El día que Milei estafó a medio mundo
Por Jaime Iturri Salmón*
Posiblemente lo engañaron (para lo que siempre fue indispensable su propia participación, pues en casos como éste la ingenuidad es cómplice) o probablemente era parte del enjuague. Las dos posibilidades son creíbles dadas las características del personaje. Pero lo cierto es que Javier Milei ha metido la pata hasta el fondo en un escándalo que bien puede marcar un antes y un después.
El presidente argentino ha llamado a comprar tokens de una criptomoneda surgida minutos antes de su mensaje en plataformas y que se infló de centavos a casi 6 dólares después del apoyo del mandatario para luego caer casi a cero. En esas pocas horas desaparecieron 4 mil millones de dólares. Lo más terrible para la tienda política del mandatario, está que quienes apostaron sus ahorros eran nada menos que los más fervientes seguidores de La Libertad Avanza. Es que el consejo de invertir en “Libra” venía del hombre que los libertarios piensan que es un sabio economista y que da la línea política correcta. No era un gurú norteamericano, ni siquiera un experto economista de Wall Street. No, era el hombre al que apostaron el 55 % de los argentinos para sacarlos de la crisis económica.
Vivimos en el reino de la información de lo que Byung-Chul Han llamaría la infocracia (2022), pero como bien estableció Yuval Noah Harari (2024) la información no siempre es verdad, sino que esta es una construcción social que bien puede ser contrapuesta a otra construcción. Narrativas, llamaríamos hoy. Así es comprensible porque una parte de la población boliviana cree que la crisis del 2019 fue golpe y otra que fue fraude. Una división que terminó en sendas masacres, centenares de detenidos y exiliados.
La mentira tiene pies de barro
Javier Milei uso lo último de medios de comunicación, las plataformas virtuales, para propagandizar lo último en el mercado bursátil: las criptomonedas, dinero que no existen en la realidad sino en la ficción del mundo cripto. Pero el sistema estaba fallado desde el principio, porque perseguía hacerse del dinero de un montón de ingenuos. Gente que creyera que el montaje histriónico de Milei, con su enorme parafernalia propagandística, conducía a la salida de la crisis y no a hacer más ricos a los más ricos.
Que uno de los inversionistas haya sido el Gordo Dan, el máximo encargado de las redes mileristas, es una prueba de las proyecciones de la credibilidad. En la trampa también cayeron varios seguidores cercanos del actual gobierno argentino como su intelectual orgánico, Agustín Laje, que rudimentariamente maneja un par de herramientas de Gramsci y trata de llevarlas a su molino.
En resumen, la combinación fue información falsa a la que alguien le da rango de verdad y rápida difusión a través de los medios de las plataformas en tiempos en los que “Llamamos «régimen de la información» a la forma de dominio en la que información y su procesamiento mediante algoritmos e inteligencia artificial determinan de modo decisivo los procesos sociales, económicos y políticos” (Han: 2022).
Y la política de la ultraderecha siglo XXI (Trump, Milei, Bolsonaro, Tuto Quiroga) usa esas armas para devenir en una estafa, en un engaño que con ropaje de verdad lo que hace sea decirle a la gente lo que la gente quiere escuchar. La infocracia se apropia de la psique del perceptor mediante la psicopolítica. (Han 2022)
El filósofo surcoreano que hace 20 años vive en Alemania dice: “… La crisis de la verdad se extiende cuando la sociedad se desintegra en agrupaciones o tribus entre las cuales ya no es posible ningún entendimiento, ninguna designación vinculante de las cosas. En la crisis de la verdad, se pierde el mundo común, incluso el lenguaje común…”. Ni más ni menos, el mensaje de Milei sólo pudo tener éxito entre los conversos, entre la tribu que cree que la verdad es el sistema que propone.
Y ahí está lo central de este hecho, Milei a golpeado la línea de flotación de sus propios buques. Y claro, los afectados no saldrán sin cicatrices. En las redes se están generalizado este tipo de mensajes: “Voté a Milei 4 veces. Lo apoyé en todas. Hoy perdí 20.000 USD en menos de 5 minutos. Siempre creí en su palabra, desde 2019 que me veo sus entrevistas. Esto no tiene vuelta…”.
Reitero: se ha roto la cadena de confianza. Y la economía es sobre todo confianza, el día que la gente duda, comienza a acumular y la inflación se dispara. Agréguele que la inmensa propaganda mentirosa para mostrar un “milagro” económico ahora tiene razones profundas para ser puesta en duda. Y, la comunicación, solo sirve cuando se cree en ella. Finalmente. ¿por qué debo sacrificarme hoy si no es seguro que eso sirva para un mejor mañana?
Ya la Biblia lo anunciaba: “El estafador engaña a la gente pero a la larga perderá sus ganancias” (Proverbios 11:18). Y para Javier Milei quizá esa larga no esté tan lejana. Ahora vienen los juicios (algunos de ellos internacionales), las justificaciones, etc., pero lo que queda es la certeza de que Milei no es infalible, ni mucho menos.
*Jaime Iturri Salmón, Jimmy. Periodista desde hace más de 40 años y docente titular de la Universidad de San Andrés, en Bolivia. Autor de 28 libros.