¿Dictadura con fachada democrática o democracia sometida? – Por Pablo Najarro Carnero

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Pablo Najarro Carnero*

No sé cómo definirla. Vamos a elucubrar, como siempre hacemos. Como siempre, mirando algunas variables para aventurar cuál de las dos tesis resisten o se convierten en la hipótesis prima. La otra será nula al final. A ver cómo me va.

¿Es una dictadura con fachada democrática? Dictadura, legalmente no es. Dina Boluarte ha asumido por la vía legal. El maestro rural hizo un golpe fallido y la manada, con acuerdo de los militares, le cerró el paso. En teoría, en dictadura, Dina concentraría todos los poderes, pero no los tiene. El Congreso que es su soporte, que no debería serlo por la independencia de poderes, es el que tiene el poder.

En teoría, si Dina fuera dictadora, hubiera asumido el gobierno con el agreement de las fuerzas armadas. No hubo eso, pero es evidente que ellas la han aceptado como comandante suprema y duerme tranquila sabiendo que los tanques del Rímac no saldrán a darle un golpe. Aunque, no creo que los militares estén respirando tranquilos. Que Dina les achaque los compatriotas muertos en Juliaca y Huamanga, le habrá sabido a chicharrón de sebo. Lo cierto es que, más tarde que temprano irán a juicio y luego a prisión. Eso será cuando yo no estén Dina ni Otárola. Una espada de Damocles se cierne sobre los ministros de defensa y comandantes generales. Ya se oyó las voces destempladas de los marinos congresistas y el divisionario héroe del Cénepa contra Chávez Cresta. Le dijeron que vuelva al INDECI. Tiene amor propio, dice que no se va y les saca la lengua.

La prensa cuerva que sumó para sacar de palacio al maestro rural, después de cobrar por publicidad, ahora le saca al fresco sus entripados al gobierno reinante.

Pero, si en algún momento el Congreso la apoyaba, ahora con el descrédito rampante de Dina y sus ministros –iguales o peores de los de Castillo-, la dejan en outside. Pero, el Congreso con sus propios entripados que van saliendo, sobre todo por los «mochasueldos», va en caída libre. Y si, la comisión de ética sigue blindando a sus colegas, será el acabose. ¿Protesta social?

No tan limpio, el Tribunal Constitucional validará todo lo que diga y convenga al congreso de marras. Está parcializado. No hay duda.

¿Democracia sometida? ¿En qué momento se jodió el Perú, otra vez? Creo que fue en 1980 cuando volvió en aura de resarcimiento Belaúnde. No por él, digo, fue por volver a la democracia que los militares habían usurpado con buena intención, pero sin capacidad para gobernar, Y el Arquitecto al volver, tampoco.

Eso dio paso después a que llegara un guapetón aprista que robó – ¿se acuerdan de los dólares MUC? – y desmanteló la policía. Después vino el “chino” que hablaba como el pueblo y todos nos fuimos tras él. Bueno, siempre hemos querido modelos extranjeros. Sonaba bien el remedo de samurái. A él le tocó desmantelar la política y ¿Qué tenemos? Delincuentes políticos bajo las banderas de su heredera por línea de sangre.

Pero ¿Quiénes moldearon al pueblo para someterse y como ahora, hoy, no chistar? Ellos, los capitalinos ven pasar desde sus buses, a paisanitos de pollera y si los alcanzan a oír, hablando un lenguaje desconocido y duro, los sienten extraños y merecedores de la represión. Digo, moldeados por la prensa cuerva.

Entonces, una democracia que acepta todo lo que el gobierno hace y se muerde la lengua ante todas las cosas que pasan y “no saben no opinan” sobre la coyuntura, es perfecta para los delincuentes políticos y pasa a ser una aparente democracia, pero sin el gobierno del pueblo sino de los halcones y sapos como diría Arguedas.

Los que se aventuran a leer estas líneas concordarán conmigo. Los de a pie no la leerán. ¿Pregúntales si les importa? No. Ellos refunfuñaran en sus casas hablando de como los precios suben, lo dirán quizá cuando los entrevisten, pero ¿Qué se animen a indignarse? No. Entonces, ¿somos una democracia sometida? Es el país soñado por los criminales organizados.

*Teólogo y docente peruano.

Otra Mirada

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