La poco probable acción militar de EEUU en Venezuela – Por Leopoldo Puchi

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Leopoldo Puchi *

Las soluciones pacíficas, aunque más lentas y complicadas, son las que realmente permiten construir una convivencia interna sólida y una coexistencia respetuosa entre países

Luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio, han surgido interrogantes sobre la estrategia que adoptará Estados Unidos hacia Venezuela. Anteriormente, evaluamos diversas opciones, desde una posible negociación en busca de un acuerdo de alternancia interna a mediano plazo hasta un aumento de sanciones y la creación de un gobierno paralelo, similar al que intentó instaurar Donald Trump en 2019.

En los últimos días, la atención de los observadores internacionales ha sido captada por reportes de noticias que sugieren que Washington podría estar evaluando recurrir, en algún momento, a medidas más extremas, incluida la violencia directa. Este enfoque no encaja con las políticas actuales de Estados Unidos hacia la región y luce anacrónico. No obstante, no sería una novedad en la historia de la política exterior estadounidense, que ha recurrido en diversas ocasiones a modalidades de intervención para lograr sus objetivos geopolíticos.

“Hacerlo desaparecer”

En este contexto, resultan especialmente alarmantes las declaraciones de figuras políticas como el expresidente mexicano Vicente Fox, integrante del grupo de exmandatarios hispanoamericanos conocido como IDEA, quien ha manifestado sin rodeos: “Ya es momento de pasar de los buenos deseos a la acción. Es hora de que alguien saque a este dictador, alguien debe hacerlo desaparecer”. Para quienes entienden la historia y el lenguaje de la política internacional, el significado de estas palabras es claro y no requiere mayor interpretación, por más que sea difícil tomar en serio a una figura como Fox.

Estas declaraciones, junto con la posible intervención de empresas militares privadas (PMC), recientemente insinuada por Erik Prince, aumentan la preocupación. El 31 de julio, Prince, fundador de Blackwater y ahora propietario de la empresa militar “Academi”, se pronunció sobre Venezuela a través de su cuenta en X: “Si Kamala Harris y Joe Biden realmente quieren apoyar la libertad y las elecciones legítimas en Venezuela, deberían elevar las recompensas a 100 millones de dólares”. También dijo que estas recompensas podrían pagarse con el dinero de Venezuela que se encuentra en manos del gobierno estadounidense.

Esta mezcla de declaraciones incendiarias y sugerencias de intervención directa no hace sino incrementar la incertidumbre en torno al rumbo que tomará la política estadounidense hacia Venezuela.

Empresas mlitares/Invasión

Estados Unidos ha utilizado estrategias violentas en diferentes contextos históricos y geopolíticos. Desde la invasión directa y derrocamientos de gobiernos, hasta el financiamiento y suministro secreto de armas. Estas acciones forman parte integral de la política exterior estadounidense. Las operaciones encubiertas, una herramienta clave en el repertorio de las agencias de inteligencia, suelen ser llevadas a cabo por agencias como la CIA, aunque también pueden ser ejecutadas a través de paramilitares o de empresas privadas militares bajo contratos de confidencialidad, con el objetivo de evitar que se revele la implicación del actor principal.

Estados Unidos ha utilizado la modalidad de invasiones o intervenciones militares directas en otros países bajo circunstancias específicas. Para tal fin, ha invocado amenazas a la seguridad, protección de ciudadanos y propiedades, o compromisos con aliados. En varias ocasiones, Washington ha realizado intervenciones militares para promover cambios de gobierno.

Sin embargo, es poco probable que la Casa Blanca opte en este momento por una intervención militar en Venezuela. Estas acciones han sido fuertemente cuestionadas dentro de los propios Estados Unidos, no solo por su ilegalidad, sino por desestabilizar regiones enteras, generar enormes costos humanos y económicos, y provocar crisis migratorias.

Cooperación

Todavía, Washington no ha definido una nueva estrategia hacia Venezuela. Pero es de esperarse que, en lugar de tomar un camino de acciones violentas o de incremento de las medidas de sanciones se incline por una política centrada en la diplomacia, la cooperación y el diálogo. Las operaciones encubiertas y las estrategias de derrocamiento a través de golpes militares no solo socavan la credibilidad de Estados Unidos, sino que también intensifican las tensiones y la inestabilidad política y social.

En cambio, las soluciones pacíficas, aunque más lentas y complicadas, son las que realmente permiten construir una convivencia interna sólida y una coexistencia respetuosa entre países.

*Politólogo y analista poíitico. Cofundador del Movimiento al Socialismo, fue ministro de Trabajo

El Universal

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