Honduras al filo de la democracia – Por Gerardo Torres Zelaya

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Honduras al filo de la democracia

Por Gerardo Torres Zelaya*

 

Al pueblo de Honduras, el deseo de una democracia participativa y popular ya le costó un golpe de Estado, varias decenas de muertos y exiliados, empobrecimiento, precariedad, violencia y la instalación de un cartel de la droga en las oficinas que deberían ser del Gobierno. Sin embargo, el pueblo ha logrado vencer todo esto y ha puesto de nuevo, con sus propias manos, al debilitado sistema democrático.

Al frente del proceso de Refundación está la compañera Xiomara Castro, mujer valiente que consolidó su liderazgo en las calles junto al pueblo que se resistió, desde el primer momento, a las aspiraciones golpistas. La presidenta ha logrado que el impacto de la inflación por la guerra en Ucrania no sea tan grave para los más pobres de Honduras como se ha visto en otros países de la región. Hoy en día Xiomara subsidia a más de un millón de hondureños y hondureñas pobres que no pagan energía eléctrica.

En este momento en Honduras cientos de miles de pequeños productores reciben los beneficios del Bono Tecnológico que está haciendo posible la reactivación del agro, y ahora pueden acceder a créditos y rápidamente se están aglutinando en Cajas Rurales en todo el país. Sólo este año, la presidenta ha destinado más de 50 millones de dólares en la reactivación de carreteras secundarias y comunales para ayudar a las y los productores y aumentar el movimiento y volumen de la economía nacional.

La jefa de Estado no tiene fórmulas mágicas, sabe bien que Honduras es un país de enormes riquezas, que han estado secuestradas por un puñado de familias que conforman la élite económica. Sus privilegios son insostenibles y la presidenta ha empezado a ordenar la casa poniéndole fin a los multimillonarios fideicomisos que habían repartido a las empresas públicas del Estado como un animal muerto en el festín de la rapiña. «Hemos regresado al principio de la Caja Única del Estado», suele explicar la mandataria que está en una clara estrategia por retroceder los estragos del modelo neoliberal que lo privatizó todo y dejó a los más pobres sin nada.

Castro Sarmiento también ha revisado los contratos leoninos y ha desmontado las estructuras corruptas con la que algunos se hicieron millonarios saqueando al Estado y robando lo que era de todos y todas. Ahora apunta a seguir avanzando con la Ley de Justicia Tributaria, para que los que nunca han pagado impuestos retribuyan de alguna manera al país que les permitió amasar escandalosas fortunas. A Honduras históricamente la han sostenido los pobres y la clase parasitaria que se ha repartido siempre el botín. Eso se acabó con Xiomara Castro.

Todo esto sin dejar de pagar las cuotas de la deuda externa que era de 5 mil millones de dólares cuando se dió el golpe de Estado contra el expresidente Manuel Zelaya en 2009 y que a la llegada de Xiomara Castro en enero de 2021 estaba en veinte 20 mil millones de dólares. El régimen golpista y narcotraficante endeudó al país en un promedio de mil doscientos millones de dólares anualmente sin que se viera el resultado de nada de esa plata.

Xiomara Castro ha abierto relaciones con China, se ha acercado a los BRICS, se adhirió al CAF y en 2024 será la presidenta Pro Tempore de la CELAC y del SICA. Busca nuevas fuentes de financiamiento, de integración regional, de crecimiento económico sin exclusiones para enfrentar las implicaciones del empobrecimiento y la deuda externa cuyo pago significa la mitad del presupuesto general de la República, al mismo tiempo que recibe reconocimiento del FMI por el orden y el control interno que ha logrado, aún cuando para el presupuesto 2023 aumentó en 40% los fondos destinados a los programas sociales.

La presidenta Xiomara Castro habla con Washington y con Beijing, recibe al Comando Sur y participa en reuniones del Foro de Sao Paulo. Navega por las complejidades que significa la historia y la ubicación geopolítica de Honduras, y lo hace pensando siempre en el bienestar de su pueblo.

Gobierna amenazada, aquellos que le dieron un golpe de Estado a su esposo hace 14 años, hoy se confabulan nuevamente en contra de ella, pero la presidenta y su pueblo han aprendido muchas lecciones.

El 29 de agosto más de 100 mil personas la acompañaron en la calle contra los golpistas. Lo que construyeron en los últimos meses los mismos actores de antes —medios de comunicación, militares traidores, oligarquía, injerencia extranjera y algunas iglesias—, lo desmontó el pueblo libre en una tarde.

Honduras hoy tiene una presidenta con el respaldo de las Fuerzas Armadas y de la institucionalidad plena del Estado. Hoy tenemos a un presidente del Congreso Nacional que decididamente se enfrenta a las mafias que todavía mantienen una cuota política en el legislativo; a una presidenta de la Corte Suprema de Justicia que no es traidora y que no trabaja para las estructuras criminales. Estamos a punto de tener un fiscal general y un Ministerio Público que no será esbirro de los gángsters, que será independiente y que golpeará a los corruptos y a los impunes.

Estamos a un paso de desmantelar completamente a la estructura golpista en el Estado de Honduras. A un paso de tener a todas las ramas del gobierno, sus instituciones y aparatos al servicio del pueblo. Caminamos al filo de la democracia, pero vamos avanzando.

*Vicecanciller para la Política Exterior de Honduras

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