Uruguay: el empleo informal predomina

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Uruguay: el empleo informal predomina

Claudio Fernández*

Esta semana el Instituto Nacional de Estadística publicó la información relativa al empleo y los salarios que dan cuenta de cómo se viene llevando a cabo el crecimiento y la distribución del ingreso en nuestro país.

En lo que refiere al empleo, el número de personas ocupadas recuperó los valores de diciembre de 2019 en enero de 2022. A partir de allí, comenzó una lenta recuperación, teniendo en el año 2022 unas 10 mil personas ocupadas más, acelarándose en 2023 con 40.400 personas ocupadas más que el año anterior.

En los últimos doce meses terminados en mayo de este año, las personas ocupadas aumentaron en 30.000, creciendo la tasa de empleo de 57,8% en mayo de 2023 a 58,5% en 2024. En ese período de tiempo la cantidad de personas empleadas creció y se redujeron las desempleadas en mil, aumentando así la población económicamente activa, es decir, aquellas personas mayores de 14 años que trabajan o están dispuestas a hacerlo.

En los cinco primeros meses de este año, comparando el número de personas empleadas en mayo pasado con el dato de diciembre del 2023, se refleja una caída de 7200 personas pasando de 1.723.800 empleadas a 1.716.600. En relación al desempleo, se verifica que las personas desocupadas aumentaron 14.000 en lo que va del año, yendo de 146.000 en diciembre a 160.000 en mayo.

Si bien existen distintas compensaciones que pueden darse entre los indicadores por sus formas de cálculo, el aumento de las personas ocupadas también tiene su correlato con las tasas de subempleo y trabajo no registrado, lo que da cuenta de la precarización de las condiciones laborales. En los últimos doce meses terminados en mayo, aumentaron en 9 mil las personas subempleadas, que son aquellas que trabajan menos de 40 horas, están dispuestas a trabajar más pero no consiguen hacerlo. También aumentaron las personas con empleos no registrados en la seguridad social en 20 mil en los últimos 12 meses.

Por tanto los nuevos empleados creados son empleos informales.

El siguiente gráfico muestra la evolución de la cantidad de personas empleadas en el último año así como las subempleadas y las no registradas en la seguridad social. Así vemos como la velocidad en que crece el empleo es menor que la que crecen las otras dos variables. De confirmarse ese comportamiento como tendencia, nuevamente el modelo de crecimiento se presenta con precarización de la oferta laboral.

Respecto al salario real como indicador del poder de compra del salario, en el último año móvil terminado en mayo de este año, aumentó un 3,7%, un porcentaje superior al 1,8% que aumentaron las personas ocupadas en el mismo período. Parece verificarse que el aumento del empleo en estos últimos meses se acompañó con el aumento del salario real. Sin embargo, con una mirada más de mediano plazo, vemos como desde diciembre 2019, el aumento de las personas empleadas no siempre estuvo de la mano del incremento del poder de compra del salario, pudiendo basarse los últimos movimientos del salario real en el enlentecimiento de la inflación.

Lo anterior puede estar mostrando que luego de la recuperación de los niveles de producción previos a la pandemia, la riqueza que se está generando en el Uruguay de hoy va en la dirección al mercado externo, descuidando a quienes producen para un mercado interno cada vez más disminuido por la vía de salarios que pueden comprar solamente un 3,6% más que en diciembre de 2019, con un aumento del nivel de ocupación que oculta los problemas de precariedad laboral que indica el incremento del subempleo y del trabajo no registrado.

* Economista, ex vicepresidente de la ANV, actualmente trabaja en el Programa EconomiaPolitica.uy y en la Universidad de la República.

Mate Amargo

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