Argentina: dos modelos a lo largo de su historia – Por Horacio Rovelli

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Argentina: dos modelos a lo largo de su historia

Horacio Rovelli*

El 29 de octubre de 1929 descendieron bruscamente los precios de las acciones de las empresas que cotizaban en la bolsa de Wall Street, lo que afectó dramáticamente a Estados Unidos y a Europa, los bancos quebraron en forma masiva, hubo numerosos cierres de fábricas y comercios. Como consecuencia de la crisis se generó una brutal desocupación. Los países centrales frenaron las importaciones para incentivar su producción local, lo que hizo que los productos agropecuarios perdieran su valor rápidamente y que, en paralelo, el precio de las manufacturas que Argentina importaba subiera peligrosamente.

En medio de la crisis de 1930 los sectores más reaccionarios y conservadores del país quisieron asegurar sus ganancias y que se ajuste (reduzca) el consumo popular y el gasto público, para ello necesitaban derrocar a Hipólito Yrigoyen y se valieron del Ejército Argentino, que lo hizo el 6 de septiembre de 1930.

Asumió José Félix Uriburu como Presidente de facto y nombraron en lugares claves del gobierno a conspicuos representantes del poder económico que operaba en la Argentina: Vicepresidente: Enrique Santamarina, terrateniente, accionista de Astra, compañía petrolera del grupo Standard Oil -ESSO, empresa norteamericana; Ministro del Interior: Matías Sánchez Sorondo, abogado de la Standard Oil- ESSO; Ministro de Agricultura: Horacio Beccar Várela, abogado del frigorífico Anglo, asesor legal de la Cámara de Comercio Norteamericana, Presidente de Droguería Suizo Argentina, y de La Plata Cereal;  Ministro de Relaciones Exteriores: Ernesto Bosch, presidente de la Compañía. Industrial y Comercial de Petróleo, subsidiaria de la Anglo Persian, y presidente de la Sociedad Rural; Ministro de Justicia e Instrucción Pública: Ernesto Padilla, Síndico de las azucareras Nougués Hnos. Ltda. y del Ingenio San Pablo; Secretario General de Gobierno: Carlos Ibarguren luego gobernador interventor en Córdoba e ideólogo junto a Leopoldo Lugones y Ernesto Palacios del ideario corporativista.

Como Uriburu era muy limitado intelectualmente, asumió el verdadero cerebro del golpe militar, Agustín P. Justo, que no se había puesto al frente del mismo por temor a una mayor respuesta popular, pero, encarcelado Don Hipólito y luego deportado a la Isla Martín García, ante la falta de respuesta de la población, desplazó a Uriburu en elecciones fraudulentas y cumplió seis años de mandato. Oportunamente, puso como candidato a sucederlo como Presidente a Roberto Marcelino Ortiz que era su Ministro de Hacienda y era radical del contubernio.

No bien asumió Agustín P. Justo, impulsó el Pacto Roca-Runciman para asegurar las ventas al exterior de carne y trigo. La beneficiada fue Gran Bretaña: Las empresas de ese origen remitían las utilidades en oro; le compraban sus productos más caros que de los EEUU y otros países; y le dieron el monopolio del transporte.

Internamente, el gobierno de los grandes ganaderos asociados a los frigoríficos extranjeros, operaba en perjuicio de los pequeños productores, exportaban con maniobras de doble contabilidad y evadían los controles cambiarios, como lo denunció y demostró el Senador Lisandro de la Torre.

La intervención del Estado en la economía se limitó, durante ese período de profunda crisis económica y social, a resguardar con fondos públicos los intereses privados de los grandes grupos económicos, desentendiéndose del hambre, la desocupación y la miseria que soportaba un alto porcentaje de las familias argentinas.

 El modelo de sustitución de importaciones

Sin embargo, en 1933 asume como Ministro de Hacienda Federico Pinedo, quien advierte que es imposible mantener el sistema económico y comercial agro exportador y propone industrializar el país.  Para ello fundó el BCRA, con el fin de regular la creación de dinero, y las Juntas Reguladoras de Carnes y de diferentes productos primarios (granos, algodón, leche, yerba mate, vino), para sostener los precios. Se aplica por primera vez el Impuesto a las Ganancias y, se elevan los aranceles para frenar las importaciones. Se crea SOMISA y capitales privados fundan SIAM.

Se desarrolla la industria alimenticia: panificación, envasados y conservas en general (harina, aceite, cerveza, vinos, azúcar, molinos harineros y envasadores y empacadores de frutas y conservas). La expansión de la industria textil fue favorecida porque nuestro país contaba con las materias primas agropecuarias necesarias como insumos: lana y algodón.

Hace un acuerdo con las empresas extranjeras para que se radiquen en el país, sube los aranceles de los productos que ellos elaboran y otorga desgravaciones impositivas, entre ellas, el Impuesto a las Ganancias. Eso hace que se instalen empresas extranjeras en el país, por los nuevos mercados y por los aranceles: Bunge y Born (Grafa, Alba, Molinos Río de la Plata); Nestlé (Suiza); Suchard (Suiza); Ginebra Bols (Holanda); en el rubro textil, Anderson Clayton (EUA, 1936), Sudamtex (EUA, 1934) y Ducilo (EUA, 1937); en metales y maquinarias, Olivetti (1932, Italia), Hierromat (1933, Francia) y CAMEA (1934, Francia); en maquinarias y artefactos eléctricos, Phillips (1935, Holanda), Osram (1934, Alemania), Philco (EUA, 1931) y Unión Carbide-Eveready (EUA, 1937); en productos químicos, Duperial (1935, Gran Bretaña) y Electrocolor (1936, Gran Bretaña) ; en productos derivados del caucho, Good Year (EUA, 1930) y Firestone (EUA, 1931); y en productos farmacéuticos y de tocador, Johnson y Johnson (EUA, 1931) y Pond’s (EUA).

El Plan Pinedo fue, de esa manera, el primero que logró sustituir parcialmente importaciones por producción local, generando el incipiente comienzo del Modelo ISI (Industrias Sustituidoras de Importaciones), creciendo hacia adentro, donde es importante, fortaleciendo el mercado interno. Sin embargo, el “talón de Aquiles” y límite para la consolidación y desarrollo del modelo, es la dependencia de divisas del sector agro –ganadero, quienes terminan exigiendo su renuncia e imponen como Secretario de Hacienda a Roberto M Ortiz, quien, en 1938, en elecciones fraudulentas asume la Presidencia de la República, y un año más tarde, al quedar ciego, es reemplazado por su vicepresidente, Ramón S. Castillo, cuando gran parte del mundo entra en la Segunda Guerra Mundial (1939-45).

Los EEUU, tras Pearl Harbor, entra de lleno en la 2da. Guerra Mundial y presiona sobre los gobiernos de la región para que participen en la misma. El gobierno conservador de Castillo duda, pero propone como sucesor presidencial en las elecciones que debían realizarse en el año 1943 a Robustiano Patrón Costa, dueño del Ingenio San Martín de Tabacal en Salta, vinculado a la Standard Oil y asiduo visitante de la embajada.

Dada esa situación, en junio de 1943 un grupo de militares nacionalistas denominados GOU (Grupo de Oficiales Unidos) entre los que estaba el Coronel Perón, ejecutan un golpe militar desplazando a Castillo y nombran, primero a Rawson y después a Ramírez, quien, como Presidente provisional designa Secretario de Trabajo y Previsión al Coronel Juan D. Perón y vicepresidente de la República al Gral. Edelmiro Farrel, los hombres fuertes del GOU.

El GOU era una organización secreta militar nacionalista que no quería subordinarse a EEUU. La proclama del golpe de Estado la escribe Juan D. Perón y denuncia “…el fraude, peculado y corrupción del gobierno de Castillo, el movimiento es esencialmente constitucional y lucha para mantener una real y total soberanía de la Nación”.

Como Secretario de Trabajo y Previsión logró armar una corriente de sindicalistas afines que, sumada a los trabajadores del interior con poca o nula experiencia en el tema, logra ampliar la agremiación de los trabajadores y ser mayoría en la CGT. “Cuando me hice cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, un abogado me preguntó: – ¿Cuál cree Ud., Coronel, que es la ley más necesaria? Y yo le contesté: -Una que haga cumplir la mitad de las leyes que existen.” J.D. Perón

El objetivo del gobierno de Perón fue sustituir las importaciones a como dé lugar y tratar de llegar a exportar bienes industriales. Para eso contaba con que la Argentina salió acreedora de Inglaterra y Francia tras la segunda guerra mundial, a quienes vendió alimentos durante la misma, y con que los países vencidos tenían un nivel tecnológico similar a los vencedores, entonces trajo técnicos, científicos y capitales de Alemania e Italia, principalmente.

Debía transferir esas acreencias de los terratenientes y grandes acopiadores a favor de los trabajadores y de la industria, y lo hizo duplicando la emisión monetaria, esto es, los exportadores ahorraban en pesos fuertes y había reservas en oro que los respaldaban, Miguel Miranda que era el Presidente del BCRA, aumentó fuertemente la cantidad de dinero creado por la autoridad monetaria, así logró, prácticamente con las mismas reservas, disponer del doble de Base Monetaria, esa parte creada de dinero se la dio en créditos blandos (a bajas tasas de interés) a los industriales  y a los trabajadores.

Cuando Roque Vasalli vino de Italia y se entrevistó con Perón, éste le preguntó qué hacía en Italia antes de hacer tanques para Mussolini, “cosechadoras”, dijo. Perón le propone hacerlas en Argentina y entonces el Estado construye un tinglado en Firmat (Pcia. de Santa Fe), a través del Banco Industrial otorgó  préstamos accesibles y a largo plazo, pagó sueldos con plata del Estado durante 10 meses a sus trabajadores, y hoy todavía Vasalli Fabril SA existe y produce excelentes cosechadoras.  ¿De dónde sacó la plata Perón?: De las reservas internacionales que multiplicó en pesos por dos, con lo que sus antiguos poseedores se quedaron con la mitad y la otra mitad restante los trabajadores y los industriales (obviamente después de eso nuestros sectores dominantes no ahorraron más en nuestra moneda).

Con recursos generados por los exportadores el peronismo impulsa la industrialización del país y, gracias al fin de la guerra, logra avanzar tecnológicamente y ponerse a la par de los países desarrollados, incorporando a ingenieros, técnicos, científicos y empresarios de los países derrotados que tenían un alto nivel de conocimiento y experiencia.

El modelo crece en base a la demanda interna y más crece cuando más trabajadores tiene, por ende la mejora en la remuneración y el aumento del empleo son los dos factores dinamizadores del crecimiento en base al mercado interno.

 La economía argentina actual

El Modelo ISI (industrias Sustituidoras de Importaciones) sobrevivió hasta 1976, en que la dictadura militar nos desindustrializó imponiendo un modelo extractivista agropecuario exportador y, para consolidarlo, contrajo una infernal deuda externa. La deuda externa y la extranjerización y concentración económica en nuestro país imponen una matriz extractivista, agropecuaria-exportadora, razón por la cual no se desarrollan industrias que sustituyan importaciones, no genera trabajo y no se integra a la sociedad. Al contrario, se subordina toda la economía a satisfacer la demanda del exterior y el sector externo refleja claramente esa situación.

En consecuencia, Argentina aparece con problemas estructurales propios de una economía sesgada a las exportaciones primarias, con cada vez menos actores con capacidad de insertarse en un mundo con exigencias crecientes como efecto del entorno en el que se desenvuelve, por ende, la macroeconomía y la matriz comercial están en función de priorizar la venta de materias primas y alimentos.

Esto implica un brutal ajuste de la economía nacional, y por ende, debe exportarse lo que sea, sin miramiento y sin importar cómo afecta al consumo interno. Ejemplos claros: las exportaciones del 70% o más de toneladas de granos de maíz y su impacto sobre los precios de la carne aviar y porcina y hasta en la bovina en el mercado local.  Ejemplo: Las exportaciones de res entera, por  los  que el gobierno de Milei anula una de las pocas medidas positivas tomadas en el gobierno de Alberto Fernández de preservar para el mercado interno los cortes populares

La principal pregunta es por qué debemos exportar a como dé lugar y reducir el consumo interno para aumentar los saldos exportables de alimentos, energía y materias primas (que es, básicamente, lo que vendemos) y no se investiga cómo y quiénes generaron esa deuda.

Es inaudito el nivel de endeudamiento cuando la Argentina ha tenido un comercio exterior es este siglo XXI, sumando desde el año 2000 inclusive hasta diciembre 2023, se acumula un superávit comercial de 267.192 millones de dólares, máxime teniendo en cuenta que en 2005 y 2010 se realizó una exitosa conversión de títulos de deuda, disminuyéndola sensiblemente y reescalonando su pago y, sin embargo, con el gobierno de Macri, la deuda se acrecentó en más de 100.000 millones de dólares, con lo que no se hicieron obras de infraestructura y sí, se fugaron, según estudios del BCRA, 86.200 millones de dólares.  Es más, los cien primeros fugadores lo hicieron por 24.679 millones de dólares en cuatro años y a ninguno de ellos se los investiga para saber cómo hicieron para comprar esa cantidad de divisas en cuatro años, cuando no declararon ganancias en sus empresas por la magnitud que fugaron.

Nos endeudan como mecanismo de dominación y dependencia

Pero desde el 10 de diciembre de 2015 nos endeudaron tanto el gobierno de Macri como el gobierno de los Fernández y Massa. La administración de Cambiemos que asumió el gobierno nacional en diciembre de 2015 incrementó sideral y terminantemente la deuda externa. Las necesidades financieras del Tesoro Nacional dejaron de atenderse principalmente con fuentes domésticas y en pesos y, comenzaron a cubrirse a través de un proceso acelerado de endeudamiento externo.

La deuda externa Argentina en diciembre de 2015 era equivalente a 222.703 millones de dólares, el 60% de la misma era intra sector público (en poder del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS, de los bancos oficiales, de distintos fondos fiduciarios argentinos, etc.), 9% con organismos internacionales (unos 20.043 millones de dólares, no teníamos deuda con el FMI al que se le había pagado todas las acreencias en enero de 2006) y, 31% con el  sector privado (unos 69.038 millones de dólares)  Por lo tanto, la deuda externa en poder de organismos internacionales y bonistas privados era de 89.081 millones de dólares.

En diciembre de 2019 pasó a ser de 320.630 millones de dólares, el 40% de la misma intra sector público, 22,7% organismos internacionales (mayormente el FMI por equivalente a 44.599 millones de dólares) y 37,3% sector privado.  La deuda se incrementó en 97.927 millones de dólares durante la gestión de Cambiemos y desmejoró sensiblemente su distribución (acrecentándose la deuda externa) y la perentoriedad de los plazos.

El gobierno presidido por Alberto Fernández, a su vez:

  1. a) No investigó la deuda dejada por la administración de Cambiemos:
  2. b) Con reservas internacionales del BCRA le vendió, en la gestión de los Fernández y Massa,  28.472 millones de dólares al precio oficial a las empresas privadas, para que paguen sus supuestas deudas (Balance Cambiario al 30/09/2023).
  3. c) El déficit fiscal heredado y agravado por la asistencia a la población por la pandemia del covid-19 (en este caso justificadamente), fue financiado con la colocación de títulos de deuda en  pesos, en el mercado interno,  pero  ajustables por inflación o por dólar oficial o por las dos cosas (Bonos dual) por un monto total de $ 57,5 billones (es en pesos pero equivalente a unos 71.000 millones de dólares al tipo de cambio oficial) cuando se había heredado deudas en pesos por un monto mucho menor.
  4. d) Más la deuda con los Importadores a quienes se les permitió comprar del exterior (mayoritariamente de sus casas matrices, como es el caso de las empresas de energía y las automotrices,  más las armadurías de productos electrónicos de Tierra de Fuego) y que el mismo gobierno del Frente de Todos mediante las comunicaciones A 7874 y 7877 del BCRA le consintió a esos importadores suscribir letras (Lediv) en pesos a tipo de cambio oficial con cobertura dólar linked  (se ajusta de acuerdo al precio del dólar oficial y se devaluó nuestra moneda en  más de un 100%). El gobierno de Milei extiende el beneficio en un título denominado BOPREAL (Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre) por la Comunicación “A” 7918  del BCRA, que tiene vencimiento el 31 de octubre de 2027, con el agravante que recién se está armando el registro de quienes son los beneficiados, pero el mismo gobierno estima que por este procedimiento, la deuda externa se acrecienta en unos 36.000 millones de dólares.

 El acuerdo con el FMI

No bien inicia su gestión el gobierno de Cambiemos solicita créditos para endeudar al país en forma desaforada. La suba de la tasa de interés de largo plazo de la Reserva Federal de los EEUU en abril de 2018 genera en la Argentina la fuga de capitales con su consiguiente corrida cambiaria del 100%, que obliga a la administración a endeudarse con el FMI en un crédito stand by por 50.000 millones de dólares, acordado por el Directorio de ese organismo el 20 de junio de 2018.

De dicho crédito se efectivizaron 44.599 millones de dólares porque la Directora General de esa época, Christine Lagarde, ante la venta irresponsable por el BCRA presidido por Luis Caputo de los dólares de ese préstamo, le solicitó a Mauricio Macri su remoción como presidente del BCRA y suspendió la parte restante del mismo.

El gobierno de Alberto Fernández en lugar de investigar la deuda, acepto la totalidad de la misma y, por un lado, negoció con los tenedores privados de la misma, tanto aquellos que tienen jurisdicción extranjera como los de jurisdicción local, prácticamente por 105.000 millones de dólares, que se canjearon por títulos que devengan interés y comienza amortizar capital en el segundo semestre de 2024 y vencimientos en escala desde este año hasta el año 2041. Y por otra parte, con el FMI se cambió un crédito Stand By a tres años por un Plan de Facilidades Extendidas en que cada vencimiento de capital se refinancia a 10 años, de esa manera y de cumplir con todos los pagos, la deuda con  el FMI se cancelaría en septiembre de  2034.

El Plan de Facilidades Extendidas tiene metas trimestrales y cada trimestre debe ser revisado por los técnicos del FMI, quienes determinarán si se cumplió o no con las metas propuestas

Las metas anuales del Memorándum de Entendimiento con el FMI fueron de un déficit fiscal sobre el PIB de 2,5% para el año 2022, de 1,9% para el año 2023, de 0,5% para el año 2024 y de 0% para el año 2025.  Acompañada de una fuerte reducción  del financiamiento por parte del BCRA que fue del 3,7% del PIB en el año 2021, del 2% para el año 2022 y del 1% para el año 2023.

Según le Resultado Fiscal base caja del año 2023, el déficit primario fue del 2,9% del PIB y el total del 6,1% del PIB

RESULTADO FISCAL 2023

     
Base Caja    
Concepto En pesos En % del PIB
Total de Ingresos 32,3 15,53%
Total de Gasto Primario 37,5 18,43%
Déficit Primario -5,2 2,90%
Intereses netos de la deuda 6,2 3,20%
Gasto Total 43,7 21,63%
Déficit Total -11,4 6,10%
     
Nota:  En billones de pesos corrientes  
Fuente:  Secretaría de Hacienda de la Nación
     
Déficit Total -11,4 6,10%
Déficit  Primario -5,2 2,90%
Intereses netos de la deuda 6,2 3,20%
     
Nota:  En billones de pesos corrientes  
Fuente:  Secretaría de Hacienda de la Nación

Ante ese claro incumplimiento, los funcionarios del actual gobierno encabezados por Luis Caputo y Nicolás Posse, acordaron con el equipo de FMI dirigido por el Director Adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental de ese organismo, Luis Cubeddu, una revisión del acuerdo y las metas fueron más drásticas, por un lado el gobierno propuso un superávit primario de 2% del PIB para este año 2024 y,  paralelamente, acrecentar las reservas internacionales netas en 10.000 millones de dólares para finales de 2024, incluidos 2.700 millones de dólares acumulados durante las últimas semanas de 2023 (Cuando el Tesoro de la Nación colocó una Letra intransferible en dólares por 10 años por 3.200 millones de dólares).

La inconsistencia y la contradicción en el cumplimiento de ambas metas son tajantes. Por un lado el gobierno devalúa nuestra moneda para favorecer las exportaciones y encarecer las importaciones,  pero al devaluar también liberó los precios (demostrando el  profundo desconocimiento  de las leyes económicas en general y en particular, en su aplicación en nuestro país), por ende la escala inflacionaria del 25,5% en el mes de diciembre, una tasa similar en el mes de enero y otra igual en febrero 2024, hace que la devaluación no recompone en términos reales el poder adquisitivo de las divisas en la Argentina y, deben volver a devaluar y así sucesivamente.

La prueba está que “el campo” como le  gusta llamarse  a los productores agropecuarios, están liquidando en el verano 2024, lo estricto y necesario para cubrir los costos fijos  y otros gastos, pero no hay operaciones importantes a futuro de venta de soja y  de maíz.

Al devaluar a la vez, al Estado nacional y a las provincias endeudas en dólares, como recaudan en pesos,  le es cada vez más caro comprar esas divisas.  Por ende la inflación le “licua” el gasto en pesos (salarios, jubilaciones y  pensiones, etc.) a lo que se suma la suspensión de parte de la obra pública, por lo que si la población soporta estoicamente es probable cumplir la meta fiscal, pero no la cambiaria, máxime que el gobierno nacional en 2024, el Tesoro deberá afrontar vencimientos en moneda extranjera por 16.698 millones de dólares

  • Fondo Monetario Internacional: 7.258 millones de dólares: (Intereses: U$s 2.798 millones y Capital: U$s 4.460 millones)
  • Títulos públicos: 4.440 millones de dólares (cerca de la mitad está en manos del sector público)
  • Club de París y otros organismos internacionales de créditos: 5.000 millones de dólares

Podrá renegociar una parte de la deuda externa, pero no puede de los ingresos del erario público comprar la cantidad de dólares para pagar las obligaciones externas y a la vez acrecentar las reservas netas en 10.000 millones de dólares. Salvo que  vendan las acciones de empresas públicas y el Tesoro de la Nación se apropie del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS como se propone en el Mensaje 7/23 del PE conocido como Ley Ómnibus.

El personal técnico del FMI y las autoridades argentinas llegaron a un acuerdo sobre la séptima revisión del Memorándum, pero  debe ser aprobado por el “Board” del FMI. El paro general del miércoles 24 de enero de 2024 de  las distintas centrales de los trabajadores y precarizados, con más de un millón y media de personas movilizadas en  todo el país manifestándose en contra del gobierno, ha sido condenatorio de la gestión que, como la deuda contraída por Cambiemos y por el Frente de Todos, es una estafa al pueblo argentino.

En el caso del gobierno de Milei  la estafa fue para los que lo votaron en la creencia de que el ajuste lo pagaba la “casta política” y, todas las medidas del gobierno de Javier Milei, como el DNU 70/23 y el proyecto de Ley Ómnibus (Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos), perjudican a los trabajadores, a los jubilados y pensionados, a los inquilinos, a los consumidores, al patrimonio nacional y a nuestra soberanía, pero benefician al gran capital, tanto local como —y sobre todo— al extranjero.

En efecto, en el Dictamen de la Mayoría (OD001/24) y proyecto de “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, Capítulo II, art. 447, del se crea el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) de aplicación en todo el territorio de la Repú blica Argentina, de acuerdo al Anexo II que indica una amplia gama de exenciones impositivas igual a la promoción fiscal que rige para las ensambladoras de Tierra del Fuego o la industria del conocimiento.

Se trata de proyectos de inversión de 200 millones de dólares o más, ya sea para un desarrollo nuevo o para la ampliación de uno existente, en sectores dinámicos de la economía, como hidrocarburos, minería, agroindustria, infraestructura, forestal, tecnología, que no lo necesitan porque nuestro país tiene en ellos ventajas comparativas y naturales con respeto al resto del planeta. Sin embargo, se pretende asegurarles a estos sectores estabilidad fiscal por 30 años y, a partir del tercer año, se les garantiza la libre disponibilidad de divisas y cero derechos de exportación.

Incluso les disminuye la alícuota del Impuesto a las Ganancias del 35 al 25% y lo que es peor, como la autoridad de aplicación es el gobierno nacional, este puede determinar sobre los impuestos provinciales y definir el marco regulatorio para el desarrollo de la inversión, en una delegación de facultades de manera explícita por parte de las provincias hacia la Administración nacional, que puede disponer la condonación de todos los impuestos nacionales y los provinciales. De aprobarse la implementación del RIGI, el Poder Ejecutivo puede decidir sobre la concesión de un pozo petrolero en Santa Cruz, así como determinar las condiciones para un desarrollo minero en Catamarca.

Para ello el gobierno de Milei solicita una suma de facultades y delegación de funciones legislativas que, de aprobarse, significaría violar el artículo 29 de nuestra Constitución nacional. Además, al permitir el ingreso de tropas extranjeras y otras extravagancias, incurre en el incumplimiento del Acta de Independencia que afirma que somos libres del rey de España y de toda otra dominación extranjera, quien así no lo hiciere será considerado y penado por infame traidor a la patria.

En síntesis

Mientras en la cúpula económica se dirime en una feroz interna entre:

  • El capital extranjero, liderado por los grandes fondos financieros (BlackRock, Vanguard, y otros) que tienen como aglutinante a la Cámara de Comercio Argentino-Norteamericana (Amcham) y a los cuales tributa el equipo económico encabezado por Luis Caputo como Ministro de Economía  y Santiago Bausili como Presidente del BCRA, y, por otra parte, los grupos económicos locales (que a su vez están  divididos entre extractivistas y productores y comercializadores de alimentos).
  • La Asociación Empresaria Argentina (AEA) presidida por un hombre ligado a la embajada de los EEUU y, como tal, principal convocante para conmemorar los 4 de julio, Jaime Campos. Pero los principales directivos y Vicepresidentes de AEA son Luis Pagani (Arcor), Paolo Rocca (Techint), Héctor Magnetto (Clarín), Cristiano Ratazzi (FIAT), Alfredo Coto (supermercado Coto), y Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó).  Incluye la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) que nuclea a las principales petroleras del país.  Su actual Presidente es Carlos Ormachea, chairman de Tecpetrol SA (que es la Petrolera del grupo Techint), Vicepresidencia primera Horacio Marín, actual presidente de YPF SA (era hasta el 9 de diciembre de 2023, CEO de Tecpetrol SA) y PAE (Marcos Bulgheroni) y la vicepresidencia segunda. Vista  (Miguel Galuccio) Secretaría general, Presecretario: Total Austral  y, Tesorero  Pampa Energía.
  • El  Consejo Agrario Argentino (CAA) que se conformó en julio de 2020 con más de 40 cámaras y entidades como CONINAGRO (Confederación Intercooperativa Agropecuaria), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria Argentina (FAA) y tiene asociados y sectores diversos, abarca prácticamente a todos los integrantes de las cadenas de valor agropecuarias: Los productores de carne avícola, vacuna y porcina; las industrias y cámaras ligadas a la producción de soja, maíz, trigo, arroz, maní, algodón, madera y pesca, entre otros; y las empresas exportadoras nucleadas en el Centro de Exportadores de Cereales (CEC, donde participan Aceitera General Deheza, COFCO, Cargill, Glencore, Bunge, Louis Dreyfus, etc.). A ello, se suman las Bolsas de Cereales y acopiadores de todo el país, uniendo productores, acopiadores, comercializadores, industriales, biocombustibles y exportadores.

Tienen sus profundas diferencias para ver por donde se orienta la economía exportadora y quienes se quedan con los principales negocios, pero los tres sectores coinciden en que la deuda no se debe investigar y que la debe pagar el pueblo argentino como lo sostuvo el Presidente Nicolás Avellaneda: “…millones de argentinos que economizarán hasta sobre su hambre y su sed, para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros”

Por lo tanto, debe darse cuanto antes por terminada la estafa de la deuda y del gobierno de Milei, para ello es imprescindible una nueva administración del Estado para:

  • Impulsar la investigación sobre los grandes compradores de divisas, auditar sus cuentas (y mientras tanto, suspender todo pago al FMI y al Club de París);
  • Aumentar los derechos de exportación (retenciones) y poner “cupos de exportación” priorizando el mercado interno; y
  • Dejar de devaluar nuestra moneda.  Con el mayor ingreso por las retenciones y el menor pago de los intereses de la deuda, el Estado debe impulsar la construcción de vivienda y de obras públicas que no requieren importaciones de ningún tipo y aumentar los salarios, jubilaciones y pensiones, y la Argentina volverá a crecer en forma sostenida y consistente.

Desgraciadamente  el engaño a la población y tomar consciencia de la situación sabemos que no va a ser fácil, el derrocamiento de De la Rúa y el fin del plan de convertibilidad fue pagado generosamente con la sangre de nuestro pueblo.

* Licenciado en Economía, profesor de Política Económica y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica. Analista senior asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

 

https://tiempodecrisis.org/2024/02/01/argentina-dos-modelos-a-lo-largo-de-su-historia/

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