La UNAHUR realizó un encuentro para alertar sobre la epidemia de dengue

448

La UNAHUR organizó un encuentro con especialistas para alertar sobre la epidemia de dengue

Especialistas de distintas universidades nacionales disertaron en la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) sobre la epidemia de dengue que afecta al país, en el marco del Primer Simposio “Una salud: enfoque interdisciplinar. El dengue, una enfermedad de crisis”.

Ante un auditórium colmado, el rector de la UNAHUR, Jaime Perczyk, abrió el Simposio en donde resaltó que el objetivo del encuentro “es para analizar la epidemia de dengue”, aunque aclaró que “este tipo de charlas también tiene que ver con la defensa de la educación pública porque todos los expositores se formaron en nuestra universidad pública”.

El director de Posgrados y docente de la UNAHUR, Ezequiel Consiglio, estuvo encargado de la coordinación del encuentro, que contó con las disertaciones de Mario Lozano, Ayelén Silvestro y Juan Manuel Castelli.

En tanto, Andrea García, directora del Instituto de Salud Comunitaria, consideró “oportuno abordar el tema del dengue ya que no siempre es tratado correctamente en los medios masivos de comunicación”.

Lozano, doctor en Ciencias Bioquímicas y profesor de la Universidad Nacional de Quilmes, fue el primer expositor y se enfocó en tratar al dengue como una enfermedad “re-emergente”. “En estos tiempos de individualismo, tenemos que aprender que este tipo de problemas solo se resuelven en comunidad y de manera interdisciplinaria”, introdujo.

A continuación, explicó qué es un virus y cómo inyecta sus genes en la célula para tomar control de todo el organismo. Se detuvo también en las únicas dos formas de propagación viral: cuando se generan nuevos contactos entre diferentes poblaciones humanas o cuando se entra en contacto con “virus zootópicos que ocupan un nicho ecológico hace mucho tiempo”.

De acuerdo con la extensión, duración y riesgo, los virus generan, de menor a mayor, brotes, epidemias esporádicas, epidemias continuas (endemias) y pandemias. “Por primera vez, el dengue es una enfermedad endémica en nuestro país”, alertó.

Además, se refirió a las formas de transmisión de los virus y especificó que el dengue (en sus cuatro tipos) se transmite por medio de vectores invertebrados, en este caso específico: los mosquitos aedes aegypti y aedes albopictus. Luego afirmó que el 80% de las personas infectadas cursan la enfermedad sin síntomas y que solo el 0,5% desarrolla dengue grave o hemorrágico. Dado que las reinfecciones con un tipo diferente de dengue que el que se tuvo la primera son más peligrosas, “aparecen casos más graves cuando se trata de una población muy infectada en años previos”. Por último, mencionó que el cambio climático es lo que explica en mayor medida la expansión de esta enfermedad.

En segundo término, tomó la palabra Silvestro, doctora especialista en entomología e investigadora de la UNAHUR. Como entomóloga, se concentró en dar a conocer las principales características del mosquito: “Es una de las especies mejores desarrolladas y adaptadas: se encuentran prácticamente en todo el planeta”, sostuvo.

Precisó que las dos subespecies vectores del dengue son originarias de África y les gusta vivir asociadas al ser humano: “Prefieren la sangre de nuestra especie que la de otros mamíferos y también son favorecidos por los microclimas que generamos en nuestros hogares”, afirmó.

Silvestro detalló el ciclo de reproducción del aedes aegypti, dado que es una información útil para poder combatirlo. Así, los huevos demoran unos seis días en eclosionar. “Necesitan de agua y pueden resistir hasta un año a la desecación para luego eclosionar cuando las condiciones sean adecuadas”, expuso. Las larvas se desarrollan en cuatro o cinco días, cuando pasan al estadio de “pupas”. Dos días después, tenemos un adulto volador que tiene una vida media de tres semanas.

“La educación ciudadana ofrece las mejores posibilidades para el control de la enfermedad”, aseveró Castelli, doctor especialista en enfermedades infecciosas y último expositor.

Después explicó que el vector del dengue es una especie casi totalmente doméstica, que solo se desplaza entre 150 y 200 metros y se cría casi en recipientes que contengan o puedan contener agua. “Las hembras pueden colocar hasta 700 huevos en su ciclo vital”, dijo.

Castelli analizó una información preocupante: entre el brote de 2009 y el actual variaron los tipos de dengue que afectaron en mayor medida a la población de la Argentina. Si bien quien ya padeció dengue está protegido contra una reinfección del mismo tipo de virus, cuando es reinfectado por un tipo diferente corre mayores riesgos de cursar un cuadro grave de la enfermedad. “En 2009, el 100% de los casos fueron de tipo DEN-1; en 2022, el 80% de los casos fueron de DEN-2”.

El especialista informó sobre los síntomas que produce esta enfermedad: fiebre elevada, dolor de cabeza intenso y detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas y vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos y exantema (erupción cutánea). También indicó que el factor de mayor riesgo es haber padecido dengue seis meses antes de una nueva infección. “Estamos frente a signos de alarma cuando hay dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, derrame seroso (se expresa en la dificultad para respirar), hemorragia en encías o nariz, somnolencia y debilidad general, irritabilidad, sed intensa o piel pálida y fría”, detalló.

En la siguiente parte de su ponencia, enumeró las tres etapas de la enfermedad: 1) febril (cuando el paciente es infeccioso); 2) extravasación de plasma (desaparece la fiebre, pero pueden aparecer síntomas graves); y 3) recuperación. “No hay tratamiento específico: solo pueden tratarse los síntomas mediante paracetamol y la adecuada ingesta de líquidos”, aclaró. El uso de repelentes es esencial en quien está enfermo, sobre todo durante la fase de viremia (cuando se tiene fiebre). Los repelente adecuados son fabricados en base a DEET, icaridina o IR3535.

Finalmente, sostuvo que la vacuna tetravalente del laboratorio japonés Takeda demostró su eficacia. En el 80% de los casos, se evitaron formas sintomáticas de dengue hasta pasados los 12 meses desde la aplicación; mientras que en el 90% de la muestra se evitaron hospitalizaciones hasta 18 meses después. Diferenció también entre eficacia y efectividad: “La primera se mide en condiciones controladas; mientras que la segunda solo puede ser probada cuando la vacuna es aplicada en la población general, en condiciones no controladas”.

Consiglio, en el cierre del encuentro, valoró la interdisciplinariedad y el correlato con el trabajo comunitario para enfrentar una epidemia como el dengue. Y apeló a las y los estudiantes presente: “Sus voces entre familias y vecinos pueden ser mucho más importantes que lo que se dice en televisión”.

UNAHUR

Más notas sobre el tema