antes publicados, sobre armas traficadas.  Detallan los orígenes de las armas traficadas a México, Centroamérica y el Caribe desde los Estados Unidos y rastreadas a partir del 2015 al julio de 2024. También obtuvimos datos sobre el “tiempo al crimen” para cada estado de compra en EUA, marca, calibre y tipo de armas de fuego aseguradas en México, Centroamérica y el Caribe y rastreadas a una compra en EUA. Analizamos los datos en dos informes, en El Rio de Hierro de Armas a México: Sus fuentes y contenidos y Ningún Refugio de la Tormenta: Más sobre el río de hierro de armas .

Lo que muestran los datos: Inundados de armas

ATF identificó a fabricantes de 133.558 armas recuperadas en México y sometidas para su rastreo, y 40.978 armas recuperadas en Guatemala, El Salvador y Honduras durante ocho años del 2015 al 2022. Las armas ilícitas son confiscadas en México y Centroamérica por diversas corporaciones policiales y militares. Las características de las armas, incluyendo número de matrícula, deben ser compartidas con ATF, para el proceso de rastreo de las rutas de manufactura, compra y tráfico ilícito o exportación.

México recuperó 700 rifles de calibre .50, sometidos para su rastreo de 2015 a 2022; el ejército mexicano por sí solo recuperó otros cien de estas armas en 2023. La mayoría de los rifles de calibre .50 fueron fabricados por Barrett Firearms, ubicado en el estado de Tennessee, una de las empresas demandadas por México en su demanda contra fabricantes de armas. Estos rifles pueden disparar con precisión a objetivos a una distancia de dos kilómetros y derribar helicópteros policiales. Por su largo alcance, hay muy pocos lugares en Estados Unidos para hacer prácticas con estas armas. No tienen ningún uso legítimo para civiles en los Estados Unidos – ni en México, donde son armas preferidas por las organizaciones delictivas para hacer crecer sus negocios violentos. La legislación propuesta, el Acta para Parar de Armar a los Carteles, prohibiría su venta en los EEUU.

Lugares preferidos para el tráfico de armas

El mercado minorista de armas en los estados fronterizos del sur de Estados Unidos es de mucho provecho para el tráfico de armas hacia México, según los datos de rastreo de la ATF. Las cinco ciudades con el mayor número de armas rastreadas hacia su jurisdicción entre 2015 y 2022 fueron: Houston (2,452), Tucson (2,156), Phoenix (1,745), El Paso (1,658) y San Antonio (1,340).

Las ciudades pequeñas también son fuentes preferidas: las armerías con licencia en solamente seis códigos postales en pueblos fronterizos en Texas fueron las fuentes de casi tres mil armas traficadas a México, recuperadas y rastreadas hasta su compra. Armerías en McAllen, Texas fueron las fuentes de más de mil armas ilícitas recuperadas en México de 2015 a 2022; la mayoría de las 18 armerías en este pueblo fronterizo son prestamistas, pero también hay un Academy Sports – una cadena para bienes deportivos que es fuente para muchas armas traficadas – y Dynamic Tactical Solutions (Soluciones Tácticas Dinámicas), un negocio que promueve las armas militares y declara que la Segunda Enmienda de Estados Unidos es “la única cosa que existe entre la libertad y la tiranía” y busca “normalizar la cultura de las armas.”

El “comercio hormiga”

Aunque la escala del tráfico de armas a México es masiva, la mayoría de las armas traficadas son compradas una por una, por distintos individuos. Por ejemplo, 942 de las armas de fuego aseguradas en México en 2022 fueron compradas en el Condado de Mariposa en Arizona, y fueron rastreadas e identificadas con por lo menos 874 personas, según los datos de ATF, mostrando patrones similares para años anteriores y en otros condados. En promedio, solamente uno de cada diez compradores de un arma traficada compró una segunda arma que fue recuperada y rastreada al mismo comprador. Esta proporción de compradores vinculados a una sola arma rastreada es consistente en todos los condados. Una razón podría ser que los compradores de múltiples armas tienen más probabilidades de ser detectados por las autoridades en el lado estadounidense que los que compran de una en una las armas para traficar.

Además, solamente una porción de las armas provenientes de Estados Unidos y recuperadas en México, Centroamérica o el Caribe son rastreadas a compras minoristas. La ATF solamente hizo el rastreo hasta las compras de la mitad de las armas recuperadas en México que se identificaron como fabricadas en o importadas a Estados Unidos. En Guatemala y El Salvador, aún menos de las armas son rastreadas hacia compras de una compra.

Tanto el tráfico descentralizado y disperso, como la incapacidad de la ATF para rastrear una porción mayor de las armas ilícitas estadounidenses hasta su compra, nos llevan a una conclusión: Los operativos policiales contra el desvío ilícito de compradores de armas minoristas tienen efectos limitados. En cambio, las estrategias deberían enfocarse en soluciones más arriba de la corriente del río para enfrentar el mercado masivo y militarizado de armas y la falta de regulaciones para la comercialización de estas armas.

Comprar para matar: Arizona llega a ser el estado preferido para el tráfico de armas a México

Se ha establecido que Texas y Arizona son los estados principales desde donde las armas son traficadas a México. Desde 2009, los dos estados constituyen más de 60% de las armas recuperadas en México y rastreadas a una compra en Estados Unidos (que a su vez constituye 70% o más de armas ilícitas recuperadas en México). Pero una porción aún más grande de las armas compradas con la probable intención de ser traficadas por la frontera – más de 80% – vienen de los dos estados.

“Tiempo-al-Crimen” es el periodo desde la compra legal de un arma hasta su confiscación por las autoridades. Un corto “tiempo al crimen” (TTC por sus siglas en inglés) – especialmente menos de un año – es un indicador importante de si un arma fue comprada con el propósito de traficarla. En diciembre de 2024, ATF divulgó datos sobre el TTC de armas confiscadas en México entre 2024 y julio de 2024 que fueron rastreadas a una compra en Estados Unidos. De las 70.614 armas aseguradas en México rastreadas a una compra en los Estados Unidos, 7.789 fueron recuperadas a menos de un año de su compra original.

De estas armas, más de cinco de cada seis – 83.6% – fueron compradas en Texas o Arizona. El porcentaje de compras en Texas ha quedado consistente entre 2015 y 2024, pero la porción que viene de Arizona ha aumentado dramáticamente, desde 17.5% en 2015-2016 hasta 38% en 2022-2023. La preferencia de traficantes de armas para Arizona sigue creciendo: Desde 1 de enero hasta 24 de julio de 2024, Arizona fue la fuente de la mayoría (57%) de las armas rastreadas a Estados Unidos y compradas a menos de un año de su confiscación en México.

¿Carrera armamentista con el crimen organizado?: Flujos de armas a los policías y militares en México

En América Latina, México es por mucho el mayor importador de armas de los Estados Unidos. En abril de 2020, en el pico de la pandemia global de Covid-19, SEDENA importó 51,097 pistolas de Sig Sauer – una empresa en New Hampshire – para uso de la entonces nueva Guardia Nacional, a un costo de 18,6 millones de dólares – el envío más grande de armas de fuego a México jamás registrado, y el envío más grande de armas cortas a América Latina registrado desde 2002. En 2023, los EEUU exportó 12.515 rifles militares a México – más que a Ucrania, y solamente menos que a Israel – además de 6.686 ametralladoras, con un costo en total de importaciones de más de 27 millones de dólares.

En marzo de 2024, según datos del comercio de Estados Unidos, México compró más de 14.000 rifles militares de Estados Unidos – más que el resto de los países del mundo combinados durante ese mes. También compró 414 ametralladoras de Estados Unidos en febrero de 2024. Los datos comerciales oficiales no indican quienes son los usuarios finales de las armas exportadas; sin embargo, estos tipos de armas son permitidas exclusivamente para usos militares y policiales.

La tortura y otros abusos por policías son generalizados en México. Casi la mitad de las personas detenidas informaron que sufrieron agresión física antes de ser presentadas a las autoridades judiciales en 2021. A pesar de esto, las corporaciones policiacas en México siguen recibiendo armas de fuego exportadas por Estados Unidos, en muchos casos son armas de asalto.

Más que todo, ese aumento de importación de armas plantea preguntas: ¿Por qué ahora México compra tantos rifles militares? ¿Qué implica esa importación para las estrategias de combatir al crimen organizado? ¿Qué controles existen para evitar que las armas sean utilizadas por unidades que hayan coludido con la delincuencia o cometido abusos?

Y ahora ¿qué?

El mercado de armas en EEUU que inunda a México, Centroamérica y el Caribe con violencia es un problema estructural y multi-facetico, profundizado por las políticas anti-migrantes y racistas, el rechazo de marcos de salud pública para tratar las drogas, y las acciones militarizadas y represivas por gobiernos en la región. Sus remedios tienen que ser también estructurales y múltiples, empezando con el control del mercado de armas de Estados Unidos, quitando ciertas armas del comercio y reduciendo la cantidad de armerías. El país también debe reglamentar la venta minorista y la exportación para negar armas a actores con un riesgo de cometer violencia o desviar las armas. Más que todo, en las políticas, discursos y acciones, hay que poner el valor de la vida humana encima de los mercados e ideologías que valoran la violencia armada.

* John Lindsay-Poland coordina el proyecto Stop US Arms to Mexico (Alto de las Armas de Estados Unidos en México) de Global Exchange. Este texto, en colaboración con NODAL, es parte de dos informes publicados por el proyecto: El Rio de Hierro de Armas a México: Sus fuentes y contenidos y Ningún Refugio de la Tormenta: Más sobre el río de hierro de armas.

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