Guatemala: el Pacto de Corruptos no ceja y arrecia la persecución – Por Rafael Cuevas Molina
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Por Rafael Cuevas Molina *
En Guatemala la decisión popular que tiene a Bernardo Arévalo como presidente electo está cada vez más en peligro. Hasta bajo las piedras buscan estrategias para sacar de la lid política a su partido para, con ello, dejar si efecto la elección de los ciudadanos descalificando a diputados, alcaldes y al mismo presidente electo.
Bernardo Arévalo, en conferencia de prensa, ha calificado todo esto como un golpe de Estado en proceso, y ha llamado a las fuerzas vivas de la nación para que manifiesten su oposición a esta trama y apoyen la legalidad que le ha dado a él y a su partido el triunfo. Para este sábado 2 de agosto, se ha convocado una manifestación en el corazón de la ciudad capital para respaldarlo y, al mismo tiempo, pedir la renuncia de las cabezas más visibles y los agentes más activos que están maquinando para no dejarlo asumir la presidencia.
Se trata de la jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras, incondicional del actual presidente de la República -máximo exponente del Pacto de Corruptos-, quien se ha destacado por la persecución contra jueces y fiscales probos que estaban llevando a cabo juicios que intentaban llevar adelante juicios contra corruptos y criminales de guerra.
Asimismo, del fiscal Rafael Curruchiche, cuya primera acción cuando llegó al puesto que ahora ostenta fue desestimar las investigaciones que apuntaba a que el presidente Giammattei había recibido sobornos.
Solo mencionamos a dos exponentes de este entramado que está utilizando la institucionalidad pública para perseguir a Arévalo y su partido, y mantener en el poder a una alianza de inescrupulosos mafiosos que saquea a Guatemala y la tiene estancada en un estadio de desarrollo que ostenta los más bajos índices sociales de América Latina.
Guatemala cuenta ahora con la oportunidad única de impulsar un proceso que limpie a la nación de esas sanguijuelas, pero como se está demostrando en la práctica, no será un proceso sencillo. Hay demasiados intereses en juego, han involucrado muchos esfuerzos tejiendo la red que los une como para que no se aferren con uñas y dientes al botín.
Se trata de un grupo tan anquilosado y atrasado, que considera que el gobierno de los Estados Unidos está copado… por los comunistas, y ese solo hecho los autorizaría a continuar con la cruzada de defensa de los valores occidentales basados en la familia tradicional y una serie de bulos creados y reforzados por fake news que mezclan el negacionismo del cambio climático, el conspiracionismo globalista y hasta la responsabilidad de los incendios que han asolado a Australia, Canadá y Grecia y que serían responsabilidad de una conspiración comunista que incluiría la mentira de la pandemia.
Es decir, nos encontramos ante un entramado ideológico que colinda con el pensamiento mágico por medio del cual se justifica un miedo cerval contra todo lo que, según ellos, personifique esta amenaza que pone en peligro su modo de vida. En esta coyuntura, Bernardo Arévalo y el partido Movimiento Semilla han sido puestos en la mira como representantes de esa amenaza difusa de múltiples aristas que, como ya es usual en nuestros días, es potenciada por las redes sociales que lanzan infundios que caen en terreno fértil entre una población ya de por sí temerosa y receptiva a todo lo que alimente su angustia.
Guatemala está atravesando un momento crucial de su azarosa historia y no hay que dejarla sola para que no se repita la trágica historia del año 1954, cuando entró en el oscuro túnel del que, desde entonces, no ha logrado salir.
* Historiador, escritor y artista plástico. Licenciado en filosofía y magíster en Historia por la Universidad de La Habana. Catedrático, investigador y profesor en el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA), adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (UNA), Costa Rica. Presidente de AUNA-Costa Rica.