CLACSO lanza «Las guerras del siglo XXI» coordinado por Ana Esther Ceceña (descarga gratuita)

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Las guerras del siglo XXI: un análisis de los conflictos políticos internacionales, y las nuevas guerras contemporáneas

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) publica Las guerras del siglo XXI, de la autora mexicana Ana Esther Ceceña (coord.).

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Durante mucho tiempo, las guerras se han entendido como hechos de armas que ocurren en campos de batalla. No obstante, los modos de concebir y hacer la guerra se modificaron como respuesta a las claves que provenían tanto de los cambios en la organización política como de los de las tecnologías. No solo cambiaron la estética de la guerra, la capacidad letal de los atacantes, los sentidos de la intervención, las herramientas a ser empleadas, las tecnologías, los estilos y los modos, sino también sus protagonistas, los desafíos y su propia concepción.

El nuevo milenio inició su despliegue con modalidades de entender y hacer la guerra muy distintas a las heredadas de las experiencias pasadas y que modifican sustancialmente su concepción y sus prácticas.

Este libro indaga las transgresiones de las guerras del siglo XXI y la percepción del mundo que está detrás del diseño de estrategias. La confrontación de potencias, que después del estallido de la Unión Soviética parecía alejarse del horizonte, es hoy la mayor amenaza a la hegemonía de Estados Unidos, pero también al planeta mismo, por la cercanía de un holocausto nuclear. Aun así, las guerras de emancipación y disciplinamiento, encubiertas por la suntuosidad de las otras, emergen en casi todos los puntos del planeta.

La obra se orienta al estudio de cinco casos: oriente medio; Libia; la guerra en Siria; y dos casos en latinoamérica: Colombia y Venezuela.

Biografía de Ana Esther Ceceña (coordinadora de la publicación):

Es investigadora senior de la Universidad Nacional Autónoma de México, coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Integrante del proyecto Polarization, coordinado por Immanuel Wallerstein (2006-2014); directora de la revista Chiapas (1994-2004); coordinadora de los grupos Economía mundial y Hegemonías y emancipaciones de CLACSO (2001-2009); presidenta de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI).

Posgraduada en Relaciones Económicas Internacionales por la Universidad de Paris I-Sorbonne. Docente del Posgrado en Estudios Latinoamericanos (UNAM), de la Escuela Nacional Florestán Fernandes y ocasionalmente de CLACSO. Con publicaciones en 8 idiomas en 18 países, entre las que destacan Producción estratégica y hegemonía mundial; Derivas del mundo en el que caben todos los mundos; Chevron: paradigma de la catástrofe civilizatoria, Las corporaciones y la economía mundo (todos en Siglo XXI); La guerra infinita. Hegemonía y terror mundial; Hegemonías y emancipaciones en el siglo XXI; De los saberes de la emancipación y de la dominación; Los desafíos de la emancipación en un contexto militarizado (todos en CLACSO); Reflexionen einer rebellion (Westfälisches dampfboot); así como una centena de capítulos de libros y artículos. Líneas de investigación: geopolítica, sistemas-mundo, complejidad, bifurcaciones, militarización, emancipaciones y dominación de espectro completo.

Fragmentos del libro: 

“Guerra, devastación y violencia son las palabras con las que abre el siglo XXI. Guerra en todos los órdenes. Guerra de espectro completo que no deja terreno sin contaminar, espacio sin ocupar, dimensión sin alterar, involucrando a todos los seres vivos del planeta (aunque en este libro no trataremos de las guerras ecológicas). Afganistán en 2001 marca el inicio de una nueva fase de acoso de los grandes poderes mundiales contra los obstáculos, de cualquier tipo, que se les colocan enfrente, en un intento más de disciplinamiento y adecuación a sus dinámicas, estilos y propósitos”.

“Como rasgo notable de estos tiempos, las guerras no solo transcurren en todas las dimensiones de organización de la vida y, por tanto, utilizan armas no bélicas en combinación con las que comúnmente se identifican como armas de guerra, sino que también adoptan modalidades muy distintas para adecuarse a los terrenos geográficos, históricos y sociales del objetivo a alcanzar. Difiere el fin perseguido: doblegar, aniquilar, generar situaciones de confusión y caos, instalar el pánico, o lo que en cada caso resulte más redituable en términos de los propósitos de la guerra. Se ponen en marcha técnicas que van siendo desarrolladas creativamente como respuesta a la envergadura de los desafíos y a las innovaciones de lucha, resistencia, evasión o contraataque del enemigo a vencer”.

“La extensión territorial de las guerras contemporáneas es tan indefinida como la guerra misma y bien se puede caracterizar como una guerra infinita de los grandes poderes y las grandes potencias contra los pueblos del mundo: guerras de saqueo y disciplinamiento. Michael Klare habla de guerras por los recursos que quedan marcando el sentido de devastación que provocan. Guerras concentradas en territorios con enormes riquezas, en mares estratégicos, en sitios con sociedades indisciplinadas o desafiantes, ahí donde se encuentran los yacimientos de agua dulce o donde se puede cortar el paso a los flujos de hidrocarburos… pero guerras sin final visible y que se van extendiendo como gota de aceite. Guerras sin fronteras geográficas, que han roto también los límites seccionales para convertirse en lo que Qiao Liang y Wang Xiangsui (1999) llaman guerras irrestrictas y que traspasan cualquier barrera del derecho internacional”.

“Desde cierta perspectiva que busca colonizar el sentido común, se alude a que el largo conflicto interno colombiano concluyó en septiembre de 2016 con la firma de los acuerdos de La Habana entre la representación del gobierno de Juan Manuel Santos y la insurgencia

de mayor tamaño y alcance del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (farc-ep).18 Esta es una primera cuestión que debe ser sopesada a la luz de varios elementos. Por un lado, a partir de la pervivencia de otro de los grupos insurgentes de importancia, el Ejército de Liberación Nacional (eln).19 También por la continuidad que tienen las actividades criminógenas / contrainsurgentes de las denominadas Bandas Criminales Emergentes (bacrim) que en términos generales provienen del curso seguido por el proceso de desmovilización paramilitar de 2003”.