¿Qué es el neoliberalismo educativo? – Por Lev M. Velázquez Barriga

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Lev M. Velázquez Barriga*

El Segundo Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo de Panamá (Junio 2023) colocó en el debate diversas miradas y vivencias, que puestas en conjunto, muestran el panorama de una estrategia común y desigual al mismo tiempo, en torno a las políticas educativas del neoliberalismo.

Situarlas en una sola cartografía planetaria sigue siendo tarea pendiente; sin embargo, es fundamental hacer un esfuerzo por ubicar una agenda analítica mínima sobre sus principales componentes, que contribuya con los movimientos pedagógicos y las organizaciones sindicales, a transgredir los debates anacrónicos y los hábitos previsibles de las resistencias populares. Una propuesta para iniciar la construcción de dicha agenda, es la siguiente:

“Desterritorialización escolar y matriculación digital en plataformas privadas”. Es una de las más recientes formas de privatización que trascendió al tiempo del confinamiento, donde se factura el uso de la red de internet y de portales virtuales de comunicación, a cargo de una sociedad que ya había logrado establecer en el seno de las constituciones nacionales, la obligación del Estado para garantizar el derecho a la educación pública y gratuita de forma presencial.

“Precarización de los aprendizajes y virtualización de la pedagogía bancaria”. La educación remota que se acentúo durante la sindemia, nos sometió a un mundo de relaciones de enseñanza unidireccionales, en condiciones de desigualdad social y tecnológica; reprodujo lo peor de la educación bancaria a través de canales digitales. Los encuentros interactivos en plataformas virtuales que fueron diseñadas para la vida empresarial, pero carentes de una taxonomía de los aprendizajes, terminaron por empobrecer la educación. Paralelamente a la defensa férrea de la presencialidad, es urgente construir esas taxonomías para los aprendizajes críticos en ambientes virtuales.

“Exo y endoprivatización educativa”. Es importante seguir identificando procesos de privatización a partir de componentes externos; por ejemplo, la entrega directa de escuelas públicas a la administración de particulares. No obstante, nos falta ser más sistemáticos en el análisis de aquellos que internalizan las lógicas reproductivas del mercado y de la vida gerencial en la escuela o el modelaje de una subjetividad neoliberal que naturaliza relaciones de competitividad para la rentabilidad económica, contra la complejidad humana como seres holísticos e interdependientes.

“Redes políticas de gobernanza analógica y digital”. Habíamos comprendido que la gobernanza es una invención del capitalismo para posicionar a las corporaciones económicas, multilaterales de la globalización, organismos financieros transnacionales, sociedad civil empresarial y  tanques o laboratorios de producción de pensamiento neoliberal, en la determinación de políticas educativas públicas y la extensión de relaciones de mercado, consumo y productividad hasta la escuela; pero, junto a estas redes analógicas de gobernanza, convergen otras no tan visibles, donde interactúan sistemas de inteligencia artificial, plataformas digitales y procesadores de metadatos para tomar decisiones a gran escala, lo mismo para la explotación laboral que hacia el control y manipulación de la humanidad a campo abierto, toda vez que estamos mediatizados por el internet a través de dispositivos tecnológicos personales, que transgreden los límites espacio-temporales del trabajo, escuela y familia.

“Emprendurismo, el nuevo espíritu del capitalismo”. Cada revolución tecnológica propició su propia demanda; cuando la cadena de montaje aparece, a su vez se gesta una escuela de organización fabril, concentración física y capacitación de mano de obra estandarizada. La cuarta revolución industrial trae consigo, niveles descomunales de desplazamiento del empleo y desvalorización del trabajo físico; pero, a diferencia de fases anteriores del capital, no marginó a su ejército de reserva ni los desconectó de la explotación laboral, del consumo y ahora de las plataformas digitales. So pretexto de superar el aprendizaje memorístico, introdujo metodologías problematizadoras y de proyectos, cuyo fin oculto es la formación para la incertidumbre laboral y la auto organización del desempleo en proyectos de precariedad económica.

“Neuroneoliberalismo educativo”. La cerebrización del aprendizaje, es parte de la guerra neocortical con la que se incursiona en la colonización del cerebro con fines de manipulación política y para la programación neuronal de conductas funcionales para la auto regulación de la explotación humana. Preocupa la facilidad con la que se acepta el discurso de la socioemocionalidad, sin reparar en que se trata de la formación de un sujeto positivo, resiliente y capaz de dirimir las diferencias entre capital-trabajo en el ámbito personal, deslocalizando el conflicto de la lucha de clases contra un sistema de desigualdades sociales.

“Lawfare educativo”. Es la guerra jurídica con la que los grupos de la ultraderecha limita las libertades de la docencia, el avance de las propuestas democráticas y emancipadoras en los sistemas educativos; unas veces a través de recursos legales, dejando sin efecto cambios curriculares, otras introduciendo leyes restrictivas como el PIN parental, para que los contenidos de aprendizaje sean aprobados o no por las familias, según sean sus convicciones políticas y religiosas.

“Meritocracia y totalitarismo de plataformas digitales”. La fusión de ambas, instituye un modelo de gestión profesional docente; vertical, individualista, deshumano, despersonalizado y autoritario, en el que impera la extrema burocratización de la tramitología virtualizada de la carrera magisterial, despojando a las y los trabajadores de la educación, de su derecho a la sindicalización y al goce de la contratación colectiva.

Lo anterior, es apenas una temática mínima e inconclusa; en todo caso, una invitación al intercambio de miradas para quienes creemos necesario construir un nuevo sentido común de la educación y la profesión docente.

*Historiador; maestro en didáctica en ciencias sociales e integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

La Jornada

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