Bolivia | Inauguran el primer museo de robótica del país

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Roly Mamani, el hombre detrás del primer museo de robótica de Bolivia

Roly Mamani construyó el «primer» museo de robótica en Bolivia, espacio donde explica el desarrollo de la tecnología a niños y adolescentes, mientras tanto sueña con crear un «centro de desarrollo biónico».

En la casa de Roly en Achocalla, un municipio a 15 kilómetros de La Paz, en donde también se dedican a la agricultura y el turismo, es al mismo tiempo su área de trabajo y un salón de exposición de sus creaciones.

En el museo de ‘Robotics Creators Bolivia’, el emprendimiento que encabeza Roly, se exhiben modelos de robótica competitiva o lucha, además de animatrónicos, inspirados en personajes de ficción como Ironman, Chappie o Wall-e o T-800 de la película Terminator.

Sin embargo, las creaciones que Roly más nombra son las prótesis robóticas para personas, entre estéticas, mecánicas y robotizadas.

Con base en esos prototipos, el creador organizó distintos recorridos para transmitir su «pasión» a los visitantes, según sus edades e intereses. Con los niños, «tengo que ser un payasito para estimular su curiosidad (…) con los adolescentes es más duro» porque están entre los que creen que «saben todo» y los que tienen «sed de aprender», dijo.

En tiempo de vacaciones, el museo ha estado abierto a las «visitas familiares, de amigos o particulares» y cuando comience el año escolar se asignará turnos para las visitas, explicó.

En sus exhibiciones muestra a ‘Pleo’, un dinosaurio que con base en inteligencia artificial responde a su nombre y a las caricias. También a ‘Rex’, un carnívoro agresivo y que muestra sus instintos de depredador, o Mecanoid que es capaz de interactuar con las personas con conversaciones y acciones simples.

«Nuestra visión es ser un centro tecnológico de desarrollo biónico en su totalidad, para ayudar a personas con prótesis de miembros superiores e inferior y exoesqueletos, o con problemas de movilidad», contó Roly.

En estos años, Roly trabajó en atender pacientes que buscan las prótesis robóticas, mayormente son personas de pocos recursos que han sufrido amputaciones por accidentes en trabajos de alto riesgo o con enfermedades congénitas.

Roly imparte la idea da una «transición» y una «perspectiva diferente», para que los amantes de la robótica pasen de la elaboración de prototipos a la aplicación de la tecnología «para un bien común».

Parte de esos logros se exhiben en una de las paredes del museo, con fotografías de personas que aprendieron a manejar su extremidad robotizada, hasta mascotas que sufrieron algún accidente y ahora utilizan una prótesis.

Roly mencionó que esto «solamente es el comienzo», ya que todavía queda por mejorar la «calidad» de los atractivos del museo que quiera sea «de los mejores» en Latinoamérica.

Bolivia

 

 

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