Uruguay recurrirá a la tecnología nuclear para que la carne, el cacao y las frutas duren más
Por Fabiana Culshaw
El gobierno se ha propuesto, como política de Estado, mejorar la calidad y durabilidad de los productos alimentarios, destinados al mercado interno y al exterior.
Que en vez de una fruta durar cuatro días, lo haga veinte y además esté libre de bacterias o toxicidad, repercute positivamente en la salud, y en los negocios.
Piénsese que, por ejemplo, las exportaciones a China pueden llevar unos 45 días de viaje y, cuando el alimento llega a destino, si bien acondicionado, ha perdido gran parte de sus virtudes.
Es por esto que, en el marco de un acuerdo de colaboración entre Estados Unidos y Uruguay, el entonces titular del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), Omar Paganini, conjuntamente con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), encargó en 2022 un estudio de factibilidad para el uso de la tecnología de irradiación multipropósito a escala industrial, con eje en los alimentos, el cual fue llevado a cabo en Uruguay por la Universidad de Texas A&M, y cuyas conclusiones se dieron a conocer en Torre Ejecutiva ayer.
La presentación estuvo a cargo del ingeniero Oscar Acuña, del Departamento de Energía de Estados Unidos (UE-DOE) y el Centro Nacional de Investigación de electrones Beam de la Universidad de Texas A&M, acompañado por Aníbal Abreu de la Dirección Nacional de Aplicaciones de la Tecnología Nuclear de Uruguay, y Gerardo Meave, directivo de E-Beam Agroindustrial (E-Foods Inc), un emporio del sector agroindustrial de la región que, desde México, podría ayudar a Uruguay en esta materia.
En el evento, estuvieron presentes autoridades nacionales y empresariales, entre ellas Walter Verri, subsecretario del MIEM; Fernando Pache, presidente de la Cámara de Industriales (CIU); y representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
¿Qué significa “irradiación de alimentos” a escala industrial? Se trata de procesos basados en tecnologías de rayos X o aceleradores de electrones (eBeam) -muchas veces se combinan-, que se utilizan para penetrar los alimentos con el objetivo de reducir la carga microbiana y de otros microorganismos patógenos, controlar la infección parasitaria, neutralizar los químicos, prolongar el período de conservación o retardar la maduración para extender la vida de anaquel (de carnes, pescados, mariscos, especies, condimentos, quesos, hierbas, etcétera), entre otros beneficios. Se aplica tanto productos frescos, congelados y envasados de carne y pescados.
Asimismo esta tecnología permite un mejor tratamiento del suelo, control de plagas y reutilización de aguas.
Está basada en energía nuclear y también se utiliza en otros rubros, por ejemplo, para la esterilización de equipos médicos.
“La irradiación de alimentos ha permitido que países como México, Vietnam, Perú y Chile aumentaran significativamente sus exportaciones a Estados Unidos», afirmó Acuña.
“En América Latina, salvo en Brasil y México, esto no es común. Por eso el Departamento de Estado de EE.UU. nos pidió que ayudemos a países como Uruguay y otros de la región”, agregó.
Actualmente la tecnología que se utiliza en Uruguay para este tipo de procedimientos es de cobalto, la cual, según el experto, ha sido superada y además, requiere ser reemplazada cada cinco años, lo que resulta especialmente caro.
Aplicable en Uruguay
Ingenieros de la Universidad de Texas A&M (EE.UU.) avanzaron, en colaboración con el Laboratorio Tecnológico (LATU), en un estudio y prueba piloto en el país que llevó un año y medio y arrojó que «Uruguay tiene suficiente volumen de productos que justifican la instalación de una planta de acelerador de electrones», dice el informe.
De hecho, Uruguay cuenta con una disponiblidad de al menos 60.000 toneladas métricas de diversos productos que podrían ser tratados con este tipo de tecnología, como por ejemplo, carne, cacao en polvo, alfajores, salsas, especias, cannabis medicinal y equipos médicos desechables, detallan.
El cannabis medicinal que desde Uruguay se exporta principalmente a Alemania, no está irradiado. “De estarlo, potenciaría su precio porque ese proceso representa un valor agregado”, apuntó Acuña.
Además, en el país existe ya la normativa para irradiación de alimentos, lo que es una ventaja competitiva a la hora de avanzar en otras fases, y en comparación con otros países de la región.
La idea que es que esta tecnología, que podría estar ubicada o gerenciada por el LATU, atienda a distintas empresas del país para que mejoren sus procesos industriales.
El estudio de factibilidad señala que la instalación de una máquina de aceleración estaría en el entorno de los US$ 10 millones, siendo lo más oneroso la instalación propiamente dicha (20% del total).
El retorno de la inversión se calcula a dos años y se obtienen utilidades del orden del 68% a partir del primer año de operaciones, indica el ingeniero de la Universidad de Texas A&M.
En Perú, el BID financió la construcción de una planta con tecnología de irradiación alimentaria que da servicios a un gran número de empresas.
En general, los expertos recomiendan que se realice una inversión público-privada. “Ese modelo de negocio estaría en línea con la política del gobierno uruguayo”, destacó Abreu.
Espacio sideral y anaqueles
Gerardo Meave, director de E-Beam Agroindustrial, contó la experiencia de su empresa ubicada en Aguascalientes (México), la mayor en su rubro en América Latina y que tiene como lema “Alimentos más sanos y frescos por más tiempo”.
“Los alimentos que van al espacio duran diez años con tecnologías como éstas. Acá muchos empresarios se conformarían con que sus productos duplicaran su vida en los anaqueles”, afirmó.
El empresario observó que, sobre todo en esta región, existe un gran desperdicio de frutas y verduras. “Se las ve tiradas en el suelo por falta de tecnologías adecuadas, que generan casi cero de merma de producción y además generan empleo”, dijo.
Uno de sus grandes clientes es Purina. Los expertos coincidieron en que el «pet-food» (alimentos para mascotas) es un mercado “millonario”, con familias dispuestos a pagar fortunas por el integrante “extra” del hogar. Y así lo han entendido las compañías del sector, que últimamente recurren más a alta tecnología para elaborar alimentos para perros, gatos, caballos y demás.
El impacto social de la instalación o arrendamiento de plantas de irradiación muestra que muchos trabajadores del campo mejoran sus salarios y las condiciones laborales en general, evitándose la emigración hacia las ciudades u otros países.
Meave adelantó que tiene una segunda planta de este tipo en construcción, también en Aguscalientes (México), que se dedicará al procesamiento de productos agroindustriales.
Más de 60 países han aprobado tecnologías de pasteurización de avanzada y se usan en todo el mundo para irradiar especias, frutas, carnes, alimentos de mascotas y otro tipo de alimentos.
Se las considera tecnologías para el crecimiento económico, por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).
Ante la iniciativa, Abreu comentó que “Uruguay no es una potencia en proyectos, pero sí en optimizar recursos”.
Los próximos pasos serán una reunión de los expertos con la titular del MIEM, Elisa Facio, este martes y que la Dirección Nacional de Aplicaciones de la Tecnología Nuclear avance para la implementación.
El interés del MIEM también radica en que esta tecnología es verde, es decir, no genera residuos.
Interés ministerial
Los ministerios de Industria, Energía y Minas (MIEM) y de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) han declarado de interés ministerial las actividades del Comité Nacional de Irradiación, incluido este proyecto sobre la irradiación de alimentos.
Durante la etapa piloto se instaló un irradiador para realizar pruebas y determinar dosis adecuadas, se estableció un marco normativo para regular la irradiación de alimentos, y se realizaron pruebas con el sector privado en diferentes matrices, según un comunicado del MIEM.
El MIEM agrega que se determinó la demanda potencial y se estudió la oferta tecnológica para diversas tecnologías: ebeam (haces de electrones), rayos X y rayos gamma.
“La difusión de este evento es de gran valor para los objetivos de desarrollo y promoción de la aplicación de la tecnología nuclear en la industria, con resultados beneficiosos para la economía productiva en nuestro país”, dice el comunicado firmado por Aníbal Abreu.
“Las oportunidades no siempre vienen envueltas para regalo”, dijo Abreu en el evento, en alusión a la necesidad del músculo privado para la instalación de la planta o tecnología.
La Universidad de Texas A&M, además de asesorar, brinda servicios de irradiación de alimentos y de otros productos con sus instalaciones, para empresas de EEUU y del exterior, fundamentalmente México.