Brasil se sumerge en elecciones municipales: política y espectáculo – Por Paula Giménez y Matías Caciabue

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Brasil se sumerge en elecciones municipales: política y espectáculo –

Por Paula Giménez y Matías Caciabue*

A dos años de la victoria de Lula por más de 2 millones de votos en las elecciones presidenciales, la disputa entre Da Silva y Bolsonaro vuelve a ponerse en juego de manera electoral, esta vez en las elecciones municipales. Ambos proyectos políticos medirán sus fuerzas en el nivel de gobierno más cercano a las comunidades, como es la elección alcaldes, alcaldesas, vices y concejales.

Brasil es el país más grande de América Latina en cuanto a territorio, población y economía, con más de 217 millones de habitantes y casi dos billones de dólares en PBI, lo que le ha valido la mote de gigante del sur. El domingo 6 de octubre, cerca de 156 millones de brasileños están convocados a las urnas para elegir alcaldes y renovar la composición de las Cámaras municipales en 5.569 ciudades. Aquellos municipios con más de 200 mil electores, donde los candidatos a la Alcaldía no alcancen la mayoría absoluta tendrán la segunda vuelta el día 27 de octubre.

En el marco del proceso electoral es necesario señalar que cinco mil candidaturas fueron rechazadas por la justicia electoral por no cumplir los criterios de elegibilidad, en particular los de la llamada Ley de la Ficha Limpia, según la cual no pueden presentarse a las elecciones quienes hayan sido condenados en segundo grado.

Según el Tribunal Superior Electoral (TSE) del gigante sudamericano son más de 450 mil candidatos los que se presentan para este domingo, pero es un 21% menos que hace cuatro años. La disputa se centra en las grandes urbes, como Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia, entre otras. Los candidatos apoyados por Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), y Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), aspiran a la alcaldía en 13 de las 26 capitales del país.

Un dato no menor es que en estas elecciones el número de mujeres candidatas es el más alto de los últimos 24 años, contando con 156.519 candidatas, es decir casi el 35% del total registrado ante el TSE. Además, en esta oportunidad seis de cada 10 candidatos a concejales son afrodescendientes. Este último es una proporción de candidaturas para representación equivalente al 55,5% de la población brasileña que se autodeclaró negra o mestiza en el último censo de 2022. Aunque con resultados esquivos, las candidaturas negras, por tanto, continúan con la búsqueda de romper con esta histórica exclusión, abogando por una representación política propia y por políticas públicas antirracistas.

Sao Paulo, un territorio de disputa que atrae la mayoría de la atención

La ciudad de São Paulo se constituye como uno de los distritos principales en el proceso electoral brasileño de cara al 6 de octubre. Con sus más de 11 millones de habitantes, es la ciudad más poblada del país, y del continente Americano, con un gran desarrollo económico, y cultural. En el año 2017, São Paulo fue catalogada como la ciudad con más multimillonarios en América Latina y se encuentra la mayor bolsa de valores de la región. Los candidatos para conducir los destinos de Sao Paulo son: Guilherme Boulos del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Ricardo Nunes del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Pablo Marçal del Partido de Renovación Laboral Brasileña (PRTB), Tabata Amaral del Partido Socialista Brasileño (PSB) y José Luiz Datena del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Ricardo Nunes (MDB) es el actual alcalde, asumió en mayo de 2021 como responsable del municipio tras la muerte del alcalde Bruno Covas de quien era vicealcalde. Se configura como un candidato de extrema derecha vinculado a Bolsonaro. Fue elegido dos veces concejal de Sao Paulo (2012 y 2016) como representante del MDB, partido al que se afilió a sus 18 años. Durante su campaña mantuvo reuniones con empresarios del sector de tecnología y software en un encuentro organizado por Abes (Asociación Brasileña de Empresas de Software)

Guilherme Boulos del PSOL es líder del movimiento de los sin techo, diputado federal del Partido Socialismo y Libertad, y se configura como el candidato de Lula en este territorio. Durante sus intervenciones señaló qué «São Paulo necesita un shock de humanidad” y que eso es lo qué hará. Asimismo, prometió combatir las desigualdades, el analfabetismo y renovar la flota de autobuses municipales.

Marçal es referenciado como un joven influencer, también considerado cercano a Jair Bolsonaro. Se presenta junto al Partido de Renovación Laboral Brasileña (PRTB), tiene un discurso anti-sistema y un dominio de las lógicas que rigen en las redes sociales. Solo en Instagram acumulaba más de 12 millones de seguidores, antes de que su cuenta fuera bloqueada por una orden judicial. Es el más rico de los candidatos, con una fortuna declarada de 169,5 millones de reales (30 millones de dólares). En 2010, fue condenado a cuatro años y cinco meses de cárcel por robo calificado, en una trama de ciberdelito en la que estuvo implicado.

Según la última encuesta de la consultora Datafolha, Nunes cuenta con el 27 % de las intenciones de voto, seguido de Boulos quien tiene el 25 % del favoritismo. A los preferidos les sigue de cerca Marçal, que tiene un 21 %, con lo que cualquiera de los aspirantes puede pasar a segunda ronda. Y el resultado de ese escenario de segunda vuelta aún no tiene una tendencia clara.

En las elecciones de 2022 Luiz Inácio Lula da Silva ganó en segunda vuelta con el 50.9% a nivel nacional, y con un 53,5% de los votos  en la ciudad de São Paulo (aunque en el estado sólo consiguió el 45%), esto no significa que pueda trasladar este porcentaje al candidato Guilherme Boulos ni que el contexto de preferencia de hace dos años de los ciudadanos se mantenga. Las preferencias en elecciones municipales contienen un alto grado de localía, en la que suele diluirse el protagonismo de los lineamientos de la política nacional.

Violencia y espectacularización de la política

A nivel mediático, el tratamiento de las elecciones en Brasil sigue un patrón similar a lo que viene sucediendo en la región en el último tiempo. Las coberturas periodísticas se centran en los enfrentamientos, las controversias y los escándalos, relegando las propuestas de los candidatos a un segundo plano. Los medios de comunicación tradicionales no están exentos de responsabilidad en este fenómeno y la centralidad se desarrolla en redes sociales.

El impacto de esta relación entre medios y política es evidente en la violencia creciente que rodea las elecciones. Un ataque armado contra una candidata trans en la ciudad de Rio de Janeiro, pocos días antes de las municipales, ejemplifica cómo la violencia física está precedida y amplificada por la violencia discursiva en las redes sociales. Los discursos de odio, fomentados por figuras de la extrema derecha, encuentran eco en las plataformas y no tardan en materializarse en ataques reales. Este escenario, en el que los políticos son atacados física y verbalmente, revela una preocupante desintegración de los límites entre la violencia simbólica y la violencia física.

Estos acontecimientos cada vez calan más en la construcción de sentido en la sociedad, lo que provoca un gran nivel de inestabilidad en lo emocional, y alimenta un escenario de incertidumbre en instancias de índole político-institucional sensible como las elecciones. Las elecciones municipales de 2024 en Brasil no solo decidirán el futuro político de varias ciudades clave, sino que también serán un termómetro de hasta qué punto las redes sociales y los medios han contribuido a la violencia política en el país. Las fake news, las milicias digitales y el control monopólico del acceso a la información han convertido a la política en un espectáculo peligroso, en el que la confrontación y la polarización prevalecen sobre la discusión programática.

*Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos, directora de NODAL. Caciabue es Licenciado en Ciencia Política y Secretario General de la Universidad de la Defensa Nacional UNDEF en Argentina. Ambos son investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

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