Brasil: el golpe fue una directiva institucional de la cúpula castrense – Por Jeferson Miola

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Jeferson Miola*

Las pruebas recabadas en las investigaciones de la Policía Federal proporcionan información importante para la reconstrucción de la trama golpista y confirman la implicación institucional de las Fuerzas Armadas con el golpe. Son hartas las evidencias  de que no sólo hubo actitudes aisladas de algunos individuos uniformados, sino de que fue un emprendimiento estructurado y desarrollado en la jerarquía militar. El golpe fue el trampolín para darle la longevidad al proyecto de poder militar.

Después de la victoria de Lula en las elecciones del 30 de octubre, el comando golpista incorporó un fuerte “dispositivo popular”, en los campos de las zonas de los cuarteles, con extremistas de derecha, militares en actividad y de la reserva, fundamentalistas religiosos e integrantes de la “familia militar”.

El comunicado del 11 de noviembre de 2022 -“Las instituciones y el pueblo brasileño”- en el que los comandantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea contrarrestaron órdenes judiciales, atacaron al Supremo Tribunal Federal (STF)y defendió la permanencia de los campamentos, tradujo la cohesión y la unidad institucional de los comandantes militares.

Divulgado 11 días después de las elecciones, la provocativa declaración firmada por el general Freire Gomes, el brigadier Batista Júnior y el almirante Garnier Santos definió los campamentos como “manifestaciones populares” de personas que defiendían “demandas legales y legítimas de la población”.

Financiados por empresarios y simpatizantes, y con infraestructura asegurada de las propias áreas militares, los campamentos fueron considerados ilegales y criminales por los ministros del STF.

El campamento del Cuartel General del Ejército funcionó como logística estratégica de y para las acciones terroristas y golpistas. Esto se puso de manifiesto en los actos terroristas del 12 y 24 de diciembre de 2022 en Brasilia y en los atentados del 8 de enero de 2023.

Un acontecimiento importante en la cronología de los acontecimientos fue la decisión del entonces comandante del Ejército, el general Freire Gomes, quien hoy se autodenomina legalista y héroe de la democracia, pero que el 29 de diciembre de 2022 impidió el desmantelamiento del campamento golpista en el Cuartel General del Ejército.

Las hordas salieron del cuartel general para aterrorizar a la capital federal el 12 de diciembre, día de la entrega de los diplomacia de Lula y Alckmin (como presidente y vice alectos) y, semanas después, para vandalizar la sede de los poderes de la República el 8 de enero. Con ello pretendían justificar la convocatoria de las operaciones de la Garantía de la Ley y el Orden y las medidas de excepción, tal como se concibieron en el proyecto golpista.

Las repercusiones de la victoria de Lula en el país y en el extranjero, junto con la oposición del gobierno de Biden al golpe de Estado roto el consenso golpista -o enfriaron la posición golpista mayoritaria en los cuarteles, comprometiendo la unidad de acción y la cohesión de las cúpulas militares.

A pesar de ello, el golpe de estado no terminó. La expectativa, aún con Jair Bolsonaro en la Presidencia se prolongó al menos hasta el 27 de diciembre de 2022, cuando sólo quedaban cuatro días para el fin oficial de su gobierno. Prueba de ello es el intercambio de mensajes del general Braga Netto, candidato a vice en la boleta electoral militar, con el capitán Sérgio Rocha Cordeiro, entonces miembro del equipo de seguridad de Bolsonaro, que quería obtener un puesto para una persona.

Braga Netto respondió entonces: «Cordeiro», si continuamos, podría enviarlo a Sec. General. Aparte de eso, va a ser joda”

Este diálogo surrealista, en el que un general del Ejército de cuatro estrellas aún tenía alguna expectativa de continuidad de Bolsonaro en el poder,a pesar del resultado electoral, lo que sólo sería posible con una ruptura institucional, ocurrió 15 días después de la entrega de los diplomas de Lula y Alckmin por el TSE y a sólo cuatro días del final del gobierno.

Antes de la investidura del presidente Lula, los comandantes de las tres Fuerzas dieron otra demostración completa de insubordinación institucional al negarse a permanecer en los respectivos mandos hasta la transmisión del cargo en el nuevo gobierno. Se negaron a vencer la continencia por Lula, porque no aceptaron el resultado de las elecciones y no lo reconocieron como el comandante supremo -elegido soberanamente- de las Fuerzas Armadas.

En este contexto de evidencia significativa de la participación institucional de altos mandos militares con y en el golpe, no es confiable la hipótesis de que la conspiración fue una actitud aislada de algunos oficiales. En el testimonio de la Policía Federal  del 29 de febrero, el general Estevam Teóphilo dijo que se reunió con Bolsonaro el 9 de diciembre de 2022 para abordar el golpe a petición del general Freire Gomes.

Al invocar la obediencia a la jerarquía para dirigir un acto criminal, este general  arrastró al lugar del crimen la institución militar, confirmando que el golpe fue, de

El avance de las investigaciones de la Policía Federal, incluyendo el análisis del contenido del teléfono celular del general Lorena Cid, padre del teniente coronel Mauro Cid, puede revelar otras capas de la trama golpista y también llegar a aquellos oficiales del Alto Mando que continúan ilesos, además de la propia institucionalidad militar.

Hay un mensaje implícito en el testimonio del general Teóphilo, con un mensaje claro a la cúpula: o se salvan todos los golpistas uniformados, o todos caen en desgracia.

La bandera de la amnistía, lanzada por Bolsonaro en el acto de la avenida de la avenida Paulista el 25 de febrero, puede ser utilizada como salvavidas de las cúpulas militares. Si eso sucede, el impasse, el callejón sin salida, se instalará en el país.

*Miembro del Instituto de Debates, Estudios y Alternativas de Porto Alegre (Idea), fue coordinador ejecutivo del V Foro Social Mundial. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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