Laudate Deum, cambio climático y el decrecimiento sostenible asimétrico – Por Hugo Cabieses Cubas

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Por Hugo Cabieses Cubas*

“31. Esta situación no tiene que ver sólo con la física o la biología, sino también con la economía y nuestro modo de concebirla. La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad. En los últimos años podemos advertir que, aturdidos y extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas, a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos”.

Jorge Bergoglio; Exhortación apostólica Laudate Deum del Santo Padre Francisco a todas las personas de buena voluntad sobre la crisis climática; Roma, 4 de octubre.

Esta cita resumen lo que aquí quiero compartir: lo que piensa y sostiene el Papa Jorge Bergoglio y el Vaticano sobre el tema del Cambio Climático, tema que había sido abordado sin mucho detalle en su encíclica sobre la Casa Común que emitiera en el año 2015 y lo que significa reavivar un debate de larga data sobre el Decrecimiento Sostenible Asimétrico DSA que considero que es la única salida actual a la multifacética crisis geopolítica, social, ambiental, cultural y económica en la que nos encontramos en el Perú y Nuestra América.Ambos temas, en el marco de un planeta en emergencia por guerras sangrientas –Rusia/Ucrania y Palestina/Israel, las más recientes sin ser las únicas -, neoliberalismos extractivistas salvajes y cambio climático sin nombre a consecuencia de un “modelo” occidental que no funciona acorde con la naturaleza y el bien común. Felizmente, creo que aún estamos a tiempo para construir alternativas sensatas que vienen desde abajo y adentro para no llegar al punto de no retorno con relación a nuestra existencia como humanidad. Esas alternativas pueden venir, están viniendo, desde los movimientos que se están expresando y presionando desde hace décadas, las que en gran parte son recogidas por las preocupaciones del Papa Francisco y los pueblos indígenas y no indígenas del Bioma Andino-Amazónico en este periodo post pandemias y post Belém do Pará.

Los quejidos de la Tierra

El “punto de no retorno” ya está aquí en el Estado de Amazonas, Brasil, en donde el más grande rio del planeta se ha secado, los incendios forestales no se detienen, la satanización se adelanta y la población sufre. “El río Solimões no es el único afectado.

Todos los grandes ríos de la selva, afluentes del Amazonas, sufren la actual sequía. El río Madeira está 30 centímetros por debajo del nivel más bajo jamás registrado, lo que dificulta la actividad de las presas hidroeléctricas a lo largo de su recorrido. El río Negro en Manaos alcanzó su nivel más bajo en 117 años, cuatro centímetros por debajo del mínimo anterior de 2010” [2].

¿Cuál es el tema de fondo? Es el crecimiento absoluto, estúpido, parafraseando la consigna de campaña del presidente Clinton para su reelección de 1997, pero refiriéndose a la economía estadunidense. Es el cambio climático, producto a su vez de un “modelo” ideológico neoliberal depredador … del que somos adictos, gobernantes y gobernados, desde hace por las menos tres décadas.

El gobierno de Brasil está borrando con su puño derecho depredador a favor de los combustibles fósiles, lo que firmó con el izquierdo en agosto en Belén do Pará. No existe otro camino que decrecer de manera sostenible y asimétrico, como la única ruta para evitar el apocalipsis del bioma andino-amazónico.

En su reciente exhortación apostólica, el Papa, señala que en el encaramiento del Cambio Climático y la llamada transición energética se debería tener tres características en las medidas que se adopten, que sean eficientes, obligatorias y monitoreables. Ello a fin de que el inicio de un nuevo proceso apuntando a la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático COP 28 a realizarse en Dubai, Emiratos Árabes Unidos EAU, gran productor de combustibles fósiles, sea drástico, intenso y que cuente con el compromiso de todos.

La COP 28 se realizará en Dubai entre el 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 con una agenda acotada por las ONGs, pero poco aceptada por los principales responsables del cambio climático, los gobiernos de los países “ricos” y las transnacionales “verdes”

Está por verse si estos deseos del Papa serán viables, ya que el mismo señala que:“No es lo que ocurrió en el camino recorrido hasta ahora (desde la Cumbre de Río en 1992), y sólo con ese proceso se podría recuperar la credibilidad de la política internacional, porque únicamente de esa manera concreta será posible reducir notablemente el dióxido de carbono y evitar a tiempo los peores males” En el Documento señala también que: “Lamentablemente la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda” (Punto 13). [3]

El prelado argumenta contra los negacionistas cuando dice que: “Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos”. Señala además que: “Es verdad que no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global. Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos”. (Punto 5).

Por lo anterior, señala el Papa citando documentos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático IPCC de la ONU [4], que: “sabemos que cada vez que aumente la temperatura global en 0,5 grados centígrados, aumentarán también la intensidad y la frecuencia de grandes lluvias y aluviones en algunas zonas, sequías severas en otras, calores extremos en ciertas regiones y grandes nevadas en otras. Si hasta ahora podíamos tener olas de calor algunas veces al año, ¿qué pasaría con un aumento de la temperatura global de 1,5 grados centígrados, del cual estamos cerca?

Esas olas de calor serán mucho más frecuentes y con mayor intensidad. Si llega a superar los 2 grados, se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, con enormes y gravísimas consecuencias para todos”.

Paradigma tecnocrático y crecimiento infinito

No escapa a la preocupación del Pontífice, lo que denomina el paradigma tecnocrático. señalando que: “En Laudato si’ ofrecí un breve desarrollo acerca del paradigma tecnocrático que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente. Es «un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla». En el fondo consiste en pensar «como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico».

Como lógica consecuencia, «de aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos». (Punto 20)

Asimismo, el Pontífice dice que, luego de 8 años que se publicara la Carta Encíclica Laudato Si´ del 2015, luego de un largo proceso sinodal – que consiste en la consulta a obispos y otros actores, el documento final titulado sobre El Cuidado de la Casa Común [5]: no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”. Señala también que: “Más allá de esta posibilidad, es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.” Señala al comenzar la mencionada encíclica que el cambio climático se trata de “un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana”, que es “es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial”.

Citando el Sínodo sobre la Amazonía de octubre del 2019, realizado en Roma entre el 19 de enero 2018 y 21 de octubre 2019, con la participación activa de más de 87,000 personas, nos recuerda que: “Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos”[6]. La principal constatación y conclusión de este documento, muy citado en camino a la Cumbre Andino-Amazónica de Belem do Pará (8 y 9 de agosto 2023)[7] fue: “la desaparición del territorio y de sus habitantes, especialmente de los pueblos indígenas; la selva amazónica es un “corazón biológico” para la tierra cada vez más amenazada; se encuentra en una carrera desenfrenada a la muerte y requiere cambios radicales con suma urgencia, en una nueva dirección que permita salvarla; y, ¡Está comprobado científicamente que la desaparición del bioma Amazónico tendrá un impacto catastrófico para el conjunto del planeta!”.

La reciente exhortación del Papa, que la explicó “por sorpresa” durante la audiencia general del 30 de agosto del 2023, se trata de un texto en 73 puntos divididos en seis capítulos, además de una introducción. Los seis capítulos son: (1) La crisis climática: resistencias y confusiones, las causas humanas, daños y riesgos; (2) Más paradigma tecnocrático: repensar nuestro uso del poder y el aguijón ético; (3) La debilidad de la política internacional: reconfigurar el multilateralismo; (4) Las conferencias sobre el clima: avances y fracasos; (5) ¿Qué se espera de la COB 28 de Dubai?; y, (6) Las motivaciones espirituales: a la luz de la fe, caminar en comunión y compromiso.

El punto de no retorno, los 10 jinetes y el DSA En escritos anteriores, he señalado que para no llegar al “punto de no retorno” en la depredación del Bioma Andino-Amazónico, debemos combatir a los “10 jinetes del Apocalipsis” porque de otra forma desapareceríamos como civilización en el futuro cercano: 2030 a 2050. Estos 10 jinetes, no sólo en Perú sino en los 8 países que componen el Bioma, tema que es mencionado y desarrollado en dos artículos[8].

Frente a esta emergencia, sostengo junto con otros estudiosos de la realidad nacional y mundial que deberíamos sentar las bases para transitar cuanto antes hacia un modelo de Decrecimiento Sostenible Asimétrico DSA[9]. Se trata de una propuesta polémica y debatible que no fue discutida en Belém do Pará y tampoco en las varias cumbres internacionales que ha habido en los últimos meses. En mi concepto, se trata de impulsar esta propuesta como paradigma del Siglo XXI.

Esta propuesta fue lanzada a principios del siglo XXI como un proyecto de contracción social voluntaria y equitativa de la producción y el consumo, dirigido a la sostenibilidad social y ecológica. Se trata de un intento de volver a politizar el debate sobre la muy necesaria transformación socio-ecológica, afirmando la disidencia con los poderes mundiales actuales, buscando otras alternativas. El término inglés “Degrowth” fue oficialmente introducido en la primera conferencia sobre decrecimiento realizada en París en el 2008, que marcó el concepto como un área de investigación internacional.

En primer lugar, esta fuente implica percibir que los ecosistemas tienen valor en sí mismos y no solo como proveedores de recursos o servicios ambientales útiles y, en segundo lugar, enfatiza la competencia entre los ecosistemas y los sistemas de producción y consumo industriales. Es un camino posible para preservar los ecosistemas mediante la reducción de la presión humana sobre la naturaleza y un desafío a la idea de que es posible desacoplar los impactos ecológicos del crecimiento económico. Ello conduce al enfoque que sugiere que los bienes ambientales son atendidos comúnmente y compartidos para evitar la apropiación por un solo individuo. Esta sabia estrategia implica una integración de los humanos en la naturaleza, a la de los derechos de la naturaleza y podría ser una estrategia de retaguardia para preservar lo que queda, creando áreas para la regeneración de los ecosistemas.

Debemos comenzar a debatir en los colectivos movimientos sociales e impulsar estas propuestas ahora ya que más tarde … ¡será demasiado tarde!

(*) Viceministro del MINAM 2011, asesor parlamentario 2015-2019 y activista del Foro Social Pan Amazónico FOSPA e investigador del IDPA San Martín 2018-2023.

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