Uruguay: los precios internacionales y la inflación

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Los precios internacionales y la inflación

Claudio Fernández Caetano

La economía uruguaya, pequeña y abierta, es vulnerable a los vaivenes en los precios internacionales de los productos que importa y exporta. La relación entre ambos precios, los de exportación y los de importación, la denominada relación de términos de intercambio ha venido deteriorándose en términos anualizados a partir de enero del 2021. Y ello preocupa ya que de mantenerse ese deterioro, si no aumentan los volúmenes exportados, comienzan a socavarse las posibilidades de importar.

A partir de noviembre de 2020 comenzó a darse un fenómeno de incremento de los precios internacionales y con ello de los precios de nuestras exportaciones, así como de los productos importados. En el gráfico se puede observar como el incremento de los precios de las importaciones tuvo un aumento constante desde noviembre de 2020, desacelerándose ese proceso en julio de 2022. Por su parte, los precios de las exportaciones también tendieron a crecer de forma acelerada en el mismo período, comenzando a caer en junio del 2022. Analizando en términos anualizados, la relación de los términos de intercambio supone una caída constante desde julio de 2021 hasta marzo de 2023. El cambio de tendencia de los precios de exportaciones e importaciones en los últimos meses, muestran un estancamiento en el deterioro que venían sufriendo.

Pero más allá de lo que esto significa a mediano y largo plazo, las variaciones de los precios internacionales tienen efectos directos en la inflación doméstica, con consecuencias directas en el poder de compra de los hogares uruguayos.

Una de las razones de los aumentos de precios es la inflación importada, donde empresas que producen tanto para el mercado interno como con destino a la exportación, tienen en esos precios la referencia para fijar precios en el mercado interno. A su vez, dentro de las distintas cadenas de valor, existen sectores con poder de fijación de precios que pueden apropiarse de márgenes de ganancias extraordinarias en esta coyuntura de aumento de precios sostenida.

Dentro de los componentes de la inflación, hay algunos rubros que están aumentando sostenidamente más que otros. Entre ellos se destaca que el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentan a un ritmo superior al resto de los componentes de la canasta de bienes y servicios calculada por el INE. En el siguiente gráfico se presenta la serie de precios anualizados, donde se puede observar como a partir de marzo de 2021 los precios de los alimentos y bebidas tienen un comportamiento muy similar al ritmo que llevan los precios internacionales, mostrando la correlación entre ambos precios. Los últimos meses de este año van presentando que la tendencia a la baja de los precios de importación no está teniendo su correlato en el mercado interno.

En julio de este año, los precios internacionales de los alimentos y bebidas habían aumentado un 7% respecto a julio del año pasado en valores anualizados, mientras que el mismo rubro en la economía uruguaya aumentó un 11,4%, ya que hubo meses en los cuales en la inflación doméstica de este rubro aumentó por encima de lo que lo hicieron los precios internacionales.

Por otra parte, los precios de la economía doméstica también se ven afectados por los precios de nuestras exportaciones, como es el caso del precio de la carne. El siguiente gráfico muestra los precios anualizados de la carne en el IPC y los precios de exportación. Puede verse como a partir de marzo de 2021hasta octubre de 2022 ambos precios iban aumentando; más rápidamente los precios internacionales. Sin embargo a partir de allí, loss precios domésticos continuaron creciendo mientras que los de exportación comenzaron a descender. En el último año terminado en julio los precios de exportación de la carne cayeron un 9,3% mientras que en la economía doméstica aumentaron un 3,3%.

En relación a las causas de la inflación como fenómeno económico, claramente con salarios y jubilaciones aumentando por debajo de la inflación, es decir, perdiendo poder de compra, la inflación no encuentra sus fundamentos en un aumento de la demanda que presione los precios al alza. Por tanto, los salarios y jubilaciones perdiendo continuamente poder de compra no están impactando ni en la demanda ni en el los costos de producción. En el caso de los alimentos parece claro que los precios internacionales están afectando sus variaciones. Si las causas del aceleramiento de la inflación en nuestro país no se visualizan en un aumento de la demanda, no se explica la medida que sucesivamente aplicó el gobierno para intentar controlar la situación es el aumento de la tasa de interés de referencia por parte del Banco Central, encareciendo el crédito tanto hacia los hogares como al crédito para inversión, suponiendo que conllevaría a una caída de la demanda agregada y con ello de los precios. A partir de los valores negativos del IPC registrados en junio y julio, el BCU, consistente con su argumento, bajó la tasa de interés de referencia.

Desde el gobierno no se ha avanzado en otro tipo de propuestas, por ejemplo, a través de descuentos impositivos en el conjunto de bienes qué perjudica a la población más vulnerable frente a los fenómenos económicos que afectan la inflación. Como lo hizo el Frente Amplio a través de la Tarjeta Uruguay Social desde 2006.

Pero además debe abordarse por el lado de los ingresos, el poder de compra de los salarios (el salario real) todavía no se acerca al nivel de 2019. Esto tiene un sentido opuesto al comportamiento de la riqueza producida expresada en el crecimiento del PBI. Por una parte, la producción ya recuperó los niveles pre pandemia, mientras que el salario no lo hizo, por tanto, el desarrollo del modelo económico sigue expresando mayores niveles de desigualdad, donde continúan acumulándose las ganancias del capital.

(*) EconomiaPolitica.uy: Programa de asesoramiento, investigación y formación en Economía Política, dirigido por el Mag. Hector Tajam.

MateAmargo

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