El litio argentino rompe récords de producción y exportación

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El litio argentino rompe récords de producción y exportación

Sin ley de minería y petróleo, la explotación de litio en los últimos años arrojó niveles récord de inversión y actualmente las exportaciones, frutos de esos desembolsos, lideran en la región.

El gobierno de Javier Milei busca un esquema de retenciones en que los hidrocarburos seguirán pagando en 8 por ciento, al igual que oro y plata, mientras que litio y cobre se mantendrá en 4,5 por ciento.

A pesar de la fuerte caída de precios, el litio argentino sigue rompiendo récords de producción. «Después de un 2023 de máximos productivos, el primer bimestre del 2024 marca altos volúmenes enviados al exterior. Sin embargo, la formidable baja de precios internacionales recorta el valor exportado», detalla un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Entre 2010 y 2022, Argentina fue el país que más inversión en el mundo recibió para la exploración de litio. En ese mismo período, nuestro país se llevó el 61 por ciento de la inversión en exploración de litio de Latinoamérica. Acercándonos a nuestros días, en 2023 Argentina fue el tercer país con más inversión en exploración: 140 millones de dólares sólo el año pasado, el 17 por ciento de la inversión global, de acuerdo con S&P. Pero no conforme con el crecimiento de la exploración, los proyectos del litio argentino van avanzando en su construcción y puesta en marcha.

En este sentido, al inicio del 2023 sólo dos proyectos del complejo litio se encontraban en producción. En un marco de progresivas puestas en marcha, al cierre de este año se espera que 7 proyectos de litio se encuentren produciendo y exportando en Argentina. El año pasado la producción de litio ya creció más de un 45 por ciento en nuestro país, de acuerdo con el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS). Así, Argentina se ubicó como cuarto productor y tercer exportador global de este insumo clave para la transición energética.

Con este contexto, el carbonato de litio, producto responsable de más del 90 por ciento de las exportaciones del Complejo Litio argentino, sigue creciendo y rompiendo récords productivos. El año pasado se exportaron cerca de 40.000 toneladas de este producto, un 33 por ciento más que en 2022. Sin embargo, por el recorte de precios internacionales, las exportaciones medidas en dólares crecieron un 21 por ciento.

Más allá de esto, tanto los volúmenes de producción, así como de divisas, del 2023 marcaron nuevos máximos para el litio argentino. Mientras en 2020 el comercio exterior del Complejo Litio representaba el 3,6 por ciento de las exportaciones mineras argentinas, en 2023 esta participación pasó a ser de cerca del 15 por ciento, sin necesidad de un régimen especial para atraer fondos frescos al sector. El crecimiento productivo se sintió especialmente en el último bimestre del año, durante el cual se exportó cerca del 30 por ciento del total enviado al exterior.

Más aún, el 2024 trae buenos augurios para la dinámica productiva del litio argentino. En los primeros dos meses de este año se exportaron más de 9.000 toneladas de carbonato de litio. Esto representa cerca del 25 por ciento de la exportación nacional del año récord 2023. No conforme con ello, las exportaciones del primer bimestre del 2024 se ubican por encima de cualquier promedio bimestral del que se tenga registro en años anteriores.

Sin embargo, los precios promedio de exportación cayeron un 50 por ciento si comparamos el valor promedio del 2023 con el promedio del primer bimestre del 2024. De esta manera, a pesar de la dinámica productiva alcista, el carbonato de litio marcó exportaciones por 91 millones de dólares en los primeros dos meses del año, un 31 por ciento menos que el promedio bimestral del 2023.

La evolución de los precios se explica fundamentalmente por la recortada demanda china en los mercados internacionales. Una sostenida liquidación de stocks de celdas para baterías redujo sustancialmente la demanda de litio para la producción de estas a lo largo del año pasado. Mientras el 2023 inició con precios spot del carbonato de litio por encima de los US$ 75.000 por tonelada, el 2024 encontró a los mismos precios en torno a los 13.500 dólares la toneladas. Esto representó una caída de precios del 82 por ciento en 365 días.

Pese a esta marcada caída, los precios vienen mostrando una recuperación en lo que va del año. Mostrándose cerca de los 15.500 dólares, acumulan una suba del 15 por ciento desde que inició el 2024. No obstante, la oferta también sintió la baja de precios. En Estados Unidos ya se anuncian proyectos que se demorarán más tiempo y suspensiones de construcción de proyectos de litio, en ambos casos atribuibles a la baja sustancial de precios, Las presentaciones de resultados de las empresas que trabajan sobre minería de litio mostraron sustanciales recortes en este contexto de valores fuertemente bajistas.

Si bien se espera que la producción mundial de litio siga creciendo en este 2024, los cuellos de botella en la demanda y los pisos de costos de la oferta esperan volver a dar cierto impulso a los valores. En este marco, el primer trimestre del año marcó un récord de volumen operado en Chicago para los contratos de hidróxido de litio. Con interés abierto hasta septiembre del año que viene, la liquidez se amplía en los mercados de litio del mundo.

Las medidas impulsadas por el gobierno de Milei, vía decreto y proyecto de ley «ómnibus», implican una entrega total a las empresas extractivas. Respecto a la megaminería, otorga facilidades impositivas y hasta permite avanzar sobre glaciares. Desde las organizaciones sociales y asambleas socioambientales advierten que defenderán los territorios desde las calles.

No obstante, un interés abierto superior a los 22.700 contratos en esta semana, similar al volumen operado en el último trimestre, equivale a 2,3 por ciento de la producción mundial del año pasado. Más allá de ello, el desarrollo cada vez más avanzado de los mercados de futuros para estos productos marca una mayor madurez del litio en la escena minera internacional, con muchísimo más espacio para seguir creciendo. Un metal que espera ser protagonista de la transición energética todavía tiene muchísimo potencial para su desarrollo de mercados.

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