Perón, 50 años después. La vigencia de su pensamiento en clave geopolítica – Por Mara Espasande, especial para NODAL

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Perón, 50 años después. La vigencia de su pensamiento en clave geopolítica

Por Mara Espasande,* especial para NODAL

… ningún país latinoamericano puede liberarse por completo si, al mismo tiempo, no se libera  el continente, y si luego el continente no se íntegra para consolidar su liberación. 

Juan Domingo Perón

El 1 de julio de 1974, cerca de las 14 hs., centenares de miles de personas dejaban sus puestos de trabajo. El secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Adelino Romero, anunciaba el cese de actividad por la muerte del presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón. El Congreso de la Nación se convirtió en el punto de encuentro para darle el último adiós. Cerca de 135.000 personas ingresaron al Palacio Legislativo y más de un millón de argentinos y argentinas rebalsaron las calles aledañas. Una vez más, el centro de la ciudad de Buenos Aires fue escenario del encuentro del pueblo peronista que se fundía en el dolor. Junto a ellos, más de dos mil corresponsales del exterior registraban los hechos, conscientes de estar asistiendo a un día histórico. 

Perón no solamente fue el conductor del movimiento político más importante de la historia argentina sino también un referente a nivel internacional. Las expresiones de solidaridad con el pueblo argentino y el reconocimiento al líder, no se hicieron esperar. Fidel Castro declaró: “…Tuve una terrible sensación de abatimiento y tristeza… Surgió en mi memoria la ruptura del bloqueo a Cuba que concretó el gobierno popular del general Perón. Jamás será olvidado por el gobierno y el pueblo de mi patria…”. Los presidentes de las principales potencias mundiales, Richard Nixon y Leonid Brézhnev, también se pronunciaron públicamente. El primer ministro de la República Popular China, Chou En-lai, sostuvo: “Perón laboró activamente durante toda su vida para reforzar la causa de la unidad del Tercer Mundo contra todo designio hegemónico”. El papa Pablo VI ofició una misa en su memoria. Los presidentes latinoamericanos también se expresaron públicamente pese a que algunos de ellos se encontraban en las antípodas del pensamiento del mandatario argentino. Por nombrar a algunos ejemplos. 

Estas declaraciones reconocían la relevancia de Juan Domingo Perón en el plano internacional. Efectivamente, el líder consideraba que la política internacional debía ser el punto de partida para realizar un correcto análisis de la realidad nacional, fundamental para planificar las políticas públicas en pos de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. 

La doctrina peronista y una vasta influencia teórica 

La doctrina peronista fue original y creativa, desarrolló una mirada particular sobre la visión de hombre, la comunidad, la política, el rol del Estado y también del lugar en el mundo de nuestro país y de América Latina. Perón desarrolló esta doctrina en numerosos escritos que, leídos en pleno siglo XXI, no han perdido vigencia. Los textos más destacados en el análisis internacional fueron: los artículos publicados bajo el seudónimo de Descartes en el diario Democracia (1951/1952), Latinoamérica, ahora o nunca (1967) y su reelaboración presentada en La hora de los pueblos (1968) y el Modelo argentino para el proyecto nacional (1974).  

Estas obras están atravesadas por algunas ideas fuerza que sustentaron la Tercera Posición, base de la política exterior de los tres gobiernos peronistas. Una de ellas fue la necesidad de la unidad latinoamericana como requisito para la liberación de nuestros pueblos y el ejercicio efectivo de la soberanía nacional. Perón interpretó que el “sueño” de San Martín, Bolívar y otros libertadores fue un programa político, que se vio truncado por la imposición del modelo liberal de “patria chica” promovido por las burguesías comerciales y el imperialismo inglés. 

El pensamiento unionista y tercerista del peronismo no posee una sola fuente de  inspiración; por el contrario, resulta de la confluencia de diversas corrientes y tradiciones.  El peronismo constituye en sí mismo, un movimiento político de síntesis histórica donde  se articulan tradiciones, identidades, “viejas” luchas, con nuevas ideas y perspectivas. La formación de Perón en el Ejército argentino, donde estudió historia argentina y latinoamericana le dio una óptica sanmartiniana y  bolivariana. Por otro lado, también se observa la influencia de pensadores latinoamericanos de la Generación del 90 tales como Manuel Ugarte quien consideraba a la unidad regional como una necesidad geopolítica vinculada a la defensa  frente al avance imperialista  norteamericano. Sostenía que dicha unidad estaba fundada en las semejanzas culturales basadas en el idioma, la religión, las  costumbres, la historia compartida, constituyendo las bases objetivas para la integración que permitiera avanzar en un proceso de industrialización, otras de las claves para el ejercicio de la soberanía.

Además de las lecturas realizadas de autores como este escritor, también influenciaron en él los movimientos nacionalistas latinoamericanos de los años 30 y 40, aquellos que habían retomados los postulados de la Generación del 900 y aplicado (o propuesto) programas  integracionistas: la agrupación Fuerza de Orientación Radical de lo Joven Argentina (FORJA), la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) de Perú, los gobiernos bolivianos de David Toro y Germán Busch en Bolivia, Getulio Vargas de Brasil, Lázaro Cárdenas en México y Carlos Ibáñez del Campo en Chile. 

También poseía un conocimiento de la escuela geopolítica alemana y de la tradición prusiana. Había leído y estudiado la teoría proteccionista de Georg Friedrich List y también la concepción geopolítica de Friedrich Ratzel, fundamentos de la unificación alemana. Ratzel además había acuñado el término Estado Continental Industrial  proponiendo una teoría social a partir de la dimensión geográfica. 

La Tercera Posición articuló muchas de estas ideas que el peronismo recreó y enriqueció en diálogo con la realidad nacional y que se materializaron en proyectos que se llevaron a cabo durante sus gobiernos tales como el ABC y la ATLAS. 

Para finalizar, bien vale recordar que en su última obra, el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional,  Perón sintetiza su perspectiva sobre hacia dónde avanzaría la humanidad. Sostuvo entonces: “El mundo será universalista; la organización de los países del «tercer mundo» constituye una forma de tránsito necesario hacia un universalismo justo; la etapa del  continentalismo, a su vez, es un camino para ambas cosas. (…) Tenemos que asumir el principio básico de que  «Latinoamérica es de los latinoamericanos»”.

Estas palabras tienen hoy más vigencia que nunca: ¿cómo se posicionará América Latina frente a la reconfiguración del (des)orden mundial? La Tercera Posición sigue aportando hoy elementos claves para pensar geopolíticamente y construir nuevos caminos para la emancipación de nuestros pueblos. 

* Historiadora, especialista en pensamiento nacional y latinoamericano, docente investigadora de la Universidad Nacional de Lanús, Argentina.

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