CEPAL | América Latina: baja la pobreza, sube el ingreso, pero persiste la desigualdad
Cepal: la pobreza bajó y el ingreso subió en América Latina, pero persiste la desigualdad
La mayoría de los países que conforman América Latina han visto una recuperación de sus ingresos y de los niveles de pobreza a niveles previos a la pandemia de la covid-19, dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de las Naciones Unidas en un reporte publicado el jueves. Sin embargo, la desigualdad sigue siendo “muy elevada” y no se podrá reducir si los Gobiernos no abordan las brechas que existen en el mercado laboral, advirtió la organización, con sede en Santiago de Chile.
El índice de desigualdad de Gini se situó por debajo de los niveles de 2019, previo a la pandemia, en 9 de 12 países de la región, informó la Cepal en su reporte Panorama Social de América Latinay el Caribe 2023. “Pese a estos avances, el decil más alto recibe un ingreso 21 veces mayor que el del decil de menores ingresos, lo que da cuenta de una muy elevada desigualdad. La concentración del patrimonio es aún mayor que la del ingreso; en 2021, el patrimonio de los 105 milmillonarios de la región representó casi un 4% del patrimonio de toda la población y superó los niveles de 2019 y 2020″, dice el reporte.
“El promedio regional de la incidencia de la pobreza se redujo lo suficiente para alcanzar los niveles previos a la pandemia, aun cuando en más de la mitad de los países permaneció por encima de los niveles registrados en 2019. En este resultado, así como en la reducción de la desigualdad, los ingresos laborales tuvieron un papel preponderante. Así, las posibilidades de superar la pobreza de modo sostenible están sumamente condicionadas por la inclusión laboral”, escribieron los especialistas de la organización. La mayor parte de la población en el estrato de ingresos bajos, incluyendo quienes no viven en condiciones de pobreza, se ocupa en actividades de baja productividad o no participa en el empleo, situación que afecta de manera desproporcionada a las mujeres.
La tasa promedio de participación laboral en la región subió hasta alcanzar 64,% en 2022, 0,3 puntos porcentuales por encima de lo observado en 2021, pero se encuentra aún por debajo del promedio registrado en 2019 antes de la emergencia sanitaria (64,7%). Al mismo tiempo, Latinoamérica ha tenido una disminución de 1,5 puntos porcentuales en la tasa promedio de desocupación, que descendió del 8,1% en 2021 al 6,6% en 2022. “En concordancia con el aumento de la participación y la leve caída de la desocupación, se observó un incremento de la tasa de ocupación promedio a nivel regional. Específicamente, el índice promedio de América Latina ascendió del 58,6% en 2021 al 59,8% en 2022, pero no se alcanzó el valor previo a la pandemia (60,5% en 2019)”, dice la Cepal.
“En 2022 se observó una reducción de las brechas por sexo en los indicadores de participación, desocupación y ocupación, después de un período en que las mujeres sufrieron de forma más pronunciada los efectos de la pandemia en el mercado laboral”, dice el reporte. La participación laboral femenina aumentó 1,2 puntos porcentuales respecto a 2021 en el promedio regional, pero la brecha de ingresos sigue siendo preocupante. la Cepal percibe una desaceleración en el avance de los indicadores laborales y advierte que subsisten problemas estructurales, como la informalidad laboral y las marcadas desigualdades de género
“A pesar de esta tendencia favorable, persisten importantes brechas entre los hombres y las mujeres”, dice el repote, “la tasa de ocupación de estas últimas fue del 49,1% en 2022, 22 puntos porcentuales por debajo de la tasa de ocupación de los hombres (71,1%). Del mismo modo, la tasa de desempleo entre las mujeres (8,4%) es 1,5 veces la de los hombres (5,6%), al tiempo que la participación femenina en 2022 (53,5%) continuó muy por debajo de la masculina (75,9%)”.
El ingreso en 2022, medido como Producto Interno Bruto (PIB) por habitante, fue 1% superior al de 2019, lo que significa que 2022 fue el primer año en que se superó la marca previa a la pandemia. Sin embargo, los más pobres han sufrido más el impacto de una alta inflación. Según la Cepal, el incremento de los precios del consumo de los hogares de menores ingresos fue entre 0,4 y 1,5 puntos porcentuales superior al de los hogares de mayores ingresos. “Esa diferencia se debió al mayor aumento de los precios de los alimentos, que tienen una participación más elevada en la canasta de consumo de los hogares de menores ingresos. En los primeros meses de 2023 la situación se mantuvo, aun en un contexto de descenso de la inflación, y afectó de forma más apreciable el poder adquisitivo de las mujeres más pobres, dado que la participación de estas en la población de 15 a 59 años que vive en esos hogares es mayor”, dice el texto.
La Cepal recomienda cerrar las brechas existentes en el mercado laboral, implementando políticas de inclusión laboral para erradicar la pobreza y la desigualdad. “Aunque las transferencias públicas juegan un papel relevante para reducir las desigualdades y proveer una protección social de emergencia ante situaciones de escasez de ingresos y crisis económicas, para alcanzar mayores niveles de desarrollo que sean sostenibles a mediano plazo es indispensable mejorar la inclusión laboral mediante el acceso a empleos de calidad y la reducción de las brechas estructurales del mercado laboral”, concluye la Cepal.
Pobreza en América Latina volvió a niveles prepandemia en 2022
Pese a la mejora en los indicadores, más de 180 millones de personas en la región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones no tienen ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos, advierte la Comisión en su informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023.
En 2022, el porcentaje de personas en situación de pobreza bajó a 29% de la población de América Latina (181 millones de personas), 1,2 puntos porcentuales menos que antes del inicio de la pandemia de COVID-19, mientras que la pobreza extrema disminuyó a 11,2% de la población de la región (70 millones de personas), manteniéndose en niveles similares a 2019, informó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023: la inclusión laboral como eje central para el desarrollo social inclusivo, presentado por el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, destaca además la reducción de la desigualdad de ingresos medida por el índice de Gini y la recuperación del empleo.
No obstante, la CEPAL advierte que la tasa de crecimiento del PIB esperada para 2023 en América Latina y el Caribe (1,7%) -significativamente inferior al 3,8% registrado en 2022 y que podría llegar incluso al 1,5% en 2024- no permite prever nuevas mejoras en materia de pobreza en la región para este año.
“Aunque destacamos la reducción de la pobreza en 2022, no hay razones para celebrar. Más de 180 millones de personas en nuestra región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones no tienen ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos. En total, casi un tercio de la población de la región vive en situación de pobreza, porcentaje que se eleva a 42,5% en el caso de la población infantil y adolescente, una realidad que no podemos tolerar. La incidencia de la pobreza también es más alta entre las mujeres, la población indígena y las personas que viven en zonas rurales”, señaló José Manuel Salazar-Xirinachs, máxima autoridad de la CEPAL.
De acuerdo con el informe, la creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950. En 2020, durante la pandemia, la creación de empleo disminuyó 8,2%, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años.
Del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, 1 de cada 2 se encuentra en empleos informales, cerca de un quinto vive en situación de pobreza, 4 de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensiones, indica el Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023.
Si bien se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, la región vive una crisis en cámara lenta en materia de inclusión laboral, entendida no solo como la inserción laboral sino también como las condiciones en que se accede al empleo en el mercado laboral, explica el organismo regional de las Naciones Unidas.
Esto quiere decir que la inserción en el trabajo remunerado es fundamental, pero no suficiente para alcanzar la inclusión laboral. Se requiere acceso a trabajos productivos, bien remunerados y con acceso a la protección social, en particular para las mujeres y las personas jóvenes, remarca la CEPAL.
En 2022, 54,2 millones de hogares en la región (39% del total) dependían exclusivamente del empleo informal. Más aún, la mayoría de las niñas y niños (menores de 15 años) y las personas de 65 años o más viven en hogares completamente informales o mixtos (61,2%).
Por otra parte, si bien la desigualdad de ingresos disminuyó en 2022 hasta niveles inferiores a los registrados en 2019, esta sigue siendo muy elevada, indica el estudio.
En América Latina, el decil de ingresos más altos (decil 10) percibe un ingreso que equivale a 21 veces el del decil de menores ingresos (decil 1). En 2021, la riqueza de solo 105 personas representó casi el 9% del PIB regional, subraya la CEPAL.
“La región sigue sumida en una doble trampa estructural de bajo crecimiento y altos niveles de pobreza y desigualdad. Los países deben transitar desde la inserción laboral a la inclusión laboral, eje del desarrollo social inclusivo. Pero la inclusión laboral requiere un crecimiento económico alto y sostenido. No es posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción y viceversa”, remarcó José Manuel Salazar-Xirinachs durante la presentación del documento, destacando el estrecho vínculo entre las políticas de desarrollo productivo, laborales y de protección social de los países.
El informe presentado hoy da cuenta de la persistencia de las brechas de género históricas en los mercados laborales.
Mientras la tasa de participación laboral de los hombres fue de 74,5% en 2022, la de las mujeres alcanzó solo a 51,9% (una brecha de 22,6 puntos porcentuales). Las mujeres tienen, además, mayores tasas de desocupación (8,6% en comparación con 5,8% de los hombres en 2022).
La principal barrera para la inclusión laboral de las mujeres es la carga de trabajo de cuidados, dice la CEPAL: la tasa de participación de las mujeres en hogares con niñas/os (61,6%) es inferior a la de los hogares sin niñas/os (73,5%).
El trabajo doméstico, apunta la CEPAL, representa una de las principales fuentes laborales para las mujeres de América Latina, pero el ingreso promedio que perciben las trabajadoras domésticas es la mitad del que perciben en promedio las mujeres ocupadas.
De igual forma, en el estudio se indica que las personas migrantes han aumentado su presencia en los mercados de trabajo de la región, contribuyendo con ello a la economía y sociedad de los países de destino. No obstante, tienden a experimentar mayores dificultades para la inclusión laboral, por sus condiciones laborales más precarias e inestables, que se agravan por las condiciones de irregularidad.
Finalmente, el Panorama Social 2023 señala que el gasto social del gobierno central aumentó como respuesta a la pandemia, alcanzando un máximo en 2020, pero se viene reduciendo desde entonces. En 2022 se mantuvo una alta heterogeneidad entre países y subregiones: tres países superan el 14,5% del PIB, mientras que cinco están por debajo del 10% del PIB. El desafío es mantener la senda de crecimiento del gasto público social para dar sostenibilidad financiera a las políticas de inclusión laboral, concluye el organismo.