La economía electoral y el voto económico – Por Daris Javier Cuevas
La economía electoral y el voto económico
Daris Javier Cuevas*
Cuando los ciudadanos, o electores, tienen la posibilidad de elegir a quienes en lo adelante se convertirán en legítimos representantes políticos de la mayoría, se asiste a lo que se constituye el principal eslabón y pilar en que se fundamenta la democracia contemporánea, la cual construye un vínculo armónico entre los gobernados y el gobernante.
Así, el mecanismo de las elecciones se convierte en el espacio en que los ciudadanos o electores tienen la oportunidad de elegir a los candidatos que mejor pueden canalizar sus anhelos y expectativas, ejercicio este que permite al elector castigar o premiar a los gobiernos y legisladores cuando son buenos o malos.
Desde una perspectiva macroeconómica, los gobernantes operan con la desventaja de que funcionan bajo una grave restricción económica, la de no poder satisfacer ampliamente las aspiraciones de los ciudadanos sobre la estabilidad de precios y el crecimiento del empleo o disminución del desempleo, pues solo logran adoptar soluciones de corto plazo que no alcanzan mitigar el malestar que afecta a la mayoría.
Ante un panorama minado de un gran malestar sin respuesta e incertidumbre, los electores desarrollan una asombrosa capacidad de sancionar y responsabilizar al gobierno de todo cuanto perjudica a los intereses y el bienestar de la mayoría, por cuanto, los ciudadanos votantes apelan a su arma democrática mas efectiva como lo es castigar con el voto al gobierno, por el mal desempeño de la economía y el deterioro del bienestar colectivo.
El desempeño de la economía es fundamental a la hora de ejercer el derecho al voto, razón por la cual los votantes ponen mucho interés al momento de su elección, en particular, como los afecta la inflación y el desempleo.
Y es que el acto de ejercer el voto es primordial ya que mediante este evento se tiene muy presente la probabilidad de que desde el gobierno se desarrolle el abuso de poder, se envía la señal de hacia dónde ha de orientarse el diseño de la política económica, la aspiración de potencializar el bienestar económico de la sociedad, así como el fortalecimiento de los espacios democráticos con mayor robustez.
A la Luz de la razón, el voto de los electores es un indicador de la capacidad que tienen los votantes de expresarse de manera terminantemente frente a la situación económica predominante y las condiciones en que se desarrolla una sociedad.
Las evidencias empíricas demuestran que desde la perspectiva del elector se genera una alta valoración de la situación económica, la cual incide de manera significativa en la decisión de ejercer el voto, lo que explica que el contexto económico tiene una dimensión decisiva y trascendental al momento de valorar una gestión de gobierno y el manejo de los fondos públicos.
Los antecedentes históricos muestran que, en los periodos electorales, el gobierno y el partido oficialista hacen un gran esfuerzo de llegar a los eventos eleccionarios con los mejores indicadores económicos, en la inteligencia de que estos incrementan el potencial de tener buenos dividendos electorales y resultados favorables.
Bajo esa premisa, la teoría económica establece que alcanzar indicadores económicos favorables, sugiere lograr una reducción significativa de la inflación, buenos niveles de empleo, que el tipo de cambio sea estable y fortalecimiento del poder adquisitivo de los consumidores.
Bajo el enfoque planteado, se tiene que en los periodos electorales existe una grave complicación que impide al gobierno modificar el panorama macroeconómico de manera favorable ya que generalmente se incorporan elementos incontrolables como los desequilibrios y la incertidumbre que dificultan construir un escenario económico adecuado para el gobierno.
En adición, la estrategia del gobierno se ve empañada por las monstruosas sumas de dineros destinados a promover la permanencia en el poder apelando a prácticas abominables del despilfarro de los fondos públicos en perjuicio del patrimonio público y el deterioro del bienestar de la sociedad.
El sistema democrático dominicano entra a un importante evento electoral este 19 de mayo 2024 y donde la economía del país entra a dicho proceso con un marcado deterioro y desasosiegos que tendrá una gran incidencia en las decisiones de los votantes.
Efecto, la economía dominicana en el presente cuatrienio ha detenido el peor desempeño en las últimas cuatro décadas al descontinuar su patrón de crecimiento promedio de un 5.3%, al registrar un crecimiento promedio de 1.9% durante el periodo, un pésimo crecimiento del PIB de 2.4% al 2023 y una perdida en el liderazgo económico regional muy por debajo en 4.5% de Panamá, acompañado con una significativa perdida de confianza en el gobierno.
Los niveles de inflación durante el periodo septiembre 2020 -mayo 2024, registra el peor flagelo histórico que ha destruido el poder adquisitivo de los hogares dominicanos, donde el 79.1% de los artículos de consumo básico registraron un incremento interanual de dos dígitos, en tanto que un 36.4% de la canasta básica ha registrado aumentos entre 30% y 33%.
La inflación acumulada durante el cuatrienio ha alcanzado un histórico 24% y donde los alimentos son donde mayor se registra el incremento de precios, tales como la carne de res con un 57. 2 %, pollo fresco 34.4%, huevo 25.4%, arroz 25.1% y aceite 48.9%, lo cual es más tétrico al establecerse un costo promedio de la canasta familiar alrededor de RD$45, 000.
En relación al empleo, se puede observar que con un costo de la canasta familiar como la señalada es imposible que la gran mayoría pueda costear la misma con el salario mínimo que devenga la generalidad y el deterioro asombroso en el poder adquisitivo.
La situación de los dominicanos es calamitosa en grado superlativo si se considera un cierto estancamiento en la generación de empleo formales, lo cual apenas llega a 8, 197 para el cuatrienio, mientras que la informalidad del empleo se comporta en un aumento de 248, 849, estos son los indicadores económicos que determinaran el resultado electoral dominicano y no las encuestas manipuladas.
*Cuevas es Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD.