Más de 20 mil desaparecidos en Perú: en busca de una identidad perdida – Por Victor Manuel Quinteros
Desaparecidos en Perú: en busca de una identidad perdida
Por Victor Manuel Quinteros*
A partir de trabajos pasados e investigaciones propias en el ámbito de búsqueda de personas desaparecidas durante el período de violencia 1980 – 2000, he tenido la oportunidad de conocer personas y familias involucradas en ese proceso. Y, también, de recibir pedidos de apoyo para determinar el destino final o paradero del familiar querido.
Sin embargo, no ocurrió hasta noviembre de 2020, en plena pandemia, que fui contactado para un propósito diferente: la búsqueda de identidad de una persona viva, que no tenía recuerdos precisos de su primera infancia y que —según su esposa, quien me contactó a través de un mensaje de messenger— había perdido todo contacto con su familia desde los años 80.
Es decir, parecía ser un caso de desaparición producto del contexto de violencia que se vivía por aquellos años.
La búsqueda de la identidad perdida
Esta es la historia de Paul Andrés Benites Ferroa, su identidad actual y única, y gracias a la cual pudo crecer, integrarse a la sociedad, y constituir una familia. Pero también es la historia de su esposa, Denisse Rojas, cuyo impulso de búsqueda y sincero interés por determinar las raíces de su esposo se vieron finalmente recompensados.
Una evidencia más de que los objetivos de búsqueda de personas, aunque complejos, pueden llegar a ser posibles.En un primer contacto, Denisse expresó su interés por saber si su esposo había desaparecido como consecuencia de algún hecho vinculado al contexto de violencia 1980 – 2000. Por ello, inicialmente, le sugerí buscar apoyo en la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, ente rector en la materia. Una vez que Denisse confirmó que había contactado con dicha dependencia, di por culminada mi contribución.Pero el desarrollo de la pandemia de la covid-19, en aquel entonces, no facilitó ese contacto inicial ni los consecuentes esfuerzos de búsqueda. Dos años más tarde, volví a tomar contacto con Denisse Rojas para indagar sobre los resultados de su búsqueda.
En realidad, mi involucramiento con este esfuerzo particular empezó a partir de ese momento.Ese segundo contacto se dio en febrero de 2023. Entonces, accedí a apoyarla. El principal desafío fue animar a Paul, su esposo, a contar su versión y, a partir de ello, explorar los pocos recuerdos que pudieran orientar la búsqueda de sus orígenes. No había otra opción, considerando su nueva identidad, las únicas pistas surgirían de esa entrevista.Paul accedió y, gracias a una prolongada conversación telefónica, esas pistas surgieron. Fueron muchos datos, vivencias puntuales que permitieron crear ciertas hipótesis. La principal era que su desaparición no se habría originado de un hecho violento, sino que fue producto de un extravío.
La desaparición de Paul no se habría originado de un hecho violento, sino de un extravío»
Su recuerdo más lejano lo ubica trabajando en las calles del distrito limeño de Surco, en el puente Benavides, cerca de la avenida Caminos del Inca, a donde llegó en un antiguo ómnibus en el que se quedó dormido, probablemente de la línea 70, que venía desde la avenida Perú. Presume esta última popular avenida por resultarle familiar durante los recorridos que, ya a edad adulta, realizó como chofer de transporte público.Así, antes habría vivido en alguna zona cercana a esa avenida, posiblemente en el distrito de San Martín de Porres, lugar al que llegó desde alguna región del interior del país. Llegó acompañado de una mujer y su familia, cuyos nombres no recuerda.De esa época, Paul recuerda la transmisión de los partidos de la selección peruana de vóley, en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, por lo que pudo extraviarse entre los meses de setiembre y octubre de ese año o fechas muy próximas.
Fue recogido en la avenida Caminos del Inca, en Surco, y llevado a Villa el Salvador, donde recibió apoyo de distintas familias, obtuvo su actual identidad y desarrolló una nueva vida.A esos datos generales, Paul agregó el nombre de una persona a quien identificó como Policarpo Aristo Cucchi. Un recuerdo puntual, aunque impreciso, que sería la principal pista a seguir. Las indagaciones fueron varias, pero interesa resumir la ruta directa que culminó con la resolución del caso.Esa ruta inició descartando la existencia de la persona indicada, pero permitió confirmar la identidad de otra, una sola en todo el Perú, registrada en el RENIEC con el nombre de Policarpo Cucchi Aristo, natural del distrito de Chalhuanca, provincia de Aymaraes, departamento de Apurímac, al igual que la identidad de otras cuatro hermanas mayores de padre y madre. Una de estas últimas, precisamente, con registro domiciliario en el distrito limeño de San Martín de Porres, donde Paul Andrés Benites Ferroa habría vivido en su infancia.
En síntesis, estos datos sugerían que Paul podría haber migrado desde Apurímac en la segunda mitad de los años 80, asentándose en el distrito de San Martín de Porres antes de desaparecer. Ello, suponiendo que Policarpo Cucchi Aristo y al menos una de sus hermanas tuvieran algún vínculo cercano con él, aunque no necesariamente filial.En ese punto, descartar tal hipótesis requería tomar contacto con alguno de los hermanos Cucchi y, en una línea de indagación alternativa, aunque más compleja, buscar entre los registros de denuncia por desaparición de aquellos años que pudieran conservarse en la comisaría de San Martín de Porres.
La persistencia de Denisse, esposa de Paul, permitió entablar el diálogo con las hermanas Cucchi Aristo»
En adelante, a través de información abierta disponible en redes sociales e Internet, hice los primeros intentos para contactar con los hermanos Cuschi Aristo, y logré identificar el centro de trabajo de una de las hermanas, enfermera, en el Centro de Salud de Quillabamba, en Cusco. De ella, fue posible obtener un número celular gracias al apoyo de personas del lugar, pero sin lograr contactarla. Ese fue el contacto más directo durante el proceso de indagación.
Finalmente, esos datos y mis hipótesis las puse a disposición de Paul y Denisse.Es aquí donde destaca la persistencia de Denisse, quien a fines de julio de 2023 terminó por obtener las respuestas necesarias. Ella insistió con el mismo contacto telefónico hasta lograr entablar un primer diálogo con una de las hermanas Cucchi Aristo y, a partir de ello, con otros miembros de la familia.Los sucesivos diálogos de Denisse confirmaron que Policarpo Cucchi Aristo es tío de Paul, al igual que la hermana enfermera a quien contactó, y que otra de las hermanas era su madre. Así, Paul terminó conociendo sus orígenes y su anterior identidad, su nombre era Francisco Rivas Cucchi, nacido en Lima, el 15 de octubre de 1979, según consta en su partida de nacimiento registrada en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec)1.
Posteriormente, Paul llegó a tomar contacto con su tío Policarpo, iniciando una etapa de reencuentro familiar que, seguramente, planteará nuevos escenarios y desafíos. Lo real es que esta búsqueda tuvo resultados concretos y Paul encontró aquella verdad que, en lo sucesivo, formará parte de su historia de vida y la de su familia. Ciertamente, una historia construida con la identidad de Paul Andrés Benites Ferroa2.
Lecciones aprendidas en la búsqueda de personas desaparecidas
El caso de Paul podría considerarse uno de desaparición, pero no en el marco de la Ley Nᵒ 30470, referida a la búsqueda humanitaria de víctimas de la violencia ocurrida en el período 1980 – 2000, sino del Decreto Legislativo Nᵒ 1428 y normas complementarias, que regulan el Sistema de Búsqueda de Personas Desaparecidas que opera ante la denuncia por desaparición de cualquier persona.
Principalmente, niños, niñas, adolescentes y mujeres víctimas de violencia.Este caso, resuelto luego de más de 33 años, invita a reflexionar sobre la efectividad del actual sistema de búsqueda para afrontar otros similares, de larga data y pendientes de resolver, en contraposición con aquellos denunciados dentro de las 72 horas de ocurrida la desaparición, y que exigen la más alta prioridad y atención de las autoridades policiales.Sin duda, la creación de la Comisión Multisectorial Permanente para el Fortalecimiento del Sistema de Búsqueda de Personas Desaparecidas es un avance, aunque sus objetivos de seguimiento y fiscalización resultan insuficientes frente a la necesidad de contar con un ente estratégico que asuma un liderazgo real en esta materia3.
Más de 20.000 personas desaparecen anualmente en el país, principalmente mujeres en sus distintas etapas de vida, se advierte en el reciente Diagnóstico sobre el Fenómeno de la Desaparición de Personas en el Perú, elaborado por el Ministerio del Interior. Ese documento alerta, precisamente, sobre los problemas en la respuesta policial y el apoyo de las instituciones involucradas en los procesos de búsqueda.
Más de 20.000 personas desaparecen anualmente en el Perú, principalmente mujeres en sus distintas etapas de vida»
El detallado diagnóstico también evidencia la desactualización y falta de fiabilidad del registro de desaparecidos, además de la falta de protocolos para la atención de casos antiguos, como el de Paul.Atender esta realidad, más que simples planes de trabajo o programación de actividades, requiere escalar a una política o estrategia nacional que establezca obligaciones de acción y rendición de cuentas que garanticen a la Policía el apoyo efectivo y oportuno de todas las entidades obligadas a participar en los esfuerzos de búsqueda.
En conclusión, superar las deficiencias del sistema actual amerita generar una institucionalidad en torno a los esfuerzos de búsqueda, bajo el liderazgo técnico de la comisión multisectorial y la rectoría del Ministerio del Interior, siendo igual de relevante contar con una estrategia nacional que considere, como mínimo, tres componentes a desarrollar.El primero de ellos es una búsqueda inmediata e investigación que asegure la cooperación pública y privada para una respuesta policial óptima dentro de las 72 horas de ocurrido el hecho.
A esto se suma la necesidad de contar con un registro y herramientas de búsqueda que aseguren la operatividad, calidad y fiabilidad del registro, al igual que recursos tecnológicos puestos al servicio de los esfuerzos de búsqueda.Por último, es igual de importante generar conocimiento e información que, además de servir para mejorar el sistema, permita identificar patrones y pistas que contribuyan a la resolución de casos antiguos. Y, también, sensibilizar a la población con fines preventivos.
Atender casos como el de Paul requiere escalar a una política o estrategia nacional de búsqueda de personas»
Lamentablemente, la reciente aprobación del Decreto Legislativo N° 16034, si bien establece criterios más inclusivos en la atención de casos de desaparición, corrige los defectos de la Ley N° 319395, aprobada semanas antes, y brinda mayor precisión y énfasis en la utilización de herramientas tecnológicas como la geolocalización y la interoperabilidad, así como en la obligatoriedad de apoyo de entidades privadas a las tareas búsqueda a cargo de la Policía Nacional, desaprovecha la oportunidad de crear el marco de institucionalidad que el tema requiere al enfocarse principalmente en el primer componente de la estrategia nacional planteada.
En todo caso, al haber concluido la delegación de facultades legislativas otorgadas por el Congreso de la República, corresponderá a este poder del Estado evaluar darle rango de ley a la actual comisión multisectorial, fortalecerla y darle el vuelo estratégico que la problemática de desaparición de personas exige.Con la experiencia adquirida a partir del caso de Paul Andrés Benites Ferroa, considero que la comisión multisectorial bien podría asumir, a través de su secretaría técnica, un rol más activo en los esfuerzos de búsqueda de desaparecidos para la atención de casos antiguos.
De allí la necesidad de fortalecerla.De este modo, se abriría un espacio de investigación y análisis, básicamente documental, que compense el grado de prioridad que la Policía debe brindar a los casos nuevos y los de emergencia vinculados a poblaciones vulnerables, en particular.
1. En la misma fuente no se registra partida de defunción a nombre de la misma personas y en otros recursos en línea tampoco registro de Documento Nacional de Identidad DNI.
2. Esta nueva inscripción se produjo años después, el 20 de enero de 2005, consignándo como fecha de nacimiento el 2 de enero de 1983.
3. La Comisión Multisectorial fue creada por Decreto Supremo N° 003-2022-IN, de mayo de 2022.
4. Decreto Legislativo publicado el 21 de diciembre de 2023.
5. Ley que modifica el Decreto Legislativo 1428, Decreto Legislativo que desarrolla las medidas para la atención de casos de desaparición de personas en situación de vulnerabilidad, a fin de incorporar la Alerta Amber, publicada el 21 de noviembre de 2023.
* Victor Manuel Quinteros. Exdirector de Registro e Investigación Forense de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y exdirector General de Seguridad Democrática del Ministerio del Interior.