Rafael Correa aseguró que considerar a Julian Assange preso político es “un primer paso” que “empieza a ajustar cuentas con la historia”

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Correa cree que es «un gran paso» que el C. de Europa considere a Assange preso político

El expresidente de Ecuador Rafael Correa aseguró este miércoles que el hecho de que el Consejo de Europa haya aprobado una resolución que considera que el fundador de WikiLeaks fue un preso político es «un primer paso» que «empieza a ajustar cuentas con la historia».

«Es un gran paso, pero tan solo un primer gran paso para ajustar cuentas con él», afirmó Correa en declaraciones a la prensa desde el Consejo de Europa, donde acudió para presenciar la votación de la resolución y reunirse con Assange, con quien según dijo, nunca habló mientras se refugió en la Embajada de su país en Londres.

«Ni siquiera hablé por teléfono cuando estuvo en la Embajada. (…) De esas cosas se encargaba el canciller», explicó Correa, cuyo Gobierno concedió a Assange el asilo político para evitar su extradición a Suecia -que le reclamaba por delitos de violación posteriormente archivados-, con riesgo a que el país escandinavo le entregase posteriormente a Estados Unidos.

Correa afirmó que había que dar «todo el apoyo» a Assange «porque era una cuestión de derechos humanos. (…) Vimos que no tenía la más mínima posibilidad de tener un proceso justo».

El expresidente ecuatoriano señaló que la resolución que hoy aprobó la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa «empieza a ajustar cuentas con la historia para que nunca más ocurra algo similar».

Aunque consideró que el daño a Assange «ya está hecho» porque «le quitaron doce años de su vida. Un sufrimiento enorme, que tal vez tenga secuelas para toda su vida, sufrimiento para su familia».

Y aseguró que Washington ha conseguido que «nadie más se atreva a denunciar crímenes de guerra de Estados Unidos».

Ecuador retiró el asilo a Assange en 2019 cuando Corra perdió el poder ante el ex presidente Lenín Moreno, alegando que el australiano trataba de desestabilizar al Gobierno.

Ya sin protección, la policía británica le detuvo en abril de 2019 y le llevó a una cárcel de máxima seguridad en Belmarsh (Reino Unido), donde estuvo hasta junio de 2024 durante el proceso de extradición a Estados Unidos, que le acusaba de 18 cargos por delitos de espionaje, por las filtraciones de WikiLeaks.

Assange llegó a un acuerdo el pasado mes de junio con la justicia estadounidense que le permitió salir en libertad, al declararse culpable de un delito de espionaje, que implicaba una condena de 62 meses de cárcel que quedó anulada por el tiempo ya cumplido en Belmarsh (Reino Unido).

Ayer rompió su silencio y aseguró que si ha podido salir de prisión no es porque «haya funcionado el sistema», sino porque se declaró culpable «haber hecho periodismo».

INFOBAE 

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