Qué es el arte urbano y por qué es tan importante

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Qué es el arte urbano y por qué esta tan importante

A lo largo de la historia se han desarrollado todo tipo de artes y expresiones. Pero con el advenimiento de las ciudades surge el arte urbano. También conocido como arte callejero, este modo de expresión ha crecido mucho últimamente. Este tipo de acción artística se desarrolla, como su nombre indica, exclusivamente en las calles. El asfalto, paredes, veredas, estaciones, o incluso algún coche abandonado, todo vale como medio de mensaje.

Sus marcas artísticas más distintivas datan de los años 90, sobre todo con el graffiti, pero su historia comienza bastante antes. Al día de hoy los métodos y los mensajes son muy diversos, pero siempre en el mismo escenario: la calle.

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Si bien muchas personas lo relacionan a veces con vandalismo, es muy importante que su desarrollo siga en pie. ¿Por qué? Porque el arte urbano, como todo otro tipo de arte, es una legítima manera de expresión.

Suele verse al arte urbano como un simple hecho de vandalismo. Pero la realidad es que es una forma legítima e importante de expresión.

Aparte, ¿imaginás lo aburridas que serían las grandes ciudades sin la intervención del arte urbano? Casi en escala de grises, y nadie diciendo nada que no sea de su rutina.

El arte urbano nos habla y nos hace reflexionar, ¿o nunca te detuviste a pensar en ese poster de la esquina? Suelen ser imágenes o frases con un alto contenido social y político, generalmente crítico.

Pero esto último no es una limitación para expresarse de manera callejera. Eso va a depender de la impronta del artista y el mensaje que quiera dar. Hay trabajos políticos, pero también decorativos, o con frases alentadoras. No hay límite.

Arte urbano o callejero

En resumidas palabras, el arte callejero puede ser cualquier tipo de expresión artística que utilice la vía pública como medio. Por ello también genera polémicas relacionadas al vandalismo.

Es este punto el que da una de las características más llamativas del arte urbano: el anonimato. Ante la posibilidad de tener problemas legales, es muy frecuente entre los artistas no firmar, o firmar con un pseudónimo.

Como practicar arte urbano puede meterte en problemas legales, es muy común ver obras anónimas o firmadas con pseudónimos.

Y aún cuando firman con apodos es muy probable que se desconozca públicamente la cara del autor. El público es tan amplio que nunca se sabe quién está viendo, por eso se popularizó esta modalidad. 

Por otro lado, una de las características más valiosas del arte urbano es que ¡es gratuito! Sus autores, tan talentosos como otros, no cobran sus obras ni limitan su público.

Para el artista callejero no se trata de cobrar por publicar las obras. Más bien importa dar el mensaje. La principal búsqueda es llegar a la mayor cantidad de público posible y marcar una impronta.

Hoy se conocen trabajos de artistas que ya ni es necesario que firmen. Tan sólo con ver la técnica usada y tipo de mensaje se puede suponer con alta efectividad el autor.

Te vamos a contar dónde surgió y por qué, así como también qué elementos se suelen utilizar. Además, ¿conocés todos los tipos de arte urbano que existen? Te invitamos a hacerlo.

¿Dónde y cuándo surgió?

Es muy difícil determinar qué hecho nos da la pauta del inicio del arte callejero. En sí, es indeterminable el comienzo del arte. Lo mismo cuando nos preguntamos dónde.

Pero teniendo en cuenta su particular carga política y las primeras irrupciones públicas más trascendentales, podemos atribuirlo a Europa. Hay una tendencia mayoritaria a pensar que este fenómeno se popularizó en la década de los 60.

No por nada: la década de los 60 fue muy turbulenta mundialmente. Sobre todo por los movimientos que estaban en contra de la guerra de Vietnam, generalmente juveniles. La necesidad de expresarse empezaba a desbordar los métodos convencionales.

Si bien hoy lo asimilamos a las artes plásticas, pasaron muchas cosas en el medio. Inicialmente, estas irrupciones aparecieron como difusión de consignas políticas. 

Siguiendo esta línea, se dice que muy probablemente esto haya comenzado en Francia. Te contamos dos hechos sucedidos en ese país que podemos decir que demarcan la historia del arte urbano. 

17 de octubre del 61

Iniciando 1960 aún regía un orden similar a un imperio en Francia. Las guerras y el abuso de poder teñían la agenda de un gobierno militarizado. Al límite de que, por ejemplo, se instalara en París un toque de queda exclusivamente para los argelinos que vivían allá.

Ya sabemos que la opresión no puede durar mucho. El ya organizado Frente de Liberación Nacional hizo una fuerte protesta pública, pero pacífica, de más de 30.000 argelinos.

Como sabemos, también, los gobiernos reaccionarios tienen su forma de responder: la protesta fue brutalmente reprimida. Alrededor de 14.000 argelinos fueron arrestados, y casi 200 asesinados en el operativo.

No termina ahí: otros cien manifestantes fueron cruelmente arrojados al Río Sena para que mueran ahogados. El gobierno francés se encargó de que la prensa maquillara la situación.

Pero no tuvieron en cuenta que la expresión popular es imposible de censurar. El terraplén del Sena amaneció pintado: ici on noié les argeliens (acá ahogamos a los argelinos). Escrito por argelinos pero como si fuera un logro de las autoridades francesas. Irreverente y transgresor: el arte urbano. Una pintada que desencadenó las investigaciones que siguen hasta el día de hoy para buscar justicia.

El mayo francés

Llegamos al final de la década de los 60 en esa convulsionada Francia. Nos encontramos con otro hecho que deja en el ideario popular varias obras de arte callejero.

El descontento social era ya extremo, el gobierno del presidente Charles Le Gaulle debía parar. Así llegamos a una histórica revuelta estudiantil que generó cambios políticos y sociales.

En mayo de 1968, estudiantes inundaron las calles de la ciudad y tomaron la prestigiosa universidad de La Sorbona. A su paso dejaron posters, grafitis y carteles que son consignas hasta el día de hoy.

Las consignas eran muy variadas y la imaginación estaba al poder. Pero quizás de no haber sido expresadas de esa manera, hubieran quedado en el olvido.

“Seamos realistas, pidamos lo imposible”, “haz el amor y no la guerra”, “prohibido prohibir” son algunas de ellas. ¿Las habías visto? Seguramente las conozcas de alguna que otra remera. 

Estos hechos, como representantes de muchos más, nos demuestran la importancia del arte urbano. Motorizada por la crítica, la pregunta y la reflexión, la discusión está abierta en la calle para todos.

Al día de hoy, lo decimos con agrado: existen muchos más tipos de mensaje. No sólo encontramos mensajes críticos o tan directos. Aunque por supuesto que eso depende de las circunstancias históricas.

En sus inicios el arte urbano era más bien difusor de consignas políticas. Hoy en día hay mucha más diversidad de mensajes.

Se ha encontrado en la expresión urbana, además de la crítica, fines como la motivación, o la decoración. Es que, como todo arte, va cambiando e incorporando métodos, adaptándose a las épocas y corrientes.

Influyeron innegablemente en estos cambios los avances tecnológicos que aportan nuevas herramientas para expresarse. Desde un sticker a la impresión de gigantografías, o la aparición del aerosol. Ni hablar de la variedad de colores.

¿Qué tipos de arte urbano hay y qué materiales  se usan? 

Esta es otra pregunta difícil de determinar. El arte es un ámbito que está en constante avance. Pero podemos contarte sobre las principales herramientas que suelen utilizarse para las más conocidas técnicas.

Es normal asimilar arte callejero con un aerosol. No vamos a negar que tiene un gran protagonismo como herramienta preferida para el graffiti. La lata de pintura en aerosol con su pico manchado es un símbolo para generaciones de artistas.

El grafiti es un estilo que hace fuerte eco en la época del nacimiento de la cultura hip hop. Íntimamente relacionado con la calle pero sobre todo con la periferia de la ciudad. La manera y el momento en que surgió fueron lo que le dió tanta mala prensa.

Se contrapone de lleno con el arte que está encerrado en los museos, dándole color a la ciudad gris. Sin embargo era catalogado como vandalismo. Fue muy mal visto por mucho tiempo, e incluso lo sigue siendo por algunas personas.

Pintar paredes podía meterte en problemas con la ley, entonces no podías ir con tu pincel y paleta de colores. Así se encuentra la practicidad de llevar los aerosoles en la mochila. De ser necesario abandonar la escena, podía llevar menos de un minuto guardarlo y correr.

Pero hoy sabemos que no sólo suele usarse pintura en aerosol. Hay grandes obras que se han pintado con pintura sintética en lata, también con latex. Es decir, pincel en mano. Generalmente sucede cuando se tiene permiso legal para la obra.

Pero si no, acorde con la rapidez que se necesita para efectuar estas obras, te contamos sobre otra herramienta muy usada: el stencil. Si bien con el grafiti se podían hacer muchas cosas, a veces se precisaban líneas distintas o más complejas.

El pico del aerosol dificultaba la maniobra en ese sentido, y así es que nacen las plantillas. Consiste en una especie de molde que se hace en un material generalmente plástico o de madera. O lo que sea que no se arruine con la pintura.

Se hace el dibujo que se quiere plasmar en la pared y se cala en esa base. Queda vacío todo lo que conformará la zona del diseño. Así se genera una plantilla que se apoya sobre la pared, a la que se le acciona el aerosol.

El resultado: la pintura pasa a la pared por las partes caladas, pero no por el resto. En cuestión de segundos tu diseño puede estar en la pared pintado con aerosol. La cultura del stencil fue y es tan fuerte como la del graffiti. Incluso se combinan.

Por otra parte, tenemos todo el ala de la imprenta y la gráfica. Pueden ser panfletos, pósters, afiches, o gigantografías pegadas por la ciudad. ¡Incluso calcomanías! No importa el tamaño, sino la astucia.

Un sticker de 10 centímetros pegado en el colectivo puede llevarte a la reflexión del día. Imaginate un papelito del tamaño de un tornillo siendo lo único que destaca en un rutinario día de ciudad gigante. Poético.

Dentro de esta rama podemos tener impresiones industriales, es decir trabajos que se envían a imprimir, pero también lo artesanal. Aparecen acá tipos de impresión más caseros como la serigrafía y la xilografía. 

Mezclando tintas y haciendo trabajos de estampado y secado podés hacer tus propios afiches. Por ejemplo, si pensás que corrés algún riesgo de plagio o censura enviando tu idea a una empresa gráfica. O bien por que te gusta esa impronta.

Sea cual sea el método de impresión, el papel y el pegamento juegan, también, papeles principales. No puede faltar ninguno en este brazo del arte. Por más que sean más fáciles de extraer que la pintura, tienen gran peso. Existen afiches que han marcado la historia de manera indeleble.

Y para ampliar mucho más los materiales, nos vamos a la escultura. Acá todo vale. Desde materiales perfectamente comprados a pedido, hasta basura. O, ¿Quién no vio una de esas impresionantes esculturas de chatarra?

La escultura da un margen muy amplio. Podemos nombrar, entre los materiales más comunes, al hierro, la madera y el plástico. 

Quizás no dan un mensaje tan directo por no contar con escritura, pero no por eso son menos importantes. Las cosas menos literales pueden llevarnos a interpretaciones muy diversas y reflexiones impensadas.

Por último, no queremos dejar afuera a las intervenciones o performances. Acá la herramienta principal es el cuerpo. ¿Alguna vez viste una intervención teatral o de danza cortando la monótona rutina de la capital? 

Al ser imprevistas, su irrupción es grandísima. Ni hablar del hecho de que sean en vivo y en directo. Además tienen el condimento de no quedar registradas. Aparecen, suceden, y se van, dejándonos una impresión que nos va a acompañar todo el día.

Conclusión

No importa dónde fue que surgió este movimiento, ni cuándo. Ni tampoco qué método utilicen los artistas que desarrollan el arte urbano. Ellos fueron, son y serán importantísimos para nuestra sociedad.

Proyectan en las calles el reflejo de lo que somos y lo que hacemos. A través de sus ojos para los nuestros, y de manera libre y gratuita.

Haciendo críticas, o regalándote un mensaje de aliento. También decorando para atravesarnos y hacer más lindos nuestras rutinas de cemento. En situaciones hasta siendo la única voz que cuenta nuestra historia. Esa es su dimensión.

El arte callejero no es un delito, es una manera de expresión. Si bien tuvo muchas trabas (algunas aún las tiene) es bueno saber que se lo valora más hoy en día. Perdernos el potencial de un artista por su medio de expresión no tiene sentido.

Esta cultura hace eco también en Argentina, donde se desempeñan algunos autores de reconocimiento mundial. Esperamos que te incentive a buscar más sobre ellos, pero sobre todo que puedas cruzarte con sus obras.

Sabiendo esto te invitamos a que recorras las calles de tu ciudad, o cualquiera que visites, de otra manera. ¡Mantené los sentidos alerta! Porque, en los rincones menos pensados, te está esperando un mensaje importante y valioso.

El Destape

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