Calles calientes – Radiografía de la protesta social en la región – Por NODAL y CLAE

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Calles calientes – Radiografía de la protesta social en la región

Por NODAL y CLAE*

Latinoamérica se caracteriza por una larga historia de luchas populares, y por ser territorio de disputa por su riqueza y diversidad en materia de recursos naturales. El interés por controlar y dominar la región se observa desde la colonización hasta la preeminencia de la Doctrina Monroe durante 200 años.

Esa historia que viene signada por los intentos de subordinación y sometimiento de los territorios a la explotación económica, continuó abierta en el 2023 con una multiplicidad de conflictos en los que se destacan enfrentamientos de diferentes características y magnitudes. Algunas movilizaciones estuvieron marcadas por la violencia que impulsan sectores de la extrema derecha conservadora y a su vez hubo masivas concentraciones de sectores populares, impulsadas por fuerzas progresistas que asumieron un rol protagónico.

Para establecer una caracterización de los conflictos en los diversos países de la región se hace necesario recurrir a ciertos criterios e indicadores que hacen posible observar los intereses que de- fienden los sectores implicados, la diversidad de actores que se aglutinan, las formas que asumen las luchas y los niveles de organización de los sectores que son parte.

El Brasil de Lula vs. las fuerzas fascistas de Bolsonaro

El año 2023 comenzó con un evento que sorprendió a la región y al mundo. Los primeros días de enero miles de personas adherentes al bolsonarismo ingresaron a los edificios de Planalto, la sede del Ejecutivo, el Congreso y el Palacio de Justicia, para impedir la asunción de Lula Da Silva como presidente de Brasil en un intento de golpe de estado que se gestó con anterioridad, bajo la conspiración de sectores de la cúpula militar y funcionarios bolsonaristas.

Luego del ballotage, donde resultó ganador Lula da Silva con el 50,9% de los votos, sobre el 49,1% del bolsonarismo, como primera medida reaccionaria, los seguidores del ex capitán del Ejército de Brasil comenzaron a tomar carreteras por todo el país, en desacuerdo con los resultados. La convocatoria se gestó a través de grupos de Telegram y WhatsApp que se hicieron eco de los pedidos de “Intervenção militar” que comenzó luego de las elecciones con la instalación de un campamento civil en las puertas del Cuartel General del Ejército en Brasilia. Por los grupos circularon consignas y convocatorias que agitaron el clima de violencia difundiendo un manual del buen invasor a los poderes del Estado. El 8 de enero las acciones violentas, la toma y destrozos de edificios públicos, incluido el Planalto (sede del poder ejecutivo) tuvieron como argumento político la consigna “Dios, Patria y Libertad”.

Tras una intervención federal y la detención de más de 1500 personas, el intento de golpe fue neutralizado y a lo largo del año se pusieron en marcha las investigaciones y condenas para los involucrados que continúan hasta nuestros días.

El golpe al lulismo expuso la emergencia del neofascismo en la región y los desafíos que se presentan para las fuerzas progresistas en tiempos de crisis política, económica y social para avanzar en un proyecto político capaz de redistribuir la riqueza para beneficiar a las grandes mayorías excluidas.

Perú: crisis institucional y un pueblo que sigue en las calles

En Perú durante el gobierno de Dina Boluarte una diversidad de organizaciones indígenas, campesinas, estudiantiles y sindicales se fueron articulando en un frente para coordinar las accio- nes de protesta que exigen la “Renuncia inmediata de Dina Boluarte”, el “Cierre del Congreso”, “Asamblea constituyente”, “justicia y reparación para todas las víctimas de las protestas” y ‘Que se vayan todos’.

Las protestas le dan continuidad a las iniciadas en el año 2022 luego de la destitución y encarcelamiento de Pedro Castillo. Una particularidad de las formas de ocupar las calles del pueblo pe- ruano fueron las “Tomas de Lima”, que consisten en grandes movilizaciones desde las diferentes regiones del país hacia Lima, y tiene sus antecedentes en las marchas que provocaron la caída del dictador Fujimori en el año 2000, y liberado recientemente, tras recibir el indulto del Estado.

En el año 2023 se realizaron 3 grandes Tomas de Lima en enero, marzo y julio, a las que se suman paros nacionales. Todas las manifestaciones fueron reprimidas por un gran despliegue de policía peruana, dejando como saldo heridos y un silencio total por parte del gobierno, que profundiza la criminalización de la protesta social.

Guatemala, una semilla que no para de brotar

En Guatemala las elecciones presidenciales de junio de 2023 derivaron en un conflicto político y social. Mediante mecanismos judiciales una fracción del poder institucional guatemalteco intentó impedir la asunción del presidente electo Bernardo Arévalo, programada para el 14 de enero.

Arévalo ganó las elecciones en la segunda vuelta el 20 de agosto con el 58% de los votos y una ventaja de 22 puntos porcentuales sobre Sandra Torres que obtuvo 36%. Tras reiterados intentos de inhabilitar al Movimiento Semilla, el partido de Arévalo, la Fiscalía pidió el 8 de diciembre que se anulen las elecciones, pese a que numerosos organismos internacionales como la ONU y la OEA habían advertido desde hace tiempo las amenazas contra el sistema democrático en el país. Así mismo, el Grupo de Puebla manifestó su apoyo al presidente electo, y autoridades estadounidenses.y de la UE anunciaron sanciones para funcionarios que se niegan a aceptar el resultado electoral.

Arévalo denunció un intento de golpe de Estado y acusó a instituciones claves de rompimiento constitucional. Esto llevó a manifestaciones masivas lideradas por los 48 Cantones de Totonicapán, organizaciones indígenas y la comunidad guatemalteca exigiendo la renuncia de la Fiscal General, Consuelo Porras y otros funcionarios judiciales. Los bloqueos en carreteras, las manifestaciones frente a instituciones gubernamentales y la toma de acueductos paralizaron el país durante más de un mes.

En Panamá las calles ganaron

El 20 de octubre el gobierno del presidente Laurentino Cortizo aprobó en Panamá la ley 406 que le otorgaba a la Minera Panamá, filial de la canadiense First Quantum Minerals, un permiso para explotar cobre por 20 años, prorrogables por otros 20.

Desde entonces, diversos sectores ambientalistas, docentes, obreros de la construcción, campesinos, estudiantes, grupos indígenas y académicos iniciaron vigilias y manifestaciones denunciando las consecuencias sobre el medio ambiente en una zona de alta biodiversidad regional.

Durante más de un mes de protestas, se registraron cerca de diez mil detenidos y cuatro fallecidos. La represión policial y la criminalización de la protesta una vez más apuntó contra los manifestantes. Autoridades del gobierno llegaron incluso a suspender el pago de salarios durante la segunda quincena de noviembre a los docentes por darle continuidad al paro.

Finalmente, el 28 de noviembre, día en el que el país celebra 200 años de independencia, la Corte Suprema declaró “inconstitucional” la polémica ley, dando lugar a manifestaciones de alegría popular por lo logrado tras más de un mes de movilizaciones.

Uruguay, crisis en diferentes sectores

En Uruguay el presidente, Luis Lacalle Pou, impulsó la reforma previsional, que fue aprobada el 27 de abril en el Parlamento. A pesar del rechazo y la oposición en las calles, se puso en vigencia en agosto.

Otro gran movimiento de calle que ocurrió este año en el país platense, sucedió en junio cuando los sindicatos de la enseñanza, nucleados en la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU), reclamaron mayor presupuesto en la próxima Rendición de Cuentas. La movilización también fue en rechazo a la reforma educativa que lleva adelante el gobierno desde la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).

La Emergencia Hídrica que atravesó el país por más de dos meses produjo intervenciones y manifestaciones en las calles. “No es sequía, es saqueo” y sellos negros que decían en su interior “Agua con exceso de sodio”, fueron algunas de las consignas que se leyeron en las manifestaciones, denunciando la falta de control sobre el daño ambiental por parte del gobierno, que llevó a la crisis y el repudio a la solución temporal que se buscó, mezclando agua dulce, con agua del estuario del Río de la Plata.

Colombia, marchas y contramarchas por reformas

Las principales movilizaciones en Colombia ocurrieron este año a partir de las reformas propuestas por el presidente Gustavo Petro en los primeros seis meses de su mandato, que proponían modi- ficaciones en áreas clave como salud, educación, sistema laboral y pensional y servicios públicos, entre otros. Las mismas generaron controversias y tanto el gobierno como la oposición ocuparon las calles de todo el país para demostrar fuerza y apoyo en favor de una y otra postura. “El presidente de Colombia invita a su pueblo a levantarse”, dijo Gustavo Petro en febrero en una marcha convocada para defender los proyectos legales, que buscan ampliar accesos y/o aumentar la participación del estado y que enfrentan resistencias en el parlamento colombiano que responden al sector privado. “El cambio no es posible sin el pueblo”, había afirmado el mandatario desde el balcón. Al día siguiente, en una marcha opositora, Petro fue tildado de tirano.

Las marchas y contramarchas se repitieron a lo largo del año. El 20 de junio la oposición, coordinada principalmente por Centro Democrático movilizó cerca de 90 mil personas, según estimaron medios de comunicación y utilizaron en redes sociales la etiqueta #LaMarchaDeLaMayoría. Ese día la Reforma Laboral no pudo ser debatida en la Asamblea por falta de quórum.

En septiembre, en una nueva movilización de unas 20 mil personas, convocada para proponer un gran acuerdo nacional destinado a garantizar la paz y la justicia social, Petro anunció que presentaría una nueva reforma para promover acceso de las y los ciudadanos a los servicios públicos. En octubre volvieron a repetirse las contra marchas.

En diciembre la cámara de diputados aprobó con modificaciones la reforma de salud, que será tratada por el senado en 2024.

Argentina: la resistencia en el norte a un modelo que no derrama

En marzo, docentes y empleados municipales iniciaron protestas sostenidas por los bajos salarios en la norteña provincia de Jujuy. En junio el gobierno impulsó una reforma de la constitución. Las modificaciones tocaban temas sensibles como la protesta en calles y rutas la reglamentación de recursos naturales, la Justicia y procesos electorales. Diversas organizaciones se manifestaron en contra de dichas modificaciones. Las y los manifestantes fueron brutalmente reprimidos para desbloquear rutas y se realizaron denuncias de persecuciones policiales, que llevaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, a pronunciarse. Un conjunto de organizaciones originarias, nucleadas en el Tercer Malón de la Paz, se instalaron frente al palacio judicial primero y luego frente al Congreso en la capital argentina, para pedir una intervención federal.

América Latina contra la violencia machista

Miles de mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, personas trans y no binaries, y masculinidades trans, salieron a las calles en América Latina para recordarles a sus gobiernos que aún falta mucho para que haya igualdad y justicia. Las marchas que se desarrollaron durante este año, fueron con demandas de justicia, contra la violencia y en rechazo a la impunidad que se hizo más evidente en países como Perú, Guatemala, Argentina, Colombia, entre otros, donde violaciones y feminicidios quedaron sin sanciones penales y con operadores judiciales inmersos en hechos de corrupción.

La organización como herramienta de lucha

Latinoamérica es la región más desigual del planeta. De acuerdo con los datos del Reporte de Des- igualdad Mundial (2022) el 50% más pobre de la población se lleva el 10% de los ingresos, mientras el 10% más rico recibe el 55%. Si se mide en términos de la concentración, el 10% más rico acumula el 77% de la riqueza y el 50% más pobre solo el 1%.

Además la región cuenta con valiosos recursos naturales como el litio, el cobre, el níquel, el cobalto, las tierras raras, etc., de vital importancia para la fase del capitalismo digital que estamos atravesando. Es por esto que observamos como se posan los intereses de diferentes capitales globales quienes han subordinado a los Estados-Nación a la simple administración de tensiones secundarias. Esto nos trae como consecuencia la profundización de las políticas neoliberales de ajuste, la represión de la protesta, la guerra judicial y mediática contra líderes y lideresas de organizaciones y proyectos populares, entre otros.

En 2023 las calles de América Latina y el Caribe fueron testigo de múltiples expresiones que, para ser comprendidas no pueden dejar de mirarse a la luz de elementos estructurales y superestructurales que atraviesan y dividen el mundo.

La cuarta revolución industrial, junto con las transformaciones derivadas del acelerado proceso de digitalización, los cambios en los modos de producción y circulación de bienes que benefician a sectores cada vez más concentrados de capital, han ido expulsando a las grandes mayorías de la dis- tribución de la riqueza producida, en una tendencia concentradora sin precedentes. Estos cambios económicos impactan y transforman tanto la superestructura política como las formas de organización y lucha de la clase trabajadora por la distribución equitativa de la riqueza socialmente generada.

Sin embargo, el momento histórico que estamos viviendo, marcado por la digitalización de las relaciones sociales de producción y la consecuente intensificación de la disputa intercapitalista, genera para la clase trabajadora una oportunidad de emancipación. Es en las calles donde las expresiones populares asumen protagonismo, por lo que es preciso entender las movilizaciones como una herramienta que permite amplificar las demandas, exigir a los gobiernos y por tanto construir e impulsar programas populares con justicia social.

*Artículo publicado en el Anuario 2023 de América Latina y el Caribe de NODAL Y CLAE

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