No a la minería en Kunayala – Simón Herrera G.
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Por Simón Herrera G.
Haciendo un inventario sobre los grandes pensamientos de importantes personajes kunas, encontramos que ellos en su momento hablaron de cuidar la madre naturaleza, porque ella es hogar de ríos, bosques, manantiales…
Estos personajes kunas fueron sabios, poetas, estadistas, grandes oradores, quienes a través de sus cantos transmitieron sus pensamientos y sus intérpretes supieron comprenderlos para luego analizarlos para el beneficio de las diferentes generaciones. Actualmente, esos pensamientos se escuchan muy a menudo, enarbolan siempre las luchas históricas y siguen inspirando a sus poblaciones actuales.
No ha sido en vano las diligencias del cacique Inabaginya y Nele Kantule, cuando el 18 de septiembre de 1930, solicitaron al presidente Florencio H. Arosemena para que “se legisle en el sentido de señalar una zona de región de San Blas dedicada a reservar territorio para nosotros” (Documento en Archivos Nacionales de Panamá). Gracias a estas diligencias se creó la Reserva Indígena que hasta la fecha se mantiene libre de extracción de minerías y de sus derivados.
Algunos personajes ilustres como Inanaginya, Ologindibipilele, Inabaginya, Nele Kantule y más recientemente Gilberto Arias, nos legaron profundos pensamientos que hoy, por la situación económica, política Y social, que atraviesa nuestro país Panamá, producto de las malas decisiones del Gobierno, merecen ser recordados como una manera de enarbolar sus luchas a favor de la naturaleza.
El cacique Inanaginya (1830-1907) cantaba sobre cuidar la madre tierra, ya que era un preciado regalo de Dios, que solo teníamos que cuidarla y preservarla. Por su parte, el pueblo kuna siempre recuerda el pensamiento de su cacique Ologindibipilele (1840-1929): “El que intenta apoderarse de mi comarca solo recogerá sus cenizas ensangrentadas en llamas”. De igual forma, el cacique Inabaginya (1855-1938) en una de sus grandes intervenciones a sus dirigentes, propuso adquirir: “Una tierra para labrar para nuestra tranquilidad, seguridad de las futuras generaciones y el libre desarrollo de mi cultura”. En estos grandes pensamientos, también encontramos de Nele Kantule (1868-1944) de quien el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal escribió que era “modelo de estadista, el gran clarividente”. Este gran líder manifestaba que el preciado más grande que Dios había creado para el ser humano era la madre naturaleza, que no podía ser destruida. Uno de su más profundo pensamiento que cae como anillo al dedo por todas las manifestaciones de rechazo al contrato minero es: “Dejo en sus manos, bajo su cuidado a nuestra madre tierra. La dejo llena de collares de oro, de plata, no despojes de sus valijas, no regales sus pertenencias ni riquezas a extraños. Vendrán días en que extraños llegarán como buitres para acabar con nuestra madre tierra”.
Por otra parte, el cacique Gilberto Arias, de la comunidad de Mandi Ubgigandub, respondió una vez a una pregunta sobre el tema del desarrollo de los pueblos indígenas: “Tu desarrollo me margina y me empobrece”, dando a entender que el desarrollo de las grandes empresas cuando invierten grandes sumas de dinero no alcanza siempre a las poblaciones más vulnerables. ¿Qué es desarrollo entonces? ¿Toma en cuenta a todos o solo funciona para algunos grupos que se aprovechan de la condición de las grandes mayorías? Este cacique siempre elevó su voz de protesta a nivel internacional y participó en congresos de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques junto con otros líderes originarios. Fue un gran líder kuna de los últimos tiempos. Transmitía el mensaje de que los recursos de la naturaleza no estaban para ser negociados ni vendidos a extraños.
La comarca de Kunayala, a pesar de que sus dirigentes han estado al tanto de la extracción ilegal de sus recursos naturales, siempre ha estado al acecho de extraños, pero gracias a las atinadas acciones de sus autoridades han podido acabar con estas prácticas de destrucción de la naturaleza.
En 1996, la empresa minera canadiense Western Keltic Mines Inc., con la anuencia del Gobierno de ese entonces, ya creía contar con extensas concesiones para explotar la minería en Kunayala, porque ya se habían hecho estudios e identificado algunos lugares como potenciales destinos de oro, molibdeno y cobre. No obstante, gracias a un congreso extraordinario realizado en la comunidad de Achudub, los delegados de las diferentes comunidades emitieron la resolución No. 1 del 10 de marzo de 1996, en donde rechazaron categóricamente las intenciones de la empresa minera, y manifestaron estar en “estado de alerta para la defensa integral de nuestros recursos naturales que componen la madre tierra”.
Por esta razón, por la situación que se ha suscitado con la empresa First Quantum Minerals, de origen canadiense también, el máximo organismo del pueblo kuna repudió recientemente las actuaciones de sus dos representantes en la Asamblea Nacional de diputados al votar a favor del contrato minero.
Las palabras del cacique Gilberto Arias, quien falleció en 2018, ahora más que nunca evidencian lo que está ocurriendo en los lugares donde se extraen los minerales. Mientras la empresa reporta decenas de millones de dólares en la bolsa de valores, los lugares aledaños y sus habitantes no reciben el beneficio esperado. El beneficio económico de esta empresa transnacional contrasta con la realidad de las comunidades, en donde sus recursos naturales son extraídos y destruidos.
La propuesta de un Panamá verde y sin minería no vendrá del Gobierno actual ni de los próximos, sino del pueblo que es el soberano y dueño de sus tierras.
¡No más minería en todo el territorio panameño!