Argentina | Los sitios de memoria deberán permanecer abiertos y en funcionamiento

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La memoria tiene custodia judicial

Se trata de un fallo del juez Ariel Lijo ante una presentación de Victoria Montenegro. En la resolución se establece que el Estado debe garantizar una dotación de personal capacitado para que se continúen con las tareas de transmisión de lo ocurrido durante la dictadura.

Por Luciana Bertoia

No hay motosierra que importe ni negacionismo que se imponga: los sitios de memoria deberán permanecer abiertos y en funcionamiento. Así lo resolvió el juez federal Ariel Lijo ante una presentación que hizo la legisladora porteña Victoria Montenegro, quien le advirtió que la ola de despidos que viene ejecutando el gobierno nacional en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pone en serio peligro la sostenibilidad de los lugares que deben transmitir la memoria de lo sucedido durante los años del terrorismo de Estado.

“Se logró un pronunciamiento de la justicia en un contexto en el que el ministro de Justicia no cesa en sus ataques contra los organismos de derechos humanos, despide trabajadores y desmantela la Secretaría de Derechos Humanos”, le dijo Montenegro a Página/12. “Frente a tanta obscenidad del gobierno nacional, hay que celebrar que se consiguió un posicionamiento de los tribunales”, añadió.

La semana pasada, Montenegro hizo una presentación ante Lijo, que está a cargo de la megacausa sobre los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en la que señalaba que los sitios de memoria de la Ciudad de Buenos Aires estaban siendo vaciados por decisión del secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños.

En territorio porteño, son cinco los espacios de memoria que tienen relación directa con el gobierno nacional: son los lugares donde funcionaron los campos de concentración de la ESMA, el Olimpo, Club Atlético, Automotores Orletti y Virrey Cevallos. Este último, ubicado en el barrio de Monserrat, está en riesgo inminente de cierre porque, según denuncian desde el gremio, se quedó sin trabajadores.

Este martes, Lijo firmó dos resoluciones en las que le ordena a la Secretaría de Derechos Humanos que arbitre todas las medidas necesarias para que haya una dotación de “personal capacitado” para que permanezcan en funcionamiento y abiertos al público los cinco sitios de memoria. La alusión al personal capacitado es importante, ya que significa que se debe resguardar a quienes se formaron para trabajar en esos lugares durante años.

Lijo, además, dispuso que se hagan tareas de mantenimiento, conservación, preservación del edificio y limpieza diaria –algo que no existe en la gestión de La Libertad Avanza (LLA), ya que muchas veces son los trabajadores que sobrevivieron a los despidos anteriores los que deben llegar a baldear antes de una visita. La resolución del juez fue muy precisa para que la Secretaría de Derechos Humanos no pueda incurrir en incumplimientos. Llegó a decirle a Baños que debe hacer que limpien los techos y las canaletas de los edificios para que no se inunden y se produzcan daños. Además, le requirió que fumiguen los espacios.

En otro punto, Lijo sostuvo que deberán preservarse los acervos y los archivos que se han generado hasta la fecha. En esa misma línea, reclamó que “se continúen llevando adelante las tareas de investigación y coordinación pedagógicas”. Algunos de los sitios perdieron la mitad de su personal. Otros, como Olimpo, calculan que quedaron reducidos a una tercera parte. Como correlato, se perdió a quienes hacían investigación, coordinaban visitas con las escuelas o trabajaban con el barrio, a quienes se ocupaban de la conservación. La situación de los sitios es crítica, como había señalado Montenegro en su presentación.

En su escrito, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura había advertido que el secretario de Derechos Humanos estaba incumpliendo con la ley de Sitios (26.691), que establece que los excentros clandestinos de detención, tortura y exterminio (CCDTyE) deben ser preservados no solo como prueba judicial sino también para la transmisión de la memoria de lo sucedido durante los años del terrorismo de Estado.

La resolución de Lijo fue celebrada, además, por los delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en la Secretaría de Derechos Humanos. No es un dato menor quién le está diciendo al gobierno de Javier Milei que debe ponerle un freno a la destrucción de las políticas de memoria: se trata de uno de sus candidatos a la Corte Suprema, el que más cerca está de llegar al cuarto piso del Palacio de Talcahuano.

Lijo ya había tenido algún que otro encontronazo con Baños. La semana pasada, el juez le pidió informes al secretario de Derechos Humanos después de que el abogado querellante Pablo Llonto solicitara que se dicte una medida de no innovar para evitar que el gobierno ponga en riesgo la documentación en poder del Archivo Nacional de la Memoria (ANM), donde se conserva, entre otros fondos, el de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep). Baños le respondió que no había riesgo en el ANM ni el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE) –al que rebautizó como Registro Único de Víctimas de Terrorismo y Estado (SIC)– más allá de las “interesadas y amañadas versiones periodísticas”.

En noviembre, Lijo les había mandado oficios a Baños y al ministro de Defensa, Luis Petri, para que evitaran actos negacionistas dentro del Espacio Memoria y Derechos Humanos –exESMA. Fue a partir de un pedido que hizo la querella Kaos, representada por los abogados Rodolfo Yanzón y Flavia Fernández Brozzi, después de la irrupción de retirados para celebrar el Día de la Armada.

No es la primera vez que los tribunales ordenan preservar los sitios desde que asumieron Milei y Victoria Villarruel. En agosto pasado, la Cámara Federal de Casación Penal emitió una directiva en ese sentido. El 9 de diciembre pasado, cuando se cumplían 39 años de la sentencia en el Juicio a las Juntas, el camarista Alejandro Slokar organizó una visita al exOlimpo con jueces y fiscales para reafirmar el compromiso judicial con estos espacios.

Para que vayan al Congreso

La dupla compuesta por Mariano Cúneo Libarona y Baños viene cosechando denuncias y pedidos de comparecencia a doquier. Desde Unión por la Patria (UxP) hicieron un pedido para que se los cite al Congreso para que expliquen los despidos en la Secretaría de Derechos Humanos –que se contabilizan en más de 250 en las últimas semanas–, el vaciamiento y degradación de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia y la denuncia de espionaje que hizo la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) al advertir que el 27 de diciembre pasado, cuando se hizo un abrazo a la exESMA, hubo personal policial no identificado entre los manifestantes y también se tomaron imágenes de quienes protestaban contra el desmantelamiento.

“Los despidos masivos en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y en el Centro Cultural Haroldo Conti son el corolario de un año de desfinanciamiento de las políticas públicas en al área, y el punto de cruce de diversos discursos que circulan entre los voceros y los ideólogos del gobierno: el fiscalista –en tanto que bajo la excusa de que necesitan achicar la cantidad de inmuebles alquilados por el Ministerio de Justicia, pretenden mudar dependencias a sitios que alguna vez fueron centros clandestinos de detención–, el negacionista con respecto a los crímenes de la última dictadura, y el que se regodea con la crueldad contra los laburantes”, afirma el diputado nacional Eduardo Toniolli, impulsor de la convocatoria a Baños y Cúneo Libarona.

“Lo dijimos durante la campaña que llevó a Milei a la presidencia y lo repetimos durante todo el año pasado, éste es un gobierno setentista: reúne a los nostálgicos del programa económico de José Alfredo Martínez de Hoz, que están dando rienda suelta a una nueva estrategia extranjerizadora y reprimarizadora de nuestra economía, y a los que reivindican las prácticas represivas de Jorge Rafael Videla. Quizás las reacciones generadas por la visita de los diputados de LLA al penal de Ezeiza hayan generado una retracción en este último aspecto, pero el desmantelamiento de las políticas de memoria expresan la misma vocación por reescribir una historia que el pueblo argentino primero, y el Estado nacional luego, reconstruyó condenando a los responsables del genocidio”, concluyó.

PAGINA 12

 

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