Perú | Los idus de marzo – Por Gustavo Espinoza M.

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Gustavo Espinoza M.

En la Roma antigua se solía recordar los Idus, como los inicios de cada mes, y eran dedicados a los dioses porque se consideraban símbolos de prosperidad y progreso. Los de marzo, coincidían con el inicio del año romano, y tenían una connotación especial. Por lo demás, marcaban la primera luna llena, lo que se tenía como una señal positiva para todos.

Esto cambio cuando 44 años antes de nuestra era, un 15 de marzo. un grupo de conspiradores mató a Julio César y sembró el desconcierto en el Imperio. A partir de allí, los romanos tuvieron una cierta aprehensión con la fecha, y la consideraron sinónimo de tormentas, convulsiones y revueltas.

En nuestro país se suele vincular este periodo del calendario con lluvias, derrumbes, disturbios climáticos y acontecimientos políticos; pero como nuestra vida está regida por un escenario concreto, este año han asomado otros hechos.

Cuatro, han tenido lugar en los inicios de marzo: La caída del Presidente del Consejo de Ministros Alberto Otárola -una suerte de César de nuestro Imperio-; la designación de Gustavo Adrianzén como nuevo titular del Gabinete; la aprobación de reformas constitucionales por parte del Congreso; y la decisión referida a la Junta Nacional de Justicia, implacablemente acosada por la Mafia.

El caso Otárola tardó mucho. No debió renunciar el pasado martes 5, sino mucho antes, cuando se iniciaron las crueles matanzas registradas en el interior del país -y también en Lima- y que enlutaron la vida nacional.

Los crímenes en Ayacucho, Andahuaylas, Puno y otras ciudades, fueron episodios horrendos que ameritaban un severo acto de contrición del gobierno y la salida inmediata de los responsables de ellos. Nada de eso ocurrió.

Todos recuerdan que el señor Otárola se ufanó de los hechos y mostró las muertes como expresiones legítimas vinculadas a la “defensa de la democracia”. Más tarde -y luego de responsabilizar a las víctimas por sus propias muertes- diría exultante: “Si las cosas volvieran a ocurrir, volveríamos a aplicar la mano dura”, es decir, mataríamos otra vez, como lo hicimos.

Nada de eso le costó el cargo. Al contrario, le llovieron elogios de Dina Boluarte, aplausos parlamentarios y ditirambos de la Prensa Grande. ¡Este César Peruano se había portado como todo un Emperador…!

¡Quién diría que meses más tarde esta versión peruana de Calígula, caería envuelto en audios románticos y favores a sus amores clandestinos! A diferencia de Cesar, a este Alberto ningún vidente alcanzó a advertirle lo que le ocurriría, aunque soberbio como el romano, tampoco le habría hecho caso. Andaba convencido que todos los que se le acercaban, eran genuflexos, quebradizos y serviles. Y es que ese era su mundo. Bien pagado de su suerte, se sentía imbatible.

Era la columna vertebral del régimen, la cabeza pensante, la eminencia gris, el hombre fuerte, el autor intelectual de todas las acciones del oficialismo, el factótum en cada circunstancia. Era, por eso, imbatible e inamovible. Se lo habían dicho todos. Y él, era fervoroso creyente, hasta que se vio forzado a renunciar. Cuando retornó de Canadá donde se encontraba, el hombre estaba políticamente muerto. Pero volvió a la vida

Su sucesor, es él, pero con otro nombre. Ahora se llama Gustavo Adrianzén. y luce un fajín inesperado. Sus antecedentes, son precarios:

Fue ministro de Humala e hizo gala del antiaprismo de Cateriano, pero no llegó más allá. Destacó sin embargo, por dos razones: defendió a los Comandos “Chavín de Huántar” esos 140 “héroes” que mataron a 14 jóvenes, entre ellos dos muchachas una de las cuales estaba embarazada, en la residencia nipona en abril del 97; y en la OEA, acusó a los familiares de las víctimas del 22-23 de haberlos matado para “destruir la democracia”- En otras palabras, la misma voluntad y el mismo Gabinete. Nadie salió. Todos se quedan.

El Congreso, por su parte no perdió tiempo. Aprobó en un sólo paquete la creación del Senado, la reelección Parlamentaria y la ampliación del Legislativo. Ahora, para ser Senador, hay que haber sido Congresista.

Y todos los que lo fueron incluso lo actuales- tienen derecho a seguirlo siendo, “de por vida”. ¿Hubo un referéndum ciudadano en el que se rechazó cada una de estas propuestas?, Claro que lo hubo; pero a los Legisladores de hoy, les importa una higa.

En el caso de la JNJ. fracasó la mafia. Lograron en votación escandalosa e ilegal dos cabezas: Inés Tello y Aldo Vásquez por apenas un voto, pero sufrieron sucesivos contrastes luego. Ni siquiera una victoria pírrica. Virtualmente, perdieron pese a todo.

Por lo demás, la vida continúa. Comenzó el año escolar con las escuelas destruidas; una madre en Piura debió salvar a sus 3 hijos de milagro porque el rio y las lluvias se llevaron la casa sin que las autoridades construyeran defensas; una mujer recibió un balazo en la cabeza, en San Juan de Lurigancho; una manada de delincuentes asaltó lujosas tiendas en San Isidoro; un hombre fue asesinado en Trujillo; un delincuente robó una laptop subiendo hasta el quinto piso del Ministerio del Interior, sin que nadie “se diera cuenta”.

El “Estado de Emergencia” funciona a plenitud y el país vive -como Dina asegura- “en absoluta calma y tranquilidad”

Los Idus de Marzo apenas comienzan. Pueden traer temblores. e incluso terremotos. Pero habrá que ver en qué termina esto

Resumen Latinoamericano

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