El trono del dólar en el punto de mira de los BRICS
El trono del dólar en el punto de mira de los BRICS
Marcos de Queiroz Grillo
En el siglo XIX, la división internacional del trabajo, la marcada plusvalía en la producción de mano de obra y la alta concentración de ingresos permitieron a algunos países experimentar una revolución industrial financiada por el crédito interbancario internacional.
Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), resultado de las disputas expansionistas de las economías dominantes, hubo una gran inestabilidad global, con inflación, desempleo e iliquidez. En el período 1919-1938, los mercados colapsaron, estallaron crisis políticas, surgieron regímenes totalitarios e intervencionistas, y los acuerdos bilaterales ganaron terreno. En el Tratado de Versalles (1919), se impuso una fuerte compensación a Alemania a los países aliados que resultó en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En 1944 se llevó a cabo la reunión de Bretton Woods, cuyo objetivo era evitar otra Gran Depresión. En la década de 1930, los países se especializaron en exportar el desempleo, manipulando su tipo de cambio, lo que causó una guerra comercial, lo que llevó a la depresión y al desempleo masivo. Para mitigar este problema, todos los países se han comprometido a vincular sus monedas al precio del oro. Esto significaba que todas las monedas habían tenido ahora un tipo de cambio fijo en relación con cada una de las otras monedas. No fue la devolución del viejo patrón oro, abandonado en la década de 1930, en el que las acciones de oro de un país respaldaron sus monedas. El criterio se convirtió en el tipo de cambio y ya no es la cantidad de oro. Otra medida importante propuesta en Bretton Woods es el pacto de la balanza comercial, mediante el cual los países con déficit comercial recibirían préstamos y los que tuvieran superávit comercial tendrían que importar más activos de las economías deficitarios, evitando así otra depresión mundial. Los EE.UU. no aceptaron esta propuesta y obtuvieron importantes excedentes hasta que se restableció el comercio mundial en el período de posguerra.
La reconstrucción del mundo de la posguerra necesitaba un nuevo paradigma. Se crearon instituciones estupernacionales como el FMI, el IBRD (Banco Mundial), entre otras, todas vinculadas a la ONU. El Banco Mundial se encarga de financiar la reconstrucción y el desarrollo de proyectos con efectos macroeconómicos. El FMI era responsable de promover la expansión de la liquidez, haciendo préstamos a los países en dificultades en su balanza de pagos, a cambio de seguir el folleto liberal.
El Acuerdo de Bretton Woods y sus adaptaciones posteriores duraron un cuarto de siglo, de 1945 a 1970, tiempo durante el cual el mundo alcanzó las tasas de crecimiento más altas y el nivel más bajo de desempleo en todo el siglo XX. La era de Bretton Woods terminó de hecho cuando, en 1971, Estados Unidos decretó unilateralmente la inconvertibilidad del dólar estadounidense en oro. El tipo de cambio del dólar frente al oro ha fluctuado, y se ha instituido la era de los tipos de cambio flotantes.
En la actualidad, la gran mayoría de los dólares en circulación en el mundo no tienen ningún lastre. En 2023, según datos del Tesoro de Estados Unidos, las reservas de oro depositadas en Fort Knox ascendieron a 270.000 millones de dólares, mientras que dólares en circulación, sumados a depósitos bancarios en cuentas corrientes y cuentas de ahorro (M2) alcanzaron la cifra de 21 billones de dólares, es decir, los dólares en circulación superaron en un 776% el lastre de oro existente. Es la moneda fiduciaria. El dólar se ha convertido en la moneda de referencia, de la aceptación universal indiscutible.
El problema estructural de este nuevo mecanismo es permitir que el dólar estadounidense se utilice como instrumento de pago multilateral sin la necesaria compensación del tipo de cambio estadounidense. Las trillones de dólares se inyectaron en la economía mundial sin la existencia de una contraparte real de bienes y servicios capaces de equilibrar adecuadamente la Balanza de Pagos de Estados Unidos. Hubo entonces un volumen significativo de la moneda estadounidense en carteras extranjeras, como una reserva de valor y/o en posiciones especulativas largas, que representaba una acumulación, no deseada y no reciclable, de derechos amortiguados de retiro contra el Tesoro de los Estados Unidos. Con la inexorable especulación por encima del dólar, los Bancos Centrales instituyó nuevos mecanismos establecidos en el Acuerdo de Basilea (Suiza, 1962) y, paralelamente, se creó el mercado del libor (intercando de tasas londinán), que formaban tasas de interés para depósitos en dólares fuera de los EE.UU., otiéndolos con la tasa de interés preferencial de los Estados Unidos.