Brasil: Operación 142, un protocolo para el golpe de Estado – Por Edson Teles
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Edson Teles *
El documento “Operación 142” tiene seis pasos y el producto final fue definido por la frase «Lula no sube la rampa.
Desde el golpe de 1964 el país no ha visto la experimentación de un golpe militar como en los meses entre el paso de los gobiernos de Jair Bolsonaro y Lula en 2022-2023. Lo que se vio, incluso con todas las diferencias, fue la activación de los viejos protocolos de toma de gobierno por la fuerza, añadidos a nuevos procedimientos e instrucciones. Queremos llamar la atención, en este texto, sobre la forma perniciosa en que vivimos con mecanismos autoritarios en pleno estado de derecho y lo mucho que esto tiene que ver con el auge del fascismo.
El término «protocol» deriva del griego «patókollon» primero (prôtópratoo) collage (kolla) y originalmente significaba el sellado de un papiro que confiere autenticidad en el documento. Los romanos siguieron la misma definición. En el mundo contemporáneo, el protocolo tiene una serie de significados, pero en general indica las regulaciones asociadas con el procesamiento y el negocio. En biología, los protocolos se refieren a las instrucciones de especificación para componentes, equipos y secuencias de pasos para preparar y analizar un material de investigación.
Se puede decir que los protocolos presuponen un cierto grado de competencia o compartir por parte de sus lectores, así como se utilizan como guía y siempre deben adaptarse al contexto particular de su uso. Funciona como receta, con sus ingredientes, la especificación de las medidas, el paso a paso de la preparación y ejecución del plato. La adaptación al contexto es necesaria porque el condimento, el tipo de fuego, la calidad de los componentes, entre otros elementos, forman parte de ponderaciones específicas para su ejecución. Así, todo protocolo tiene una relación directa entre su texto y una acción.
La Operación 142 es un protocolo golpista, un manuscrito y posteriormente detallado en sus componentes, en forma de utilizarlos, en los objetivos relativos y generales a alcanzar y en el equipo a utilizar. Fue encontrado en la sede del Partido Liberal (PL), extrema derecha, y en la mesa del coronel Flávio Botelho Peregrino, asesor del general Braga Netto, cómplice y vicepresidente del expresidente Jair Bolsonaro.
El documento tiene seis pasos y el producto final fue definido por la frase «Lula no suba la rampa». En las instrucciones para llegar a este punto, había, en este orden, la «valoración de la coyuntura», las líneas de esfuerzo, el artículo 142o, para restablecer el orden y la anulación de las elecciones. En el detalle, también están los procedimientos de la ampliación de mandatos (de los conspiradores golpistas), la sustitución de todo el TSE, la preparación de nuevas elecciones, el discurso en la cadena nacional de televisión y radio, la preparación de las tropas para acciones directas, laulación de los actos arbitrarios del STF.
El elemento descrito en el centro del manuscrito es lo que bautiza el documento: arte de decree. 142 El día de Es una referencia al artículo 142 de la Constitución Federal, en su capítulo II (Das Foras Armadas), del Título V (Sobre la Defensa del Estado y de las Instituciones Democráticas), que dice: Las Fuerzas Armadas, constituidas por la Armada, el Ejército y la Aeronáutica, son instituciones nacionales permanentes y regulares, organizadas sobre la base de la jerarquía y la disciplina, bajo la autoridad suprema del Presidente de la República, y están destinadas a la defensa de los Estados Unidos de los Estados Unidos.
Este fragmento de la Constitución de 1988 fue la síntesis producto de la forma en que la democracia que surgió de una dictadura se odió con el paso entre los regímenes. Negociando con las fuerzas militares y conservadoras que dieron forma al período dictatorial, la bancada constituyente de centro-detecha rechazó la primera versión del mencionado artículo, que proponía que el papel de las Fuerzas Armadas sólo la defensa de la nación de la agresión externa e incrustó la «garantía de poderes constitucionales», ley y orden y orden.
El texto remitido al debate entre los diputados constituyentes fue escrito por Fernando Henrique Cardoso, entonces senador del PMDB. Recientemente, en una red social, el expresidente comentó que el artículo 142 de la Constitución es de mi escrito y el senador José Richa. Cualquiera de los tres poderes puede aplicarse a las Fuerzas Armadas en defensa de la Constitución y el orden y, en una especie de justificación de su acto, añadió que los «militares son ciudadanos»: deben obedecer la Constitución como todos nosotros. Y esto se hizo después de más de dos décadas de una violenta dictadura militar.
Brasil es uno de los países raros del mundo considerados democráticos para definir a sus Fuerzas Armadas como protectores. No tiene la costumbre de poner la fuerza de las armas y la violencia como poder político. O, piense en ellos como un poder restaurador de la democracia, de acuerdo con la interpretación de la jurista Ives Granda Martins: Si un Poder se siente pisoteado por otro, puede pedir a las Fuerzas Armadas que actúen como el Poder Moderante para reemplazar la Ley y el Orden.[i] Su argumento fue utilizado por la tropa golpista en los meses y días que precedieron al intento infructuoso de colusión, tratando de legitimar la activación del intento ilícito.
La astuta de la Operación 142o había instruido que la acción utilizaría el discurso del que estaba destinado a restablecer el orden constitucional y el libre ejercicio de los derechos fundamentales. Así es, se devolvían al orden democrático cerrando el TSE, interviniendo en el STF, cambiando el orden electoral y político y, por supuesto, secuestrando y matando a gente (este último acto sería operado por un subprotocolo, el «Green y Yellow Punhal»).
Es notable el uso de un léxico democrático arraigado en el protocolo, que expone la forma en que el autoritario permaneció oculto o disfrado en medio del Estado de Derecho durante tantos años y emparó en el momento en que la derecha dio paso a su versión radicalizada y trae de vuelta parte del discurso hegemónico del Estado durante la dictadura.
Al ejecutar el golpe institucional contra la presidenta Dilma Roussef, la derecha (y de centro-derecha) se alió con la extrema derecha. El grupo que salió con la mayor fuerza de este proceso fue el que componería el llamado Bolsonarismo, una aglutinación fascista que reúne a gran parte de la llamada derecha liberal o «derecha democrática». En los primeros treinta años de democracia gobernó con el centro y la izquierda, pero cuando tuvo que bloquear, por un lado, la secuencia de gobiernos de centro-izéndelo y, por otro, atacar las nuevas formas de lucha social, utilizó los mecanismos del Estado de Derecho y se alineó con la extrema derecha para asegurar la radicalidad del desmantelamiento de las conquistas democráticas de las últimas décadas.
Lo que mantenemos es que la Operación 142o no fue la exhumación de algo enterrado en los años 70-80, sino la aparición de lo que estaba escondido bajo la alfombra, inscrito en la institucionalidad democrática y que seguía siendo acechando volver a surgir cuando los tiempos lo permitían o exigían. El artículo 142 parece ser un protocolo de proto golpista incrustado en la Constitución, en medio del vocabulario ciudadano y liberal.
Así, podemos decir que la Nueva República, fundada y armada por la transición y consolidada por la redemocratización de los años 90, sigue su proyecto. Como modo de control y gobierno de los procesos políticos, la estructura institucional de la democracia post-dictadura ocultaba aperturas para que los protocolos se activasen dependiendo del contexto y la voluntad de los poderes económicos y sociales.
Si hay un sentido en lo que presentamos podríamos decir que la situación que estamos viviendo no es el fin del modelo político elegido en la post-dictadura, sino la máxima expresión del proyecto acordado en los años de la transición.
Nota
[i] El artículo completo del jurista Ives Granda está disponible en: https://ww.conjur.com.br/May-28/mayo-28/ives-gandra-art-article-142-constitution-Brazilian/.
*Profesor de filosofía política en la Universidad Federal de Sao Paulo (UNIFESP). Autor, entre otros libros, de El abismo en la historia: Ensayos sobre Brasil en Times of Truth