Brasil | Lula, de la agenda diplomática al primer test electoral – Por Darío Pignotti
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Por Darío Pignotti, desde San Pablo
Uno de los funcionarios que despacha diariamente con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en el Palacio del Planalto cerró 2023 lanzando un comentario fulminante contra Javier Milei.
Cuando la «extrema derecha» llega al poder impone «destrucción y pérdida de derechos, mucha fuerza para quienes luchan por la democracia. Argentina resiste», planteó el ministro de Comunicación Social, Paulo Pimenta.
«Todo mi apoyo a los hermanos y hermanas argentinas que protestan contra el decreto autoritario e inconstitucional que intenta perjudicar al pueblo trabajador», completó.
Las palabras del ministro, posteriores a la protesta encabezada el miércoles último por la CGT, fueron a título personal pero podrían ser interpretadas como si fueran las de su jefe, Lula, de quien es uno de los ministros clave y antes fue un ladero incondicional durante los 680 días que permaneció arrestado por la causa Lava Jato.
Sobre Milei ya han hablado el canciller Mauro Vieira, el asesor internacional Celso Amorim y el embajador en Buenos Aires, Julio Glinternick Bitelli.
Que también lo haga Pimenta significa que se trata de un asunto de máxima importancia diplomática y también política.
Balance
El presidente se encontraba de vacaciones este lunes cuando el Diario Oficial de la Unión informó sobre la entrada en vigor de la suba del salario mínimo del 6,8 %, a 1.412 reales, equivalentes a unos 292 dólares mensuales. Esto representa un aumento real de cerca del tres por ciento por encima de la inflación registrada entre enero y noviembre de 2023. Durante los cuatros años del gobierno de Jair Bolsonaro ( de enero 2019 a diciembre 2022) el salario nunca tuvo un incremento real.
Mientras Lula pasa sus últimos días de receso en una base naval de Río de Janeiro, el ministro Pimenta repasó, en entrevista al portal Brasil 247, la agenda internacional de 2023, durante el cual el mandatario visitó Argentina, para la cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) ,Estados Unidos, China, Alemania, India, Arabia y Emiratos Arabes (dos países que acaban de sumarse al BRICS), entre otras naciones.
Sí el año pasado estuvo marcado por uno intenso calendario diplomático éste se concentrará en viajes por el interior de Brasil donde habrá elecciones de intendente en más de cinco mil quinientos municipios, incluyendo San Pablo y Río de Janeiro. Serán el primer test de Lula en su tercer mandato presidencial.
Entre los pocos compromisos que tendrá fuera Brasil figura la reunión de los países del Caricom (Comunidad del Caribe) donde debe ser abordada la disputa entre Venezuela y Guyana por la soberanía sobre el Esequibo.
Politica externa e interna
Dos mil veinticuatro también estará pautado por las numerosas conferencias temáticas del G20 que tendrán lugar en Brasil, país a cargo de la conducción rotativa de ese organismo hasta fines de noviembre, cuando se realizará la cumbre de presidentes en Río de Janeiro.
Las actividades del G20 serán gestionadas por varios ministerios, como el de Relaciones Exteriores a cargo del canciller Mauro Vieira, y Desarrollo Social, al frente del cual está Wellington Dias. Uno de los temas propuestos por Brasil, el país anfitrión, fue la creación de una alianza global contra el hambre y la pobreza. En ese capítulo específico Wellington Dias será el responsable de divulgar el programa Bolsa Familia, reactivado con el regreso de Lula al poder, que presta asistencia a más de 50 millones de ciudadanos humildes.
La expectativa de máxima es que Río reciba en noviembre a los presidentes Joe Biden, Xi Jinping, de Estados Unidos y China, primera y segunda economías mundiales, a los que deberían sumarse los mandatarios de Alemania, Francia, India entre otros.
Las asistencias tanto como los faltazos al cónclave del G20 serán una medida de cuanto se consolidó el liderazgo internacional brasileño.
¿Milei a Río?
A la luz de los dichos del ministro Paulo Pimenta, Brasilia no pretende guardarse críticas contra el gobierno argentino, el principal socio regional y tercer «parceiro» (socio) económico a nivel global.
Las afirmaciones del funcionario están en armonía con la ausencia de Lula de la investidura de Milei el 10 de diciembre en la Casa Rosada, a la que sí asistió Bolsonaro.
En eventos internacionales, como la cumbre de los BRICS en Joannesburgo, Sudáfrica, y la Asamblea General de la ONU en Nueva York, ambas en septiembre pasado, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) habló sobre el riesgo para la democracia argentina y regional, un triunfo, finalmente ocurrido, del candidato de la Libertad Avanza (LLA).
A su turno, Milei tildó de «corrupto» y «comunista» al brasileño, y la semana pasada le hizo llegar una carta confirmando su decisión de no sumarse al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Fue Lula quien intercedió para que Buenos Aires sea aceptado en ese foro.
Estos encontronazos entre Lula y Milei, reflejan que los modelos de país y de sus políticas externas de ambos son antagónicos.
Ante semejante grado de discrepancias nadie está en condiciones de dar por segura la presencia de Milei en la conferencia presidencial del G20 a fines de noviembre.
Putin
Otro interrogante es si el presidente ruso y temporario jefe de los BRICS, Vladimir Putin, estará en las sesiones del G20 junto a las playas cariocas o lo hará a través de videoconferencia, dado que hay una orden de captura emanada de la Corte Penal Internacional (CPI) de la La Haya por supuestos crímenes relacionados con la guerra contra Ucrania.
Ante las especulaciones sobre cual será la posición brasileña, el canciller Vieira declaró la semana pasada que «si él (Putin) quiere venir nosotros estaremos muy contentos de que esté en nuestras reuniones».
«Nosotros no tomaremos ninguna iniciativa para que eso (arresto de Putin) acontezca», prosiguió el canciller.
Sur-norte
Putin no participó en las últimas reuniones del G20, en la India, y de los BRICS, en Sudáfrica, debido al impasse causado por su situación ante la CPI, de la cual Rusia no es signatario.
Seguramente habrá negociaciones de alto nivel hasta los días previos a la conferencia de Río, antes de que se anuncie oficialmente si el gobernante ruso será de la partida.
La evolución del conflicto con Ucrania será un factor geopolítico, un dato duro que pesará en la balanza.
Desde la perspectiva del «poder blando» brasileño, garantizar la presencia de Putin en la cita de Río puede favorecer su prestigio ante los países del sur global que integran. Pero esto dará lugar al disgusto de las potencias occidentales, principalmente las integrantes de la OTAN.
Milei o no Milei
Regresemos a las primeras líneas de esta crónica, donde referimos a Pimenta. Si un funcionario como Pimenta, que no pertenece al ámbito diplomático, habla sobre un líder extranjero como Milei esto indica la densidad política del tema. Sucede que los vaivenes del gobierno de LLA podrán impactar en la realidad doméstica brasileña.
Si los liberales de la Casa Rosada fracasan esto robustecerá la posición de Lula y los suyos. En caso de que a Milei le vaya bien los que celebrarán serán los bolsonaristas.
El senador derechista, exjuez del proceso Lava Jato y exministro bolsonarista, Sergio Moro, exaltó la «osadía» demostrada por Milei en su batalla contra el «retroceso» que encarnaría la oposición argentina.
El diputado bolsonarista, Luiz Philippe Bragança, heredero de la familia imperial portuguesa, fue más intenso en sus opiniones. Dijo que con Milei está «resurgiendo» la derecha y la libertad latinoamericanas, que su gobierno será un «impulso» para que el bolsonarismo retorne al poder. Por último el diputado pronosticó que Milei será un «serio» obstáculo para que Lula pueda fortalecer el Mercosur y la Unasur, y convertir a la región en una «Unión Soviética» aggiornada.