¿Podrá el trumpismo convertirse en el partido de los trabajadores? – Por Diego Lorca
¿Podrá el trumpismo convertirse en el partido de los trabajadores?
Por Diego Lorca*
Este lunes 20 de enero Donald Trump asumió como el 47º Presidente de los Estados Unidos y firmó más de 100 órdenes ejecutivas con el objetivo de “poner al país primero”. Entre las medidas adoptadas encontramos modificaciones en políticas de trabajo, medioambientales, sociales y de justicia.
Entre las medidas que afectan particularmente a las y los trabajadores podemos mencionar: la orden que pone fin al teletrabajo y «obliga a los empleados federales a volver a trabajar en la oficina a tiempo completo con efecto inmediato», la que suspende las contrataciones de trabajadores federales y la orden que restablece el Anexo F, una política que elimina protecciones laborales para un grupo de trabajadores estatales.
Otro punto que afecta a la clase trabajadora principalmente pero que parece una medida cargada de discriminacion y de tinte político ideológico, es la que tiene que ver con las políticas laborales de igualdad llamadas DEI por sus siglas en inglés. El flamante presidente firmó una orden ejecutiva para “impedir que se reclute a personas en función de su raza, sexo o religión, y que no estén dispuestas a defender la Constitución o a servir fielmente al poder ejecutivo” y en la que se acuerda “dar prioridad a la contratación de personas comprometidas con la mejora de la eficiencia del Gobierno Federal, apasionadas por los ideales de nuestra república americana y comprometidas con la defensa del Estado de derecho y de la Constitución de los Estados Unidos”.
Durante toda su campaña, Trump prometió realizar grandes recortes en el gasto público y para eso decidió crear el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) una nueva entidad dirigida por el hombre más rico del mundo, el magnate Elon Musk.
La estructura laboral que recibe Trump
Según datos del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (DOL, por sus siglas en inglés), el país cuenta con una fuerza laboral total de 170.548.899 de personas, de las cuales 161,7 millones se encuentran empleadas a diciembre de 2024. La tasa de empleo se mantuvo estable en relación al año anterior y cerró diciembre siendo de 62.5%. Mientras que la tasa de desempleo para el mismo mes fue de 4,1%, equivalente a 6.9 millones de personas, con una disparidad significativa entre grupos poblacionales: jóvenes de entre 16 y 19 años (14,3%), población afroamericana (5,7%) y la población latina (5,1%).
En el intento de describir y caracterizar esta fuerza laboral, encontramos que su gran mayoría pertenece al sector de los servicios con un 79,1%, seguido por la industria con un 19,28% y la agricultura, pesca y silvicultura con un 1,62%.
En cuanto a la informalidad laboral, se estima que aproximadamente entre el 10% y 12% de la fuerza laboral estadounidense participa en trabajos no registrados, concentrándose en sectores como la agricultura, el servicio doméstico y el trabajo en plataformas tecnológicas. Este es un porcentaje muy pequeño comparado a países latinoamericanos en donde el mercado laboral informal representa el 60% y hasta el 80%, y lejos de la media mundial que se encuentra en un 58% segun el informe «Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2024» de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En cuanto a la tasa de sindicalización, fue del 10,1%; sin embargo, en el sector público la tasa fue mucho más alta, alcanzando el 36%, mientras que en el sector privado fue solo del 6.9%. Algunos de los sectores con mayores tasas de sindicalización son el sector manufacturero, el sector de transporte y almacenamiento, el de educación privada y el servicios de asistencia social y de salud.
Según el último informe del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos sobre “La situación del empleo – diciembre 2024” publicado hace unos días, el empleo registró un aumento de 256.000 puestos durante el mes de diciembre, y el 2024 concluyó con la creación de 2.2 millones de nuevos empleos, equivalente a un crecimiento del 1.37%, una cifra por debajo de los 3.0 millones (1.92%) alcanzados en 2023.
Entre los sectores destacados, la salud lideró las contrataciones de diciembre con 46.000 nuevos empleos; seguido por el comercio minorista con 43.000 nuevos empleos; y el empleo estatal que aportó 33.000 nuevos puestos en el último mes del año. En general, el promedio mensual de creación de empleos en 2024 fue de 186.000, una reducción del 25.9% respecto a los 251,000 de 2023, reflejando una desaceleración económica.
La jornada laboral promedio en el sector privado se mantuvo estable en 34.3 horas semanales durante los últimos cinco meses de 2024, mientras que en el sector manufacturero, la jornada fue de 40 horas semanales. El salario promedio por hora aumentó a $35.69, marcando un incremento interanual del 3.9%, mientras que los empleados de producción y no supervisores vieron un aumento de 6 centavos, alcanzando $30.62.
El posible giro en la identidad del Partido Republicano
Un posible giro en la identidad del Partido Republicano podría estar emergiendo en medio de tensiones internas. La reciente nominación de Lori Chávez-DeRemer como Secretaria de Trabajo refuerza esta idea, ya que Lori es presentada como una figura cercana a los sindicatos y a las demandas laborales. Sin embargo, esta nominación contrasta con las posturas de figuras clave del gobierno, como el multimillonario Elon Musk, cuyo histórico rechazo a los sindicatos y a las políticas de igualdad de oportunidades en el trabajo, seguramente genere tensiones dentro del gabinete. Esta aparente contradicción plantea interrogantes sobre la viabilidad de un programa político que busca “reconciliar” intereses empresariales y laborales bajo una misma bandera.
En un comunicado publicado en noviembre del año pasado, Trump expresó en referencia a Chávez-DeRemer: «Espero trabajar con ella para crear tremendas oportunidades para los trabajadores estadounidenses, ampliar la capacitación y el aprendizaje, aumentar los salarios y mejorar las condiciones de trabajo, para recuperar nuestros empleos en la industria manufacturera. Juntos, lograremos una cooperación histórica entre el sector empresarial y laboral que restaurará el sueño americano para las familias trabajadoras”.
Chávez-DeRemer, ex representante republicana de Oregón y la segunda latina en el gabinete, es conocida por ser una abierta defensora de la actividad sindical y de la negociación colectiva. Cuando fue miembro de la cámara de representantes votó a favor de la Ley de Protección del Derecho a Organizarse que fue aprobada en la Cámara Baja pero quedó trabada en el Senado por la falta de apoyo republicano. Además, ha declarado que su misión principal es apoyar a los “impresionantes esfuerzos de Trump para transformar el Partido Republicano en el partido del trabajador estadounidense”.
Thank you for this opportunity, President Trump!
Working-class Americans finally have a lifeline with you in the White House.
It's time to bring our economy to new heights and secure a prosperous future for all hardworking Americans. 🇺🇲🇺🇲 pic.twitter.com/72l2VziTKq
— Lori Chavez-DeRemer (@LChavezDeRemer) November 23, 2024
La nominación de Chávez-DeRemer fue bien recibida por una gran número de sindicatos, entre ellos el sindicato de camioneros conducido por Sean O’Brien, quien en su cuenta de X, escribió: “Gracias @realDonaldTrump por poner a los trabajadores estadounidenses en primer lugar al nominar a la representante Lori Chavez-DeRemer para Secretaria de Trabajo de los EE. UU. (…) El sindicato más fuerte de América del Norte está listo para trabajar con usted en cada paso del camino para expandir los buenos empleos sindicalizados y reconstruir la clase media de nuestra nación. ¡Manos a la obra!”.
Cómo antecedente, cabe remarcar que Lori ha recibido abiertamente el apoyo de diferentes sindicatos, como por ejemplo, el de trabajadores del acero, el de bomberos, carpinteros y la Hermandad Internacional de Camioneros, más conocida como Teamsters, de la que su padre formó parte cuando trabajó de camionero en una lechería Safeway de California. Además, es una de los cuatro republicanos de la Cámara de Representantes que copatrocinan un proyecto de ley para restablecer la deducción fiscal de las cuotas sindicales. En 2023 cuando los trabajadores de UPS estaban al borde de una huelga, se unió a otros 173 miembros del Congreso para firmar una carta apoyando el derecho de los Teamsters a la huelga y comprometiéndose a no intervenir si cerraban UPS.
En los hechos, parecería haber una fuerte contradicción entre la concepción de la nueva Secretaria de Trabajo con una de las figuras fuertes del poder y gobierno de Donald Trump, el flamante Secretario del DOGE, Elon Musk.
Musk ha expresado en varias ocasiones su oposición a los sindicatos, tanto en declaraciones públicas como en redes sociales. En 2018, durante una campaña de sindicalización en la planta de Tesla en Fremont, California, publicó en Twitter (ahora X): «Nada impide al equipo de Tesla en nuestra planta de autos votar por un sindicato. Podrían hacerlo mañana si quisieran. Pero, ¿por qué pagar cuotas sindicales y renunciar a opciones sobre acciones por nada? Nuestro récord de seguridad es 2 veces mejor que cuando la planta era de UAW y todos ya tienen atención médica”.
Este tuit fue considerado por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) como una amenaza ilegal hacia los empleados. Sin embargo, en octubre de 2024, un tribunal de apelaciones de Estados Unidos dictaminó que la NLRB excedió su autoridad al ordenar a Musk eliminar el tuit, considerando que estaba protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de EE. UU.
Durante una entrevista con el New York Times en el 2023, Elon Musk, declaró: «No estoy de acuerdo con la idea de los sindicatos, pues generan ambiente negativo en las empresas y una especie de situación de señores y campesinos”.
Además, en agosto de 2024, durante una conversación en X con Donald Trump, Musk fue acusado por el sindicato United Auto Workers (UAW) de intentar intimidar a los trabajadores. Trump sugirió que los trabajadores en huelga podrían ser despedidos, y aunque la UAW destacó principalmente los comentarios de Trump, también presentó cargos contra Musk debido a su posición en Tesla. Musk respondió criticando al UAW por su historial de corrupción.
En síntesis
El regreso de Donald Trump al gobierno de la primera potencia mundial plantea interrogantes fundamentales sobre el futuro de la clase trabajadora en Estados Unidos y la capacidad del Partido Republicano para transformarse en una fuerza representativa de este sector.
Por un lado, las propuestas de Chávez-DeRemer podrían fortalecer a los trabajadores, promoviendo la sindicalización, el aumento de salarios y mejores condiciones laborales. Sin embargo, la postura anti-sindical de Musk y su influencia dentro del gabinete refleja un conflicto de intereses que podría limitar estos avances. En un contexto de creciente desigualdad, desaceleración económica y desafíos estructurales en el mercado laboral, este dualismo entre sectores progremialistas y desreguladores podría definir la viabilidad de las promesas de Trump hacia los trabajadores.
Finalmente, la apuesta del «trumpismo» por conciliar intereses empresariales y laborales bajo una misma bandera enfrenta un camino plagado de tensiones. Si el Partido Republicano logra, en los hechos, posicionarse como el partido de los trabajadores, dependerá de su capacidad para resolver estas contradicciones y avanzar en reformas concretas que respondan a las necesidades reales de la clase trabajadora. El éxito o fracaso de este modelo marcará no solo el rumbo de su gobierno, sino también el futuro del movimiento laboral en Estados Unidos.
*Diego Lorca, Director del Observatorio Internacional del Trabajo del Futuro – OITRAF, asociado a Noticias de América Latina y el Caribe (NODAL).