Una nueva generación de artistas jóvenes irrumpe en las galerías de Cuba
Arte joven irrumpe en las galerías de Cuba
Una nueva generación de artistas visuales comienza a irrumpir con fuerza en el panorama cultural de Cuba, como lo manifestó el Concurso de Arte Joven malaYerba, cuya segunda edición tuvo lugar en La Habana.
Un grupo de 29 artistas conformaron la exposición final del certamen, en el que de manera inicial se presentaron 82 obras de todo el país con disímiles técnicas y perspectivas de la realidad.
«Es un espacio que creamos para los jóvenes artistas cubanos emergentes, y quizás no tan emergentes, para poder difundir su arte», dijo a Xinhua la directora de administración del Fondo de Arte Joven, Caridad Figueroa.
La joven museóloga, graduada en la habanera Universidad de las Artes, explicó que dicho Fondo, en cooperación con la Fundación Los Carbonell, pretende impulsar a la joven vanguardia artística con edades entre 18 y 35 años.
El Salón Blanco, una amplia galería ubicada en el segundo piso de un antiguo convento en La Habana colonial, acogió las 29 obras finalistas para ofrecer un abigarrado panorama visual del trabajo de la más joven generación pictórica cubana.
Cuadros, instalaciones y fotografías, entre otros recursos, conformaron la muestra, considerada por los organizadores como un premio para los concursantes.
«La idea de este concurso es seleccionar a los finalistas con los cuales se inaugura una muestra colectiva que ya de por sí es un premio», aseguró el director de la Fundación Los Carbonell, Nivaldo Carbonell.
Carbonell, un médico devenido coleccionista de arte, está empeñado en seguir estimulando a los artistas jóvenes, señaló, para que tengan una ventana frente al mundo.
«El mundo del arte es hoy muy competitivo y creo que se necesitan apoyos, no solo institucionales, sino también de fundaciones y de otros organismos», apuntó.
El joven Ailer Suárez, con la pieza Palimpsesto, resultó el ganador del Gran Premio en la segunda edición y, junto a otros cuatro premiados, realizará una exposición en Panamá, en marzo del año próximo.
Con los ganadores de la primera edición del concurso, realizado en 2023, se prepara una exposición en noviembre venidero en Panamá, en la que también participarán otros artistas centroamericanos y caribeños.
«Estos noveles creadores identifican sus realidades más desgarradoras y las llevan a la pintura, la fotografía, el vídeo y la instalación», consideró la curadora Sandra García en las palabras de presentación de la muestra.
García señaló que el contexto inherente al arte cubano contemporáneo «ha sido abono natural para un conjunto de obras», en las que, agregó, afloran nuevamente esa vocación social y el hálito tropológico que ha definido la producción artística en las últimas cuatro décadas.
Para esta ocasión, se ha previsto un amplio programa de acciones colaterales, que incluyen en los próximos meses la presentación del catálogo de la primera edición, charlas, talleres e intercambios teóricos con jóvenes creadores.
El concurso malaYerba reafirma la intención de viabilizar los procesos que conforman la carrera de los creadores cubanos en ciernes, como la autogestión de fondos con los cuales asumir la producción de obras y exposiciones propias.
