Argentina | Las contradicciones de un gobierno misógino

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A raíz de la denuncia de Fabiola Yáñez, exprimera dama, Milei pretende instalar el relato de que las políticas de género son una «estafa»

El desmantelamiento del Ministerio de Mujeres es la punta del iceberg del  negacionismo actual en cuanto al rol del Estado y su vínculo con las conquistas feministas.

Las contradicciones de un gobierno misógino

Haciendo una estudiada pirueta, el gobierno nacional y su maquinaria de trolls intentan instalar el relato de que la denuncia de violencia de género de Fabiola Yáñez contra el ex presidente Alberto Fernández es un ejemplo y una prueba de por qué las políticas de género y los feminismos son una “estafa”. Justifican así el desmantelamiento de todas las políticas de género, partiendo del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades. En vez de pensar que es justamente gracias a los feminismos y a las políticas de género que hoy se pueden denunciar hechos que años atrás eran totalmente naturalizados –e incluso que pueda denunciarse a un ex presidente–, se regodean en ataques permanentes a “los progres” y a los feminismos.

Organizaciones y expertas feministas, reflexionan en este artículo sobre estos ataques y las falsas verdades que se pretenden instalar. Y es que los ataques del gobierno al feminismo y a las políticas de género después de la denuncia de Fabiola Yáñez hacia Alberto Fernández fueron respondidos desde un amplio arco feminista en las redes sociales.

Luci Cavallero, militante del colectivo Ni una menos, consideró, en diálogo con Página 12, que se trata de una muestra más “del modus operandi cínico de este gobierno, que trata de culpabilizar y atacar las reservas de luchas más importantes de nuestro pueblo». «La escena es perversa: se nos culpa aún si las luchas feministas son la condición de posibilidad de que exista audibilidad para una denuncia», agrega.

“Lo primero que quiero decir como feminista, educadora y ciudadana es que repudio la violencia de género hacia las mujeres y hacia las diversidades, que seguimos viviendo en un sistema machista violento, que doy crédito a una mujer que denuncia y que hemos logrado que existan mecanismos institucionales en la justicia para dar lugar a este caso y a todos los casos, incluyendo por supuesto que los ofensores puedan presentar sus pruebas. El ataque a los feminismos y las políticas de género desplegadas en el gobierno de Alberto Fernández desvía el foco de lo que verdaderamente importa que, este caso, es escuchar y acompañar a una mujer que denuncia”, dijo Graciela Morgade, profesora de Educación Sexual Integral (UBA), a Página 12.

Para muchas es justamente la lucha de los movimientos feministas, sus logros en materia de institucionalización de la perspectiva de género y el desarrollo de políticas públicas, la condición de posibilidad de que esta denuncia haya salido a la luz. Morgade apuntó que “la denuncia de Fabiola es posible porque hace décadas los movimientos feministas y de la diversidad han venido ‘sacando del placard’ situaciones de violencia que a nuestras abuelas tal vez les parecían parte de su destino, porque se las ‘buscaban’ o porque ‘los maridos son así’y ‘hay que comprenderlos'».

Quienes critican solo parecen usar esta denuncia para justificar la propia política de género, que es justamente eliminar toda política. ¿Cómo está la gestión actual en este sentido?

Natalia Gherardi, Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), dijo a este diario que la situación “es muy preocupante”. En un monitoreo que hicieron desde ELA a seis meses de gestión de Milei encontraron problemas claros. Entre ellos, se eliminó el organismo encargado de prevenir y atender a las mujeres atravesadas por la violencia y 19 políticas públicas están siendo desmanteladas. En lo que va del año se ejecutó un 28% menos de presupuesto de la Línea 144, en comparación con el primer semestre de 2023. En junio 2024, despidieron al 38% de las personas que trabajaban en la línea 144, que recibe llamados con pedidos de asistencia en situaciones terribles de manera cotidiana. Quedaron turnos con solo dos trabajadoras atendiendo.

En ese sentido, Gherardi menciona que la línea 144 recibió 10 mil comunicaciones consultando por el Programa Acompañar, que era una ayuda económica para mujeres que la necesitaban para poder salir de un vínculo violento. Se ejecutó 82% menos del presupuesto de este programa comparando con el primer semestre de 2023. En el primer trimestre del 2023, lo habían recibido 34.023 personas mientras que en el primer trimestre de 2024 sólo 434 lo recibieron. Es decir, un 98.63% menos.

Si Fabiola Yáñez no hubiera sido la figura pública que es y se hubiera comunicado a la línea de violencia de género, ¿la habrían atendido? ¿Cómo la habrían acompañado en su denuncia? ¿Qué recursos le hubiera ofrecido el Estado para que pudiera salir de la situación de violencia? La respuesta a todas esas preguntas es un gran interrogante cercano más bien a la certeza de que el Estado no cuenta en esta gestión de gobierno con herramientas para quienes están en situación de violencia de género.

En ese sentido, Gherardi dijo que en su investigación, “encontramos que, al no contar con información certera sobre la continuidad de estas políticas, las áreas de género locales deciden dejar de ofrecer algunos programas para no generar falsas expectativas. La consecuencia es clara: frente a la dificultad de sostener el acompañamiento muchas veces la mujer regresa con el agresor”.

Lo que está claro para quien tenga un mínimo conocimiento de la historia del movimiento feminista en Argentina (y del desarrollo de las políticas públicas que tanto han costado conseguir), es que el hecho de que Fernández esté denunciado por violencia de género en el ámbito familiar no invalida las políticas de género en general y tampoco las que su gobierno desarrolló.

“El movimiento feminista en Argentina está organizado hace muchísimos años aunque logra cierta masividad a partir del 2015 –continuó Cavallero–. Está organizado a partir de tener un horizonte de transformación social mucho más amplio de políticas públicas. También ha combinado ese deseo de transformación con la demanda de políticas concretas. En ese sentido, el movimiento feminista ha entrado en relación con diferentes gobiernos y ha conseguido cristalizaciones y conquistas parciales de esa agenda en el gobierno de Alberto Fernández pero también en otros gobiernos. Por lo tanto, esas conquistas no son invalidadas porque el presidente esté denunciado por violencia de género sino que hablan de la fuerza de un movimiento que pudo inscribir aún parcialmente algunas de sus demandas”. Luego, agregó: “Hay que sacar completamente este caso del relato absurdo del gobierno para el cual conseguir algunas demandas te convierte inmediatamente el albertista”.

En la misma línea, Morgade dijo que “ninguna política de ampliación de derechos es desarrollada desde un único lugar (el Ejecutivo) ni por una única persona ‘elegida’. Las políticas más efectivas a lo largo de nuestra historia tuvieron que ver con sujetos populares, con protagonistas colectivos que, en el caso de los feminismos en nuestro país, se expresaron en luchas, con frecuencia transversales a los partidos. También, con apoyos de la militancia internacional, con alianzas y negociaciones que pueden señalar logros legislativos y políticos de varias décadas”.

Por otro lado, esta denuncia de violencia de género permite entender que estas violencias atraviesan todos los sectores sociales y políticos. Es decir, es un problema transversal a toda la sociedad y no, como dicen algunos medios por estos días, un problema de un partido político en particular. Al mismo tiempo vale la pena preguntarse ¿se puede pensar esta denuncia, que primero fue mediática y luego judicial, por fuera del contexto político partidario?

En este punto, las expertas tienen distintas posturas. Para Gherardi “todas las especulaciones políticas están de más”. En cambio, para Morgade, el hecho de que se trate de un ex presidente “es muy impactante y hasta decepcionante para muchas personas cercanas” y “obviamente la cadena nacional en el tema tiene aspectos partidarios”.

En consonancia, Cavallero dijo que “es imposible olvidar el modo en que esta denuncia se convierte en pública, que tiene que ver con una filtración del poder judicial a los medios de comunicación, además articulada con las operaciones mediáticas de la granja de trolls, que incluso pasan por encima de la decisión de la propia denunciante, que finalmente después trata de denunciar el hecho. Entonces hay que pensarlo en un contexto de operación política en el marco del cual el gobierno empieza a sentir el malestar de la gente y hay diputados de La Libertad Avanza que se están reuniendo con genocidas”.

El contexto político internacional de instalación de las ultraderechas tampoco puede soslayarse. “La agenda antifeminista de Milei fue muy tempranamente expresada (en enero y en el marco del foro de Davos) y en consonancia con los ataques antifeministas del coro ultraconservador nacional e internacional”, dijo Morgade. “Hoy hay una articulación global de ultraderechas reaccionarias, que tienen como punto en común el ataque al movimiento feminista y en Europa incluso mucho mas marcado el ataque al movimiento migrante”, añadió por su parte Cavallero.

Finalmente, todas las agresiones al movimiento feminista no pueden tapar lo evidente y lo que vienen señalando los estudios de género y los activismos feministas hace décadas: que hace falta más feminismo y más perspectiva de género para poder prevenir situaciones de violencia. Y además, como dijo Cavallero, lo importante que sería “discutir las formas patriarcales de hacer política que nos han traído hasta acá”.

PAGINA 12

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