Argentina | Once imputados fueron procesados por crímenes de lesa humanidad
«La verdad está de nuestro lado»: justicia para las víctimas del terrorismo de Estado en el Chaco
El último día de actividad judicial de 2024 marcó un hito en la lucha por Memoria, Verdad y Justicia en la provincia del Chaco. La jueza federal Zunilda Niremperger dispuso el procesamiento de once imputados por delitos cometidos durante la última dictadura cívico militar, entre 1974 y 1977.
Entre las víctimas, se encuentran estudiantes, militantes sociales, docentes, e incluso un bebé de ocho meses detenido junto a su madre. Este proceso judicial pone el foco en los crímenes cometidos en la ex Brigada de Investigaciones de la Policía del Chaco, un centro clandestino de detención que hoy funciona como la Casa por la Memoria, un espacio emblemático para el recuerdo y la resistencia.
El impacto de esta resolución no es menor. Los acusados incluyen exmilitares, policías y agentes penitenciarios, como Aldo Martínez Segon, Tadeo Bettolli y José Francisco Rodríguez Valiente, quienes participaron activamente en el aparato represivo. Tres de ellos, entre los que se encuentran Emilio Zárate e Ignacio López, enfrentarán prisión domiciliaria, mientras que otros ya cumplen condenas previas por delitos similares.
La repercusión en HIJOS Regional Chaco
Este avance judicial, sin embargo, no se trata solo de castigar a los responsables, sino de reparar el tejido social roto durante la dictadura y mantener viva la memoria histórica. Para Santiago Osuna, militante de H.I.J.O.S. Regional Chaco y nieto de Alberto Osuna -detenido-desaparecido el 10 de mayo de 1977-, este tipo de resoluciones son esenciales. Osuna, quien además fue presidente de la Comisión Provincial por la Memoria del Chaco en el período 2023-2024, subraya que estos juicios son una herramienta fundamental para enfrentar el negacionismo y construir una sociedad más justa.
«Estos procesos judiciales no solo esclarecen los hechos, sino que garantizan que el pueblo argentino conozca la verdad«, señaló Osuna. «La verdad está de nuestro lado, del lado de las víctimas. Cada juicio reafirma nuestro compromiso con una memoria colectiva, que no deje espacio para la impunidad».
La conexión entre el pasado y el presente se vuelve evidente cuando se consideran las implicancias de estos crímenes en la actualidad. Durante los años más oscuros del terrorismo de Estado, no solo se buscó eliminar a quienes pensaban diferente, sino también imponer un modelo político, económico y social basado en la desigualdad y el individualismo. Según Osuna, este modelo sigue presente en las políticas que intentan socavar derechos fundamentales, como el acceso a la educación, la salud y el trabajo digno.
«La dictadura no solo desapareció personas, sino que implantó un sistema de exclusión que seguimos enfrentando. Por eso, nuestra lucha por Memoria, Verdad y Justicia no es solo un acto de recordación, sino un desafío constante para construir una sociedad solidaria, donde los derechos de todos estén garantizados», agregó.
El rol de los espacios de memoria, como la Casa por la Memoria en Resistencia, resulta central en este contexto. Este lugar, donde miles de jóvenes participan anualmente en actividades educativas, es un símbolo de resistencia que mantiene vivo el legado de quienes fueron perseguidos por soñar con un mundo mejor. «Queremos que las nuevas generaciones no solo recuerden lo que pasó, sino que se sientan libres para construir el futuro que desean. Estos espacios son herramientas para fomentar el pensamiento crítico y la participación activa», sostuvo Osuna.
El trabajo incansable de organizaciones como H.I.J.O.S. y la Comisión Provincial por la Memoria refleja un compromiso inquebrantable con los Derechos Humanos. Cada testimonio de sobrevivientes y cada fallo judicial son pasos hacia un país donde la justicia sea una realidad tangible y no solo una aspiración.
En este panorama, la resolución de la jueza Niremperger se suma a un largo recorrido de juicios que no solo buscan esclarecer crímenes del pasado, sino también enfrentar los desafíos del presente. Para Santiago Osuna, cada proceso judicial es una respuesta a quienes intentan relativizar los horrores de la dictadura. «Nosotros no tenemos nada que ocultar. Siempre hemos respetado los procesos judiciales, garantizando los derechos que ellos les negaron a sus víctimas. Esa es nuestra mayor fortaleza: la verdad y la justicia están de nuestro lado», concluyó.
La lucha por Memoria, Verdad y Justicia continúa siendo un faro en tiempos de incertidumbre, el compromiso con los derechos humanos sigue siendo una herramienta indispensable para continuar construyendo memoria.