El gobierno argentino sólo mira hacia el Norte – Por Úrsula Asta

1.586

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Úrsula Asta*

Mientras por los últimos días, a nivel local, la Argentina exhibió una de las imágenes más obscenas: el presidente diciendo, en un foro de empresarios realizado en el Sur, que quienes fugan dinero son héroes que han escapado de las garras del Estado; el país, en materia de relaciones internaciones, evidencia una suerte de luna de miel con Occidente.

Entre otros elementos, Javier Milei ya marcó su alineación con Israel en medio de una escalada en Oriente Medio. Pero, el recuento de algunos sucesos de las últimas semanas corona una línea de acción de subordinación bien marcada: la generala y jefa del Comando Sur de Estados Unidos Laura Richardson visitando la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; la visita de jefe de la CIA William Burns; el viaje de la ministra de Seguridad argentina Patricia Bullrich a norteamérica a las instalaciones del FBI; la firma del contrato para adquirir de Dinamarca 24 aviones cazas F-16 estadounideses usados; la transmisión del himno yanqui por cadena nacional; un “comité de crisis” creado por ataque de Irán a Israel; las palabras del embajador de Israel a la sociedad argentina a través de una conferencia de prensa.

En este marco, Milei solicitó el ingreso de Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Lo comunicó el ministro de Defensa, Luis Petri, quién presentó una carta de pedido de incorporación como “socio global” y se reunió en el cuartel general de esa organización en Bruselas, Bélgica, con su secretario general Adjunto, Mircea Geoana.

“Seguiremos trabajando en recuperar vínculos que permitan modernizar y capacitar a nuestras fuerzas al estándar de la OTAN”, sostuvo Petri tras la reunión. Además, según comunicó el gobierno argentino, buscan “reforzar el vínculo con la OTAN para el desarrollo de operaciones de paz”, “robustecer el control del ámbito marítimo y mejorar capacidades cibernéticas”.

Por su parte, Geoana sostuvo que “es un gran placer dar la bienvenida al ministro de Defensa Petri a la sede de la OTAN” y aseguró que “Argentina desempeña un papel importante en América Latina”.

Durante su paso por Bruselas, el ministro de Defensa también se reunió con Javier Colomina Piriz, secretario general Adjunto para Asuntos Públicos y Política de Seguridad de OTAN, a quien el argentino habría presentado las propuestas de Argentina para “explorar temas de mutuo interés como lo son la seguridad marítima y reforzar el diálogo estratégico de seguridad”.

OTAN: periodos y alianzas

La OTAN es un organismo que nació en 1949, al tiempo de haber finalizado la Segunda Guerra Mundial. Sus 12 fundadores, con Estados Unidos a la cabeza, se disponían a “protegerse” unos a otros a través del “Artículo 5”, que establecía que frente al ataque a alguna de las naciones que conformaban la organización, todas se unificaban para repeler al enemigo.

Esta organización, que se rige por el Tratado del Atlántico Norte o Tratado de Washington, firmado el 4 de abril de 1949, constituye entonces un sistema de defensa colectiva. Sin embargo, como contracara de ese postulado, podría decirse que en el último cuarto de siglo, han utilizado su poderío militar para ir contra algunos estados, como Afganistán (2001) y Libia (2011), así como aunando las fuerzas de su alianza en lo que fueron los bombardeos sobre Yugoslavia (1999).

En pleno periodo de Guerra Fría, el desarrollo y expansión del comunismo, con la Unión Soviética (URSS), era para este bloque una amenaza. La confrontación bipolar habita el contexto de un tramo de tiempo que la misma OTAN sitúa entre 1949 y 1991. Tras la caída del muro de Berlín, se reorienta el alcance y la relación con otros países, acogiendo nuevos miembros incluso por fuera de la región previamente abarcada. Luego, tras el 11 de septiembre de 2001, la OTAN invoca por primera y única vez el Artículo 5. Lo hace Estados Unidos, logrando que los miembros colaboren en la guerra con Afganistán.

En cada uno de esos periodos, nuevos países fueron incorporándose a la organización transatlántica y hoy son 32. Al mismo tiempo, la OTAN generó acuerdos con otros países no miembros de la Alianza y asociaciones en otras regiones, como la Asociación para la Paz, el Diálogo Mediterráneo o la Iniciativa para la Cooperación de Estambul. La categoría de “socio global” la detentan 15 países, entre ellos, Colombia, el único latinoamericano, así como Afganistán, Australia, Irak, Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán.

Ser socio global de la OTAN no significa ser miembro de la organización, pero se supone que tiene “privilegios de cooperación” por parte de los países miembros de la alianza en el área de equipamiento, formación e investigación hacia los países que conforman este grupo como si fuesen miembros.

Acuerdos con otros países no miembros de la Alianza

Socios globales en color verde. Fuente: wikipedia.org

¿Una alianza global que reemplace a Naciones Unidas?

Jorge Taiana fue ministro de Defensa de la Nación entre 2021 y 2023 durante la presidencia de Alberto Fernández. Entre otros roles, ocupó el de senador (2019-2021), presidente del Parlamento del Mercosur (2015-2019) y ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (2005-2010).

Consultado al respecto, el ex funcionario repasó que “la OTAN es una organización que básicamente se ha creado en la Guerra Fría y que incorpora estados de Europa, más Estados Unidos y Canadá” y que “ha tenido un rol muy importante, luego de estar inactiva con la desaparición de la Unión Soviética, recientemente en el enfrentamiento entre Ucrania y Rusia, obviamente apoyando a Ucrania”.

Además de esta situación de coyuntura, sumó que “lo que está planteando Estados Unidos, y está haciendo acuerdos con distintos países, es la idea de que OTAN no debe limitarse al conflicto por Europa o a la ex Unión Soviética, o sea Rusia, sino que debe ser una fuerza que debe representar una alianza global con distintos países y tener capacidad de entrenamiento, de acción y de operaciones en distintas partes del mundo”.

Por esa razón, siguió Taiana, “ha ido creando esta idea de OTAN global, que de alguna manera viene a reemplazar el sistema de Naciones Unidas de operaciones de paz y de solución de conflictos, incluso del uso de la fuerza, que es lo que establece el Artículo 7 de la Carta de Naciones Unidas”.

“Ante esa situación, que Estados Unidos tiende a ver como paralizada, va creando paralelamente una alianza, con geometría variable, con distintos estados. A eso ha planteado su ingreso la Argentina, es decir, es un compromiso de subordinación a la estrategia de los Estados Unidos y a participar o cooperar, de alguna manera, a los distintos conflictos que una potencia internacional como EEUU se compromete”, sumó.

Alineamiento automático, conflictos ajenos… ¿y las Islas Malvinas?

El ex ministro de Defensa y ex canciller argentino Taiana valoró que un eventual ingreso de Argentina como socia global de OTAN es un error estratégico y que significa apartarse de una tradición de no alineamiento.

“Desde el punto de vista argentino es un error estratégico, la Argentina no sólo no tiene porqué subordinarse a los EEUU y ser parte como una semicolonia en sus diversos conflictos; sino que, más aún, no puede participar de una organización que en su seno tiene como un miembro muy activo al Reino Unido, que es una potencia miembro de la OTAN, que tiene parte del territorio argentino ocupado desde 1833 en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, dijo.

“Por lo tanto, -remarcó- es un error estratégico y además se aparta de la tradición de neutralidad, de no alineamiento de la Argentina, de no injerencia en los asuntos internos de los países, de solución pacífica de las controversias y de no generar espacios militares por fuera del sistema de Naciones Unidas. Argentina ha sido siempre muy respetuosa del derecho internacional y del papel de Naciones Unidas. Lo que se está haciendo ahora es abandonar ese marco e ir generando un espacio que en realidad más que representar los intereses de todos, básicamente representa los intereses de los Estados unidos y de la Europa occidental”.

Agustín Rossi fue ministro de Defensa argentino entre 2013 2015, durante la presidencia de Cristina Kirchner, y entre 2019-2021, con Alberto Fernández; además de diputado (2005-2013 y 2017-2019) y jefe de Gabinete de Ministros en 2023, entre otros roles. Para él, ser socio global de la OTAN implica un contrasentido y un alineamiento automático a Estados Unidos.

“Ser socio global de la OTAN implica un contrasentido con respecto a la soberanía que reclamamos en Malvinas, porque significaría asociarnos con quien detenta y ha intrusado un pedazo de nuestro territorio. Es decir que, implícitamente, significaría una claudicación sobre nuestro reclamo soberano sobre Malvinas”, subrayó.

En este diálogo, agregó que “en segundo lugar, es asumir todos los conflictos bélicos en los cuales pudiese participar la OTAN como propios, no teniendo la posibilidad de decidir sobre los mismos, sino simplemente acatando las decisiones que se tomen en el marco” de esa organización transatlántica.

“Y el tercer elemento que me parece importante tener en cuenta –sumó- es que todo esto se hace en el marco de una política de alineamiento automático del presidente Milei con los Estados Unidos. Y esa política de alineamiento automático significa asumir como propia la política exterior de los Estados Unidos sin importar o sin tener en cuenta si esa política exterior de los Estados Unidos le favorece o no al pueblo argentino”.

Problemas de ayer y de hoy

La Argentina buscó en otro momento histórico entrar a la alianza militar del Atlántico Norte. Fue en 1999, en el final del gobierno de Carlos Menem, pero la OTAN lo rechazó. El año anterior, 1998, Argentina había sido designada por Estados Unidos como Aliado importante extra-OTAN, que es un estatus menor al que se buscaba en aquel entonces y al que se busca ahora.

La organización transatlántica, tras el encuentro con el ministro Petri, evidencia en el comunicado emitido que “el diálogo político de la OTAN con Argentina comenzó en la década de 1990. “Buenos Aires luego contribuyó a las operaciones de apoyo a la paz de la OTAN en Bosnia y Herzegovina, y en Kosovo. Colombia es actualmente el único país socio de la OTAN en América Latina. Cualquier decisión sobre una asociación formal requeriría el consenso de los 32”, expresa el texto.

Resulta curiosa la alusión a esas operaciones, porque fueron ataques legalmente cuestionados y concebidos como violatorios del derecho internacional.

En materia de política exterior, la Argentina muestra una orientación extrema. Resta preguntarse cuáles son las fuerzas y mecanismos hacia adentro del país y de la región para que esto (no) sea un hecho.

La Argentina está ubicada una zona geopolítica estratégica: el Atlántico Sur. Mientras el mundo asiste a la formación de un orden multipolar, vinculado, entre otros elementos, al fortalecimiento y expansión de los BRICS, lo que implica un auténtico contrapeso a la hegemonía de Estados Unidos y sus aliados occidentales en las relaciones internacionales, Argentina decide salirse de ese grupo de países. Al intentar convertirse en un “socio global” de OTAN, en cambio, se estaría involucrando en la defensa de posibles “amenazas globales” que no abonan en los intereses de su propio pueblo.

*Periodista. Conductora del programa Feas, Sucias y Malas, sábados de 10 a 13 hs por Radio Gráfica / Artículo publicado en el medio de comunicación asiático United World International (UWIDATA).

Radio Gráfica

Más notas sobre el tema