Pueblos originarios cumplieron una semana de acampe contra la reforma constitucional en Jujuy

Foto: Soledad Quiroga
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El Tercer Malón de la Paz, sin carpas ni baños, cumplió una semana de acampe esperando que la Corte los reciba

Por Maby Sosa

“Se hace vida con el sol, y en la Pachamama, florece”, dice el verso que se escucha una y otra vez alrededores del edifico donde funciona la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Allí están desde el martes 1 de agosto las comunidades de los pueblos originarios de Jujuy que llegaron a Buenos Aires organizadas en el Tercer Malón de la Paz.

Desde el miércoles pasado esperan ser recibidos por los jueces. Este martes al cumplir una semana, tres manifestantes se encadenaron al edificio para exigir que los jueces los reciban.

Hasta allí llegó Adolfo Pérez Esquivel, titular del Servicio por la Paz y la Justicia (Serpaj) junto a Mariana Katz. Alrededor de las 14, ambos lograron ingresar al edificio, pero no estaban los jueces para recibirlos. Se reunieron en cambio con los secretarios de los jueces.

Pérez Esquivel llegó a puertas de Tribunales para acompañar a los integrantes del Tercer Malón por la Paz que se encadenaron y comenzaron una huelga de hambre. Foto: Obregon Liliana Telam

De acuerdo a lo que informó Katz a la salida de esta reunión, se inició una “nueva acción de inconstitucionalidad por las contravencionales y la reforma”. También le dijeron que está en trámite la causa judicial iniciada por el gobierno nacional y que están tratando de darle “la mayor celeridad posible”.

Tanto Pérez Esquivel como Katz plantearon la necesidad que sean recibidos los referentes del Tercer Malón. “Hemos insistido para que los reciban. En este momento hay algunos hermanos que se han encadenado y que van a resistir ahí hasta que la Corte los reciba. Es un derecho que los pueblos originarios tienen para que la Corte los reciba. No es ningún delito”, dijo a la prensa el referente al salir de la reunión.

Desde que llegaron a Plaza Lavalle las comunidades reciben la negativa para instalar carpas y baños químicos. “Es extraño que no nos permitan instalar una capa acá, en Plaza de Mayo lo permiten. Los están privando de todo, esto es una violación a los derechos. Y lo dije claramente: es racismo, es discriminación y es intolerancia. No sólo por parte de la Corte sino también del Gobierno de la Ciudad”, dijo Pérez Esquivel. “Esto no es sólo un expediente. Acá hay rostros de hombres y mujeres que reclaman sus derechos y deben ser respetados”.

El titular del Serpaj y Premio Nobel de la Paz reconoció que presentaron una carta ante la Corte el 29 de julio, días antes que el Malón llegara a Capital Federal. “Hasta el día de hoy no nos han contestado”, finalizó.

La preocupación por los hostigamientos

Es una tarde fría en Buenos Aires. La manifestación tiene en sus filas un número mayoritario de mujeres. “Así es, somos nosotras las que salimos al frente. También hay hombres, pero somos nosotras las que salimos”, dice a Tiempo Argentino, Susana, una de las indígenas que llegó desde Humahuaca. Trabajaba en una mueblería, pero dice que ya se quedó sin trabajo. «Nos quedamos sin trabajo, sin maridos, perdemos un montón de cosas por luchar»

Susana vive en uno de los pueblos más antiguos de Jujuy. “Y aun así tenemos que estar peleando”, reflexiona. Todavía está emocionada por la recepción que tuvieron en Córdoba donde le agradecían a todas y a todos por esta lucha que llevan adelante desde junio.

Entre la manifestación, unas chicas del Serpaj pasan ofreciendo mate cocido calentito. Hace falta. Hasta ahora las personas están viviendo de donaciones y comida que les acercan desde algunas organizaciones o de la gente que pasa a dejarles algo. “No se puede hacer mucho humo porque nos van a echar”, dice Susana.

Entre las preocupaciones que tienen está el hostigamiento que vienen sufriendo los manifestantes en Jujuy y las contravenciones que dispuso el gobierno provincial con montos que ascienden los $ 80 mil pesos.

Una de las mujeres que marchó desde Jujuy junto con el Tercer Malón por la Paz. Foto: Soledad Quiroga

“En Jujuy no existe estado de derecho, existe la violencia institucional y la violación de derechos humanos”

El cacique Néstor Jeréz de Ocloya es uno de los referentes del Tercer Malón por la Paz. Afirma que sienten la tremenda discriminación que están viviendo por parte de la Corte y del Gobierno de la Ciudad quienes les impiden instalar una carpa.

“Desde el 1 de agosto nos estamos manifestando en forma pacífica. Le exigimos a la Corte Suprema que se expida sobre esta reforma inconstitucional de la provincia de Jujuy. Ya se pronunció el Procurador general de la Nación que entiende que la Corte debe expedirse. Por eso exigimos que se convoque a una audiencia pública de inmediato”.

Jerez también denunció la persecución, detención y penalización que sufren los dirigentes indígenas en la provincia, a través de prácticas antidemocráticas. “En Jujuy no existe estado de derecho, existe la violencia institucional, la violación de derechos humanos en tratados internacionales como lo es el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y que se omitió en su plenitud en la reforma llevada adelante en Jujuy”, expresó Jerez.

“La justicia no nos recibe por eso los hermanos tomaron como medida encadenarse, obligados por la falta de respuesta. Estamos presentando notas a diputados y bloques para que se avanece en una intervención federal”, agregó el cacique.

La reforme fue impulsada y sostenida por el gobernador Gerardo Morales, actual precandidato a vicepresidente por Juntos por el Cambio en la fórmula de Horacio Rodríguez Larreta.

“Es fundamental que el pueblo argentino sepa que hay un candidato a vicepresidente que violó los derechos humanos y los derechos constitucionales. Que lleva adelante un modelo de exterminio y genocidio hacia los pueblos y que también sepan que es ese el objetivo de instalar a nivel nacional. Todos los partidos políticos deben estar en defensa del agua, de la vida y de la tierra”.

Tercer Malón de la Paz a puertas de Tribunales.Foto: Soledad Quiroga

En Buenos Aires hasta que los reciban

Entre los manifestantes está Viviana Mamaní, quien sonríe con dulzura. Está cansada. Hace un tiempo se jubiló como trabajadora de la salud y es integrante del pueblo quechua.

“Soy de la comunidad originaria de kusy wasy del pueblo quechua. Mi pueblo se llama Orco Runa quiere decir ‘gente del cerro’”, cuenta a Tiempo.

Viviana dice que se van a quedar en Buenos Aires hasta que los reciban porque este atropello del gobierno jujeño no es nuevo. “Hace casi dos meses estamos en cortes de ruta en diferentes lugares de la provincia de Jujuy porque el gobernador no quiso escuchar al pueblo que no queríamos que reformen la Constitución. Ahí nos privan de muchos derechos y en especial los derechos sobre nuestra tierra. Comprendemos y entendemos que los dueños somos nosotros y que ellos debieran haber consultado antes de hacer este documento legal que nos priva de nuestros derechos”, dice la mujer.

Apenas empezaron con esta lucha, recuerda Viviana, comenzó la represión del gobierno jujeño que hasta ahora continúa porque sigue la persecución contra quienes se manifiestan. “Ahora ya pedimos la intervención federal”, dice la mujer.

“Hay muchas cosas más que se están cercenando en Jujuy como el derecho a la salud, el derecho a la educación. Nuestros derechos están restringidos de muchas maneras. Estuvimos juntos en la lucha con los docentes, con el personal de salud, pero lamentablemente el gobierno ha ido callando las voces. El día que ya nos cansamos de esperar respuesta, tomamos la decisión de salir a luchar aquí a la capital de nuestro país, para que fuéramos escuchados”, destaca.

Una vez llegado el Tercer Malón, recuerda, iniciaron el acampe con el ritual del pueblo y esperaban ser recibidos el miércoles siguiente. “Estuvimos esperando educadamente a pesar de la lluvia, el sol, ahora el frío… No nos dejaron armar carpas, no permitieron que tengamos baños. Hay personas adultas mayores y hay niños”.

Las comunidades no recibieron ningún tipo de ayuda por parte del Estado. Más allá de comunicados y presencias no hubo un firme apoyo para las comunidades ni tampoco gestiones para que pudieran comer y descansar.

 

Foto: Soledad Quiroga

“Hemos venido a esto y no nos han recibido hasta ahora”, dice Viviana. “También hemos estado esperando partidos políticos que se solidarizaran con nuestra necesidad, porque es una necesidad. No podemos dejar que la destruyan a nuestra naturaleza por amor. La están regalando a extranjeros. Nuestra naturaleza que la amamos es donde vivimos y es donde tenemos nuestro lugar”, dijo la mujer entre lágrimas.

Durante la tarde, permanecían encadenados tres de los manifestantes en las escalinatas de la Corte. Hubo muchos momentos de tensión, uno de ellos cuando desde la Justicia negaron la autorización para el ingreso de personal de salud, enfermeros y médicos quienes debían constatar la salud de los manifestantes que llevaban más de ocho horas encadenados y en huelga de hambre.

Más de 1000 kilómetros de lucha

La columna del Tercer Malón de la Paz partió el pasado 25 de julio desde diversas localidades jujeñas de la Puna, Quebrada, Valles y Yungas jujeñas, pasando por San Salvador de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba, Rosario y luego rumbo hacia la Capital Federal.

Ingresó a la ciudad de Buenos Aires el martes 1º de agosto por la mañana, y por la tarde pidió una audiencia a la Corte de Justicia con el objetivo de hablar con los jueces para que declaren la inconstitucionalidad de la reforma de la Carta Magna de Jujuy, aunque sin éxito porque no fueron recibidos.

El jueves fueron recibidos en la Cámara de Diputados y por la tarde participaron de la histórica Ronda de las Madres de Plaza de Mayo.

El viernes, tras el dictamen del procurador interino Eduardo Casal sobre que la Corte Suprema debe intervenir en la demanda que presentó el Estado nacional contra la reforma de la Constitución jujeña, el Tercer Malón de la Paz reafirmó la vigilia y permanencia con una Jornada Cultural, que se extendió hasta ayer, con el acompañamiento de los artistas.

Las comunidades necesitan además del acompañamiento, frazadas y alimentos. Se pueden acercar a Plaza Lavalle, en Lavalle y Talcahuano y para donar dinero pueden hacerlo al alias el3-malondelapaz.

 

 

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