Davis y el dilema de la plata maldita
Por Jaime Iturri Salmón
Dos periodistas investigaron un escándalo que causaría la renuncia de un presidente y 48 de sus colaboradores irían presos, Sí, y en la mayor democracia del mundo. Fue en la década de los 70 en Estados Unidos. Aún hoy Watergate es sinónimo de prensa libre y resistencia a los abusos del poder. En la película sobre el caso “Todos los hombres del presidente” el principal informante conocido como Garganta Profunda dice “Sigue el dinero”.
Y es que este deja huella y a veces, más que una bendición se convierte en una maldición incriminatoria. Le ocurre a Hayden Davis quien “ganó” cien millones de dólares en la estafa de la criptomoneda $Libra y ya es consciente de que este dinero puede fácilmente llevarlo a prisión.
Porque en el centro del mundo capitalista tú puedes tener todo el dinero que puedas haber ganado, pero tienes dos obligaciones: debes pagar impuestos y explicar de dónde ha salido la plata. Peor aún si te investiga la oficina de valores y el FBI:
Sí dice que los 100 millones los obtuvo para él, las preguntas lloverán: ¿de cómo sabía que minutos después de que comprara los tokens de la cripto moneda el presidente argentino Javier Milei se iba a pronunciar promoviendo el negocio lo que llevaría el precio a la estratósfera?
Claro, el muchacho de 28 años con cara de bobito y papada de consumidor compulsivo de comida chatarra, puede decir lo que a todas luces parece evidente:
1) Fue un negocio pactado con Javier Milei y hasta hay un contrato firmado por el mandatario argentino.
2) Estuvo en contacto permanente con Milei y coordinaron el lanzamiento de tuit.
3) Para llegar al presidente de la nación debió sobornar a la hermana y lograr que su excelencia hiciera lo que él gringuito quisiera.
Todo esto está documentado y constituye delitos, sí, más de uno. Hasta febrero de este año, es decir hasta que Trump decretara lo contrario, estaba penado por la justicia norteamericana sobornar, a más hay un claro tráfico de influencias y manejo de información privilegiada para delinquir y, por supuesto, asociación delictuosa. O sea, Davis bien podría vestir de traje anaranjado los próximos 20 años.
Esas son las razones por la que quiere deshacerse del problema con dos maniobras:
a) La plata es de los argentinos. Seguramente precisará que se trata de Milei y su entorno pues doña Juana de la panadería de la esquina no recibirá ni un centavo.
b) Juicio a Milei y compañía por no haber cumplido con lo pactado (tuit, segundo tuit y apoyo de personajes libertarios. Solo se cumplió con el primero y el tercero)
Dice Davis que el negocio se vino abajo cuando Milei sacó un segundo mensaje ya no de apoyo sino desentendiéndose del tema. Olvida que la jalada de alfombra ya había ocurrido horas antes de que el presidente retira su tuit.
Claro que Davis tiene suficiente dinero para contratar abogados y comunicadores. En una de esas accede al sistema de testigo protegido y colabora con el FBI sin ser castigado.
De manera errada Javier Milei comparó el negocio de las criptomonedas con un casino (de todas formas no sería correcto que un presidente haga publicidad de una sala de juegos) pero parece que la partida de ruleta si se juega ahora sobre cual será el final de esta serie de suspenso.
Hagan su juego señores que se va la bolita.