Asamblea de la ONU | Lula y Petro cuestionaron a Milei por sus “ideas de libertad” y advirtieron sobre el impacto en el medio ambiente
Lula da Silva y Gustavo Petro apuntaron contra Javier Milei en la ONU
En el marco de la 79° Asamblea General de la ONU, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente de Brasil, Lula da Silva, hicieron referencia directa hacia el mandatario argentino Javier Milei para expresar su molestia en relación los totalitarismos y ataques a la democracia.
Petro cuestionó las «ideas de libertad» impulsadas por algunos sectores, afirmando: «En su poder de prohibición y censura gritan: ¡Viva la libertad carajo! Pero es solo la libertad del 1% más rico de la población mundial». También hizo énfasis en la influencia de grandes poderes económicos y su impacto en el medio ambiente: «Se han quemado 11 millones de hectáreas en la selva amazónica en tan solo un mes por el calentamiento global».
Además, cuestionó el poder de los grandes medios de comunicación en manos de capitales concentrados y advirtió sobre los peligros de los discursos supremacistas que buscan dominar el mundo.
Por su parte, Lula se refirió al cambio climático como una amenaza urgente que requiere acciones inmediatas y de los peligros que representan los «experimentos ultraliberales» en América Latina, mencionando a figuras como Jair Bolsonaro, Milei y Elon Musk. «En Brasil, defender la democracia conlleva a actuar contra ataques extremistas, mesiánicos y totalitarios que difunden el odio y el resentimiento», declaró el mandatario brasileño.
También se refirió a los problemas con la red social X, propiedad de Elon Musk, que fue bloqueada en Brasil por orden judicial, lo que lo llevó a insistir en que «en un mundo globalizado no tiene sentido recurrir a patriotas falsos ni a experimentos ultraliberales que no hacen más que empeorar las dificultades de un continente empobrecido».
Javier Milei calificó de «socialista» a la ONU, rechazó la agenda 2030 y anunció el fin de la «neutralidad»
El presidente Javier Milei protagonizó un nuevo show a escala internacional. Esta vez se paró por primera vez ante el pleno de la asamblea de las Naciones Unidas y, bajo la mirada de su hermana Karina, la Canciller Diana Mondino y del ministro de Economía Luis Caputo, que esbozaba una sonrisa mientras filmaba al Presidente con su celular, dijo que llegaba allí a «alertar al mundo» sobre «el rumbo trágico que esta institución (por la ONU) ha adoptado». Acusó al organismo de «socialista», de haber tomado medidas de «izquierda» que provocaron «un rumbo trágico». Además, anunció que Argentina abandonará la neutralidad ante los conflictos internacionales y que estará «a la vanguardia de la lucha por la defensa de la libertad». Por último, dijo que la ONU fue «propulsora de la violación sistemática de la libertad con las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que deberían ser consideradas un delito de lesa humanidad». En ningún momento el Presidente mencionó la deuda externa sin precedentes que el país contrajo con FMI –por el mismo ministro que ahora lo filmaba desde el público con su celular–, ni tampoco habló de los números de la economía como el de la pobreza, la desocupación y la indigencia que empeoraron mes a mes desde que asumió la gestión.
Tal como si él fuera un reconocido líder mundial –en reiteradas ocasiones explicó que así se autopercibe– aclaró que, si bien es presidente de un país, «no es político», sino «un economista liberal libertario», que vino a «combatir las políticas colectivistas». Luego, disparó que la Argentina «va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó», resaltó su alineamiento a Israel en el conflicto en Medio Oriente y confirmó que no va a adherir al Pacto del Futuro, que fue firmado en el marco de la ONU por 193 países miembro, quedando del lado de países como Rusia, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte, que también lo rechazaron. Con un tono altivo, en tanto, pronunció: «invitamos a todas las naciones del mundo libre a que nos acompañen, no sólo en el disenso de este pacto, sino en la creación de una nueva agenda para esta noble institución: la agenda de la libertad».
Milei dijo que la ONU se alejó de «su misión original», que ponderó, ya que en un comienzo, desarrolló, «bajo la adopción de sus ideas, la humanidad vivió el período de paz global más largo de la historia». En ese punto, como si pudiera ver el futuro, disparó: «vengo aquí a decirle al mundo lo que va a ocurrir si las Naciones Unidas continúan promoviendo las políticas colectivistas, que vienen promoviendo bajo el mandato de la agenda 2030».
En varios fragmentos el discurso tomó ribetes místicos. En un momento citó a un profeta del antiguo testamento, Isaías, y luego dijo que «el Creador», es quién nos dio «el derecho a la vida a la libertad y la propiedad», que él dice defender. Según su visión, la ONU se alejó de sus principios «como suele ocurrir con la mayoría de las estructuras burocráticas», y «dejó de velar por los principios esbozados en su declaración fundante y comenzó a mutar». «Una organización que había sido pensada – esencialmente – como un escudo para proteger el Reino de los Hombres se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos, que pretende decidir no sólo qué debe hacer cada Estado-Nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo», expresó.
Luego, criticó que el organismo «ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales, que pretenden imponerles a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado», y, en ese momento, aprovechó para cuestionar la Agenda del Futuro. Opinó que ese proyecto firmado por 193 naciones «profundizará el rumbo trágico que esta institución ha adoptado».
Para Milei la agenda 2030 «es un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas». Y dijo que esa agenda: «obedece a intereses privilegiados» y puso a la ONU «en una senda equivocada».
También denunció que para él el organismo no respeta los Derechos Humanos y criticó el ingreso al Consejo de Derechos Humanos, de «dictaduras sangrientas como la de Cuba y Venezuela». Milei cuestionó que «se haya votado en contra del Estado de Israel, que es el único país de Medio Oriente, que defiende la democracia liberal», mientras –dijo– «se ha demostrado una incapacidad total de responder al flagelo del terrorismo».
En otro punto de su discurso –en el que más cerca estuvo de mencionar la deuda sin precedentes que el país tiene con el FMI– opinó que la ONU «ha promovido una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, exigiéndole a los países más relegados que comprometan recursos que no tienen en programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover la agenda de las elites globales». En ese punto hay una conexión con reclamos que hizo el gobierno anterior, aunque con diferencias. La gestión de Alberto Fernández, por ejemplo, pedía que las acciones vinculadas a revertir el cambio climático sean consideradas como pago de deuda en el caso de los países emergentes.
De manera escueta, el Presidente argentino mencionó a las Islas Malvinas cuando dijo que la ONU tampoco «ha cumplido satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano, en la relación con las Islas Malvinas», y aprovechó para decir que se trata de «una organización impotente en brindar soluciones a los verdaderos conflictos globales, como ha sido la aberrante invasión rusa a Ucrania». En el discurso no hubo críticas a China, como se especulaba que sí habría.
Casi al final de su alocución, y con tono grandilocuente, Milei vociferó: «Quiero hacer una advertencia: estamos ante un fin de ciclo. El colectivismo y el postureo moral, de la agenda woke –se trata de un enfoque que enfatiza la conciencia social y la acción en torno a las desigualdades y las injusticias sociales–, se han chocado con la realidad y ya no tienen soluciones creíbles para ofrecer a los problemas reales del mundo», espetó. Por última vez volvió a criticar la agenda 2030 y subrayó: «siempre ocurre lo mismo con las ideas que vienen de la izquierda: diseñan un modelo acorde a lo que el ser humano debería ser – según ellos – y cuando los individuos – libremente – actúan de otra manera, no tienen mejor solución que restringir, reprimir y coartar su libertad».
Bukele ante la ONU: «Fuimos ingenuos en pensar que otros países nos salvarían»
Nayib Bukele se hizo presente ante la Asamblea General de Naciones Unidas para presentar su sexto discurso como presidente de El Salvador, enfocando gran parte del mismo a la crisis internacional que hay por las guerras en Oriente Medio.
El mandatario inició su discurso exaltando sus labores durante su periodo como presidente y detalló que, en esta segunda ocasión, hablaría «como un presidente de un país que ahora tiene voz en el mundo».
Habló sobre la responsabilidad que juega el gobierno durante su segundo mandato: «La responsabilidad de un gobierno es con su pueblo, así como tomar nuestro propio destino en nuestras propias manos. Fuimos ingenuos en pensar que otros países nos salvarían o que otras naciones nos regalarían nuestra libertad por simple bondad, tuvimos que entenderlo para luego tener la valentía para romper nuestras cadenas nosotros mismos para recalar nuestro derecho a ser libres», dijo.
El mandatario salvadoreño mencionó que estamos ante una nueva era oscura de la humanidad. «Hoy el mundo libre ya no es libre, esto no es una exageración, lamentablemente vemos pruebas innegables de esta decadencia todos los días, las nuevas amenazas de guerra continúan», sostuvo
«¿Cómo es que el mundo está cayendo tan rápido? Dicen que El Salvador nada contra la corriente; mientras que El Salvador se volvió más seguro, el mundo se volvió más inseguro, mientras el pueblo salvadoreño se volvieron más optimista, la mayoría de las personas en el mundo moderno se vuelven más pesimistas», agregó.
«Como salvadoreños reconocemos estos síntomas de la decadencia porque hemos pasados por todos ellos. Vivimos las etapas de la caída de nuestra nación, una por una, y estamos viendo esas mismas etapas, una vez más, pero esta vez a escala global», apuntó Bukele.
«No podemos prevenir los tiempos oscuros que se avecinan pero lo que sí podemos hacer es convertirnos en un pequeño refugió ante la tormenta que se aproxima y mantener la esperanza», continuó. «Tal vez sea demasiado tarde para evitar los tiempos oscuros que enfrenta nuestro mundo hoy, pero no es demasiado tarde par construir una arca y cambiar la tormenta», agregó.
Además, Bukele aseguró que considera que la libertad de expresión, la igualdad ante la ley, la unidad y el respeto por la propiedad privada son principios que hacen libre a una nación, «pero una vez un país abandona sus principios que lo hacen libre, es solo cuestión de tiempo para que pierda su libertad por completo.
La Libertad de expresión en El Salvador
Bukele dijo durante su discurso que hace una década el Occidente del mundo era el bastión de la libertad de expresión y ahora es sermoneado por quienes solían denunciar.
El mandatario enalteció a El Salvador ante este tema, asegurando que «en El Salvador no encarcelamos a nuestra oposición, no censuramos opiniones, no confiscamos bienes de quienes piensen diferente, no arrestamos a las personas por expresar sus ideas. En El Salvador tu libertad de expresión, así como tu propiedad privada, siempre estarán protegidas».
Asimismo, aseguró que «no podemos ni deseamos decirle a los países qué tienen que hacer, cada país debe tomar sus propias decisiones y hacer lo que sea mejor para su gente. Solo podemos ofrecer una palabra de advertencia de un amigo que ha pasado por una época oscura y ha librado la batalla de su vida para salir de ella».
Finalmente, Bukele aseguró que la libertad «se toma, no se da, ni se regala y como todo en la vida que vale la pena tener, necesita cuidado y mantenimiento».