Grupo de 12 sacerdotes liberados llegó al Vaticano tras acuerdo con el gobierno
Un grupo de sacerdotes liberados por el Gobierno de Nicaragua llegó al Vaticano
Un grupo de 12 sacerdotes que estaban detenidos y que Nicaragua liberó y desterró hacia El Vaticano llegaron este jueves a la Santa Sede, según el acuerdo al que llegaron las autoridades del país centroamericano y vaticanas.
Aunque la información se maneja en estricta confidencia, la agencia AFP y la vicepresidenta y esposa del presidente Daniel Ortega, Rosario Murillo, dijeron que los religiosos estaban desde este jueves en El Vaticano.
Antes, el vocero papal Matteo Bruni, dijo que únicamente podía “confirmar que se ha pedido a la Santa Sede recibir a 12 sacerdotes de Nicaragua, recientemente liberados de prisión».
Ante la consulta de Télam, Bruni explicó que los sacerdotes iban a ser recibidos “por un funcionario de la Secretaría de Estado y alojados en unas instalaciones de la Diócesis de Roma».
Este miércoles, el Ejecutivo nicaragüense anunció la liberación de 12 sacerdotes gracias a un «acuerdo logrado con la intercesión de altas autoridades de la Iglesia Católica de Nicaragua y El Vaticano, que representa la voluntad y el compromiso permanentes de encontrar soluciones, en reconocimiento y aliento de tanta fe y esperanza que anima siempre a los creyentes nicaragüenses, que somos la mayoría».
La Santa Sede acoge a 12 sacerdotes excarcelados en #Nicaragua – Vatican News https://t.co/SrkIgOM9z9
— Vatican News (@vaticannews_es) October 19, 2023
Los sacerdotes excarcelados y enviados al Vaticano fueron Manuel García Rodríguez, José Urbina Rodríguez, Jaime Montesinos Sauceda, Fernando Zamora Silva, Osman Amador Guillén y Julio Norori Jiménez.
También Cristóbal Gadea Velásquez, Álvaro Toledo Amador, José Centeno Tercero, Pastor Rodríguez Benavidez, Yessner Pineda Meneses y Ramón Angulo Reyes.
La lista no incluyó al obispo Rolando Álvarez, condenado en febrero pasado a más de 26 años de prisión por «traición a la patria» tras negarse entonces a ser expulsado de Nicaragua hacia Estados Unidos junto a otros 222 presos políticos.
La agencia AFP dijo que el grupo “llegó este jueves a Roma” y Murillo, en su habitual aparición en medios oficiales, detalló que los 12 sacerdotes arribaron “a la mañana de hoy (por el jueves)a Roma, donde fueron recibidos por personal de la Secretaria de Estado de la Santa Sede”.
«Nuestro reconocimiento a todos los que apoyaron este camino de solución, estos acuerdos, nuestro reconocimiento a las altas autoridades de la Iglesia Católica aquí en Nicaragua», dijo Murillo.
Aunque el gobierno no precisó los cargos por los que fueron procesados los sacerdotes, medios opositores dijeron que al menos dos cumplían prisión tras haber sido condenados por delitos comunes en cuestionados juicios en 2022 y que otros estaban en celdas de la policía o bajo arresto de «casa por cárcel» en locales de la Iglesia.
El gobierno de Ortega viene enfrentado hace años a la Iglesia, a la que acusa de complicidad con los sectores que protestaron en las calles en 2018, pero las diferencias se agudizaron en los últimos meses.
Además de los arrestos de religiosos, el Ejecutivo confiscó cuentas bancarias de varias congregaciones y cerró universidades que dependían de la Iglesia.
Acuerdos entre Gobierno y la Santa Sede representan voluntad y compromiso
Rosario Murillo, en su comunicación del mediodía informó que ayer, 12 sacerdotes viajaron a Roma luego de conversaciones fructíferas con líderes católicos en Nicaragua.
“Conversaciones positivas, fructíferas, constructivas y también la intercesión de altas autoridades de la Iglesia Católica en Nicaragua y el trabajo que se hace con prudencia, discreción, paciencia para alcanzar las soluciones necesarias que fortalezcan, aseguren y defiendan la paz”.
Este acuerdo representa la voluntad y el compromiso permanente de buscar las soluciones. Los sacerdotes llegaron la mañana de hoy a Roma donde fueron recibidos por la secretaria de estado de la Santa Sede.
Crece a 84 el número de sacerdotes desterrados, expulsados y exiliados por Daniel Ortega
El destierro de doce sacerdotes exreos políticos del régimen orteguista, este 18 de octubre, elevó a 20 el número de religiosos desterrados de Nicaragua, entre febrero y octubre de 2023. Además otros 34 curas fueron obligados al exilio por la represión estatal, a 24 más no los dejaron entrar al país cuando regresaban de algún viaje, y seis padres extranjeros fueron expulsados de Nicaragua, entre julio de 2018 y octubre de 2023.
Con ellos, el total de sacerdotes de la Iglesia católica que han sido desterrados, expulsados y exiliados por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo se eleva a 84, según un análisis de CONFIDENCIAL, basado en los reportes de la investigadora Martha Patricia Molina y reportes periodísticos.
El reciente destierro de los 12 sacerdotes nicaragüenses ocurrió una semana después que la dictadura ejecutara una serie de arrestos en Jinotega, Madriz, Nueva Segovia y en la Costa Caribe Sur.
Destierros después de “cacería” de curas
La última “cacería”, ejecutada por la Policía Nacional, el brazo represor de Ortega, fueron detenidos seis religiosos. A estos los trasladaron al Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima, en Managua, donde ya estaban recluidos dos sacerdotes más.
El domingo pasado, estos ocho religiosos fueron llevados a la cárcel El Chipote y tres días después, Ortega los expulsó de Nicaragua junto a otros cuatros sacerdotes que ya estaban bajo arresto.
«Puedo confirmar que se ha pedido a la Santa Sede recibir a 12 sacerdotes de Nicaragua, recientemente liberados de prisión. La Santa Sede ha aceptado», informó el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
El 9 de febrero de 2023, hubo un primer grupo de ocho religiosos que fue excarcelado y desterrado a Estados Unidos junto a otros 214 presos políticos. En total eran cinco sacerdotes, un diacono y dos seminaristas. A estos, la dictadura de Daniel Ortega les quitó la nacionalidad nicaragüense por considerarlos “traidores a la patria”.
Su delito fue acompañar a monseñor Rolando Álvarez, el obispo de Matagalpa que permanece en prisión, durante los 14 días que estuvo encerrado en la la Curia Episcopal de Matagalpa, antes de ser llevado a Managua, donde luego lo condenaron a 26 años de cárcel, después de negarse a ser desterrado.
En los destierros de estos 20 sacerdotes se identifican patrones claros: son párrocos que durante sus homilías pidieron oraciones por monseñor Álvarez, habían elevado su voz durante la represión de 2018 y se pronunciaron recientemente en contra de la represión hacia la Iglesia católica y los encarcelamientos sistemáticos.
2023 ha sido el año más funesto para la Iglesia católica, valoró la investigadora, Martha Patricia Molina. La también abogada ha sistematizado 205 agresiones entre enero y agosto de este año, 34 más que las reportadas en 2022.
Estas incluyen más de 117 ataques, asedios contra templos y edificios religiosos; 82 represiones a laicos; 80 profanaciones y robos; 71 pintas y mensajes de odio y prohibición de 3240 procesiones, detalló en su informe Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?.
En junio pasado, la dictadura levantó una acusación de lavado de dinero contra la Iglesia católica con la cual “justificó” las detenciones de sacerdotes bajo supuesta investigación y el congelamiento de las cuentas bancarias.
La investigadora advirtió en entrevista con CONFIDENCIAL que, tras el destierro de estos nuevos 12 sacerdotes, esto «no frenará» la persecución contra Iglesia católica.
Ortega impone exilio y expulsión de Nicaragua
La represión en contra la Iglesia y sus representantes obligó al exilio al menos a 34 sacerdotes, entre ellos: monseñor Silvio Baéz, obispo auxiliar de Managua; Edwin Román, quien era párroco de la iglesia San Miguel de Masaya; Vicente Martínez de la parroquia Santa Lucía de Ciudad Darío, Matagalpa; Bayardo Antonio Rugama de Iglesia El Tortuguero en la Costa Caribe.
De todos los 34 exiliados no se conocen los nombres por temor a la represión en contra de sus familias, pero una muestra elaborada por CONFIDENCIAL, que contiene datos de 20 de estos, revela que al menos siete pertenecían a la Diócesis de Matagalpa.
Mientras, seis a la Arquidiócesis de Managua, tres a la Diócesis de Bluefields, dos a la de León y uno a la de Granada y Estelí, respectivamente. 15 de estos párrocos se exiliaron entre 2022 y lo que va de 2023.
La dictadura de Ortega también ha impedido el reingreso a Nicaragua de 24 sacerdotes, quienes volvían al país después de algún viaje personal o de su labor pastoral en el extranjero.
Entre los casos conocidos destacan el del fraile salvadoreño Santos Fabián Mejía, responsable de la parroquia San Francisco de Asís, de Juigalpa, en Chontales. A este Migración le dijo que “se había metido en política, violando el acuerdo de los extranjeros, de que no debían meterse en nada”.
Otro caso fue el de los sacerdotes Tomás Sergio Zamora Calderón, de la Diócesis de León, y William Mora Vega, de la Diócesis de Siuna, quienes volvían a Nicaragua después de participar en la Jornada Mundial de la Juventud, en Lisboa, Portugal.
Extranjeros y monjas expulsados
Ortega y Murillo también han expulsado de Nicaragua a seis párrocos de origen extranjero, entre ellos el nuncio apóstolico Waldemar Sommertag y el encargado de negocios del Vaticano en Nicaragua, monseñor Marcel Diouf.
Este último salió del país tras la suspensión de las relaciones de Nicaragua con el Vaticano, por decisión unilateral de Daniel Ortega.
A esta lista de expulsiones y destierros, se suma el desalojo de 76 monjas de diferentes denominaciones religiosas, entre ellas: las Misioneras de la Caridad de Santa Teresa de Calcuta, las Hijas de Santa Luisa de Marillac en el Espíritu Santo, las monjas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo y las Hermanas Dominicas de la Anunciata.
Mientras, a otras siete religiosas se les impidió el ingreso a Nicaragua, según se detalla en el informe de la investigadora católica, Martha Patricia Molina.